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Descubren fósiles de hace más de 12 millones de años en edificios modernistas de Barcelona
Holotipo en casa Pascual i Pons, de Paseo de Gracia. Universitat de Barcelona

La arquitectura modernista sube un escalón más en originalidad. A la singularidad de sus fachadas y ornamentación curvilíneas e inspiración naturista, razón para aparecer en los libros de arte, se le abre una puerta para entrar en los libros de ciencia: el Lapillitubus montjuichensis. Así han bautizado al primer fósil urbano hallado en algunas fachadas de edificios modernistas de Barcelona. Los encargados de tal descubrimiento han sido biólogos y geólogos de la Universidad de Barcelona (UB) y la Universidad Carlos III (UC3M).

La icnología es una rama dentro de la paleontología que estudia trazas que dejaron organismos en el pasado geológico. Esas huellas pueden encontrarse en materiales con los que se han construido las ciudades y pueden revelar algunas incógnitas sobre especies que duraron periodos de tiempo remotos.

El hallado fósil, de más de 12 millones de antigüedad, se ha observado que forma parte de la fachada de algunos edificios modernistas de Barcelona. Algunos de esos ejemplos son el Palacio de la Justicia, la Aduana o la casa Pascual i Pons, obra del célebre arquitecto Enric Sagnier.  

Gracias a este descubrimiento, los biólogos pueden empezar a hacer pesquisas de cómo era lo que hoy es Barcelona hace 12 millones de años. En el siglo XIX Montjuïc era la montaña de donde se utilizaban sus piedras para edificar la Barcelona modernista. Con este fósil se podrá conocer la fauna de invertebrados que habitó durante el Mioceno en lo que hoy es Montjuïc, entonces, hace 12 millones de años, un lugar bajo el agua.

"En general, el estado de conservación de estos incofósiles es bueno. Sin embargo, como aparecen en los sillares de piedra, únicamente es posible reconocer secciones longitudinales o transversales de estas madrigueras fósiles", apunta Zain Belaústegui, del Departamento de Dinámica de la Tierra y del Océano y del Instituto de Investigación de la Biodiversidad (IRBio) de la UB.

Pero este fósil, aunque es el primero que se da en edificios modernistas, no es el primero que se halla en la ciudad. Los restos que dejaron seres vivos que habitaron el planeta hace millones de años pueden estar escondidos en más rincones del paisaje urbano. En el asfalto, los edificios o estatuas y monumentos. 

En 1935, por ejemplo, se descubrió una huella de dinosaurio en una roca de un quiosco de Glen Rose (Estados Unidos). También se encontraron en lápidas del cementerio de Leicestershire (Reino Unido), en paredes de centros comerciales de Londres (Reino Unido) o en pavimentos de Copenhague (Dinamarca). La web paleorubana.com recoge, a modo de base de datos, todos los fósiles urbanos que se van descubriendo en distintas ciudades del mundo.

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