China ha decidido probar una nueva política inmobiliaria en una ciudad experimental que se está construyendo actualmente a las afueras de Pekín. El objetivo es tratar de estabilizar el mercado de la vivienda, que está atravesando una importante crisis crediticia.
La nueva ciudad, llamada Xiong’an, se encuentra a unos 130 kilómetros de la capital y deberá estar completamente construida antes de iniciar la venta de sus viviendas, como ha destacado el Centro de Administración de Viviendas de la ciudad a medios locales.
Busca reducir los impagos de las promotoras
El modelo actual permitía la preventa y el pago por adelantado a los promotores por parte de los compradores, por lo que este supone un importante cambio que busca reducir los impagos por parte de las promotoras y los retrasos en la construcción. Así, los compradores obtendrán lo que están pagando de forma casi inmediata.
Sin embargo, los avances de la nueva ciudad están siendo lentos desde el anuncio de su creación en 2017, cuando se vendió como una ciudad repleta de empresas punteras, institutos de investigación y transportes de última generación que buscaba rivalizar con Shanghái o Shenzhen. A pesar de estos objetivos, la falta de avances en su creación han provocado que muchas instituciones hayan decidido no trasladarse al nuevo lugar.
Así, tras las medidas de estímulo que ha ido aprobando China en los últimos meses para intentar reactivar el sector inmobiliario, Xiong’an se convertirá en una prueba perfecta para conocer los efectos que la nueva normativa puede tener en el mercado, así como su efectividad.
La idea de prohibir las preventas de las viviendas no es nueva para las autoridades, ya que ciudades como Hainan y Fuzhou ya limitaron esta opción de compra, pero nunca ha llegado a aplicarse la restricción a nivel nacional. Por tanto, la transición no será sencilla y presumiblemente comenzará a aplicarse en las ciudades más pequeñas.
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