
El arco es un elemento fundamental en la historia de la arquitectura que ha desempeñado un papel destacado en diversas culturas a lo largo de los siglos. Su uso se remonta a la antigüedad y ha evolucionado a lo largo del tiempo, con un papel importante en las construcciones de civilizaciones tan diferentes como la egipcia, la romana o durante el renacimiento, por citar solo algunos de los momentos históricos.
Los arcos, además de su función estructural, también tienen un valor estético y simbólico en la arquitectura. Por ello, han sido utilizados para crear espacios monumentales, resaltar la belleza de edificios religiosos y proporcionar soluciones técnicas para desafíos arquitectónicos. Su versatilidad y atemporalidad los convierten en un elemento arquitectónico significativo que ha perdurado a lo largo de las épocas.
En esta larga tradición se enmarca Y.27, una casa minimalista ubicada en la Ciudad de México, diseñada por el estudio Estudio, en el que los arcos están presentes para darle un toque muy personal y característico. La renovación tuvo como objetivo revelar y restaurar los elementos arquitectónicos destacados que estaban ocultos bajo modificaciones anteriores, resaltando el carisma inherente de la propiedad. En lugar de embarcarse en una transformación radical, el equipo decidió honrar el carácter original de la propiedad.

Madera, estucos y arcos
La renovación fusionó de manera elegante las características históricas con elementos modernos. La madera, el estuco y los detalles minimalistas desempeñan un papel destacado, creando un diseño que rinde homenaje al pasado mientras se integra cómodamente en el presente. La planta baja de la casa ha sido organizada cuidadosamente, incluyendo un garaje, un acogedor vestíbulo con un medio baño y una sala de estar central.
Los arcos están presentes en todo el espacio. Pero destaca, en concreto, un arco ampliado inspirado en la puerta original de la cocina de la casa que garantiza la fluidez en todo el espacio. Este diseño reflexivo, junto con las modificaciones en la fachada trasera y los tragaluz, permite un agradable juego de luz natural y sombra. En este sentido, el diseñador de iluminación Luca Salas desempeñó un papel fundamental, asegurando que la iluminación fuera tanto práctica como adecuada desde el punto de vista atmosférico.

En lo que respecta a la practicidad, las áreas de lavandería y servicio adyacentes no son la excepción. La cocina presenta azulejos de concreto que evocan la época histórica de la casa, mientras que el parqué de madera aporta una sensación de lujo universal a la mayoría de los espacios. En la planta de arriba, se encuentran tres habitaciones, cada una con su propio baño. Los armarios aquí combinan un diseño tradicional con un toque de modernidad.

Tres niveles y una fantástica azotea
Un salón familiar es una adición serena en este nivel, que también se conecta a una terraza en la azotea, revelando vistas esporádicas del interior de la casa. El tercer nivel está dominado por un amplio estudio de 70 m2, completo con un baño, que se abre a una terraza en la azotea. Este espacio no solo ofrece vistas impresionantes, sino que también cuenta con un atractivo onsen, palabra japonesa que hace referencia a las aguas termales.

De manera significativa, un árbol de boniato americano proporciona sombra, mientras que el suelo de terracota se integra armónicamente con la vegetación. Más allá de su estética, la terraza desempeña un papel ecológico. Sirve como un recolector de agua de lluvia, canalizando el agua recolectada hacia un tanque y un sistema de filtración debajo de ella. Además, la casa adopta características sostenibles, haciendo hincapié en la ventilación cruzada y optimizando la luz natural a través de sus tragaluz y aberturas en las paredes.

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