
Con la llegada de un nuevo año académico, miles de estudiantes deben enfrentarse a la difícil tarea de encontrar residencias, pisos y otras alternativas habitacionales para el año. Sin embargo, la búsqueda parece haberse vuelto todavía más complicada con la nueva Ley de Vivienda, ya que los precios de los alquileres han registrado un aumento del 5,59% frente al primer trimestre del año, hasta alcanzar los 405 euros al mes en junio. Por ello, Comprarcasa prevé un aumento en la demanda de habitaciones compartidas que llegará al 20%.
En el caso contrario, los jóvenes que decidan alquilar una vivienda completa en cualquier zona de Madrid o Barcelona deberán destinar un 39% de sus ingresos para el arrendamiento, a pesar de que el Banco de España recomienda no superar el 35% del total de los ingresos. Superar este límite supone limitar la capacidad de gasto y ahorro, algo que coloca a los jóvenes en un importante riesgo financiero mientras la inflación afecta al poder adquisitivo de las familias.
Por ello, Lorena Zenklussen, CEO de Comprarcasa, ha señalado que compartir alojamiento es “la vía principal para que los jóvenes se emancipen o estudien fuera del hogar familiar”, algo que se acentúa en las principales ciudades del país.
Las habitaciones también incrementan sus precios
A pesar de ello, en Madrid las habitaciones en pisos compartidos también están alcanzando precios prohibitivos de 500 o 600 euros, un coste inaccesible para muchas familias. No en vano, en el último año los precios han aumentado un 6,2% en la capital, solo superada por el 6,5% registrado en Barcelona.
Por el contrario, Valencia cuenta con uno de los gastos más bajos por habitación al registrar 330 euros, solo por debajo de Sevilla, con 320 euros, A Coruña, que marca precios de 290 euros, Granada, con 260 euros por habitación, y Salamanca, la más barata al disponer de habitaciones a 220 euros.
La baja oferta frente a una creciente demanda empujada por la subida de precios de los inmuebles ha provocado un aumento en los costes de las habitaciones. Por ello, muchos deben desplazarse a la periferia para encontrar precios algo más asequibles. Además, la falta de stock ha provocado un incremento de las residencias de estudiantes.
De esta manera, desde 2019 se han construido cerca de 60 nuevos centros que suponen 15.000 plazas en total. Asimismo, se prevé que la tendencia continúe en los próximos años, con Madrid, Cataluña y Castilla y León a la cabeza en la creación de nuevas residencias.
Los propietarios eligen el alquiler vacacional
En la actualidad, los propietarios prefieren dedicar sus viviendas en el centro de las ciudades y otras zonas turísticas al alquiler vacacional, que proporciona mucha más rentabilidad que un arrendamiento a largo plazo. Esto no ha hecho más que aumentar el problema de stock y, por tanto, el encarecimiento de las viviendas.
Los propietarios que eligen esta posibilidad pueden ajustar el alquiler mensual en función de la demanda, la época del año o el tiempo de estadía, algo imposible con un alquiler a largo plazo. Además, las plataformas de alquiler vacacional proporcionan grandes facilidades para la gestión de los inmuebles y habitaciones alquiladas.
Por tanto, con el fin de controlar los desorbitados precios, parece imprescindible una colaboración público-privada que ofrezca beneficios fiscales y garantías legales más sólidas a los arrendadores, algo que permitiría “brindar nuevas soluciones que garanticen oportunidades reales para los estudiantes y sus familias”.
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