
Camiones, bulldozers, maquinaria eléctrica, AutoCAD… por citar solo algunas de las tecnologías que en el mundo antiguo ni siquiera se podían imaginar y que hoy resultan fundamentales en el sector de la construcción. Sin embargo, eso no significa que no tuvieran construcciones asombrosas, muchas de las cuales todavía podemos disfrutar, y que todavía hoy nos hacen preguntarnos cómo lo lograron. Otras, en cambio, no han logrado sobrevivir y, entre ellas, destacan las que se conocen como las Siete Maravillas del Mundo Antiguo (bueno, en realidad sí que existe todavía una de ellas), que fueron seleccionadas por los antiguos griegos como las más espectaculares e impresionantes de su época. Aunque ya no existen en su forma original, su legado ha sobrevivido y continúan inspirando a generaciones. Así que prepárate para un viaje en el tiempo mientras las exploramos.
Gran Pirámide de Giza

Empecemos con la Gran Pirámide de Giza, la única de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo que aún existe en nuestros días. Se trata de la más antigua y grande de las pirámides de Giza, construida alrededor del 2550 a.C. como tumba del faraón Khufu (más conocido como Keops). Esta impresionante construcción tardó 27 años en ser completada y se utilizaron unos 2,3 millones de bloques de piedra que pesaban entre 2,5 y 60 toneladas cada uno. Con una altura de poco más de 146 metros, fue la estructura más alta hecha por el ser humano durante más de 3.800 años. Originalmente estaba recubierta de suaves piedras de caliza blanca, pero hoy en día los turistas pueden ver su estructura interna. Como dato, en contra de la creencia popular, en realidad, las pirámides de Egipto no fueron construidas, en su mayoría, por esclavos. Los trabajadores eran en su mayoría campesinos libres que trabajaban en la construcción de las pirámides durante los meses de inactividad agrícola, que recibían salarios y que en esos meses vivían en campamentos cerca de las obras en construcción.
Faro de Alejandría

El Faro de Alejandría es una de las maravillas más impresionantes del mundo antiguo. Fue construido en el siglo III a.C. y se utilizó como faro para guiar a los barcos en el puerto de Alejandría, en Egipto. Con más de 100 metros de altura, era uno de los edificios más altos de la época. Además, fue la primera estructura diseñada específicamente como faro. El faro estaba construido en tres niveles: la base cuadrada, el cuerpo octogonal y la torre circular. En la cima había una gran llama que se alimentaba con madera y aceite, y se dice que su luz podía verse a más de 50 kilómetros de distancia. También se cree que se usó un espejo para reflejar la luz del sol durante el día. Desafortunadamente, el Faro de Alejandría sufrió daños y fue destruido por una serie de terremotos en la Edad Media, pero su legado aún se mantiene vivo hoy en día, por ejemplo, en la bandera de la ciudad.
Templo de Artemisa

Ephesus, en la actual Turquía, era un lugar donde se concentraba una gran cantidad de comercio. Allí se encontraba el famoso Templo de Artemisa, también conocido como el Artemision. Construido en el año 356 a.C., este templo contaba con 127 columnas de mármol, cada una de ellas de 18 metros de alto. Era uno de los templos más grandes jamás construidos y se dice que fue el primero en ser completamente hecho de mármol. Pero no todo fue fácil para el templo, ya que sufrió daños por inundaciones y fue incendiado varias veces en un lapso de trescientos años. ¡Incluso tuvo que ser completamente reconstruido dos veces! Finalmente, en el año 262 d.C., el templo fue destruido por los godos, un pueblo germánico proveniente del este de Europa que se asentó en los territorios del Imperio romano. Hoy en día, solo queda una solitaria columna reconstruida en 1972 por arqueólogos.
Jardines Colgantes de Babilonia

Los Jardines Colgantes de Babilonia son la única de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo cuya existencia se pone en duda. Aunque muchos escritores griegos las mencionan en sus obras, no hay evidencia arqueológica sólida que pruebe su existencia. Según la leyenda, el rey Nabucodonosor II construyó las colgantes alrededor del 600 a.C. para su esposa, la reina Amitis, que añoraba las montañas boscosas del Imperio meda. Si realmente existió, y las noticias que nos llegan son reales, se trataría de un prodigio de la ingeniería agrícola, con jardines de terrazas de piedra de varios niveles que se elevaban hasta 23 metros de altura. Se necesitaban unos 30.000 litros de agua al día para irrigar los jardines. Algunos historiadores han sugerido que las colgantes mencionadas en la leyenda eran en realidad una estructura mejor documentada construida por el rey asirio Sennacherib para su palacio en Nínive.
Mausoleo de Halicarnaso

Se construyó en el siglo IV a.C. en la ciudad de Halicarnaso, en la actual Turquía. Este Mausoleo de Halicarnaso fue un impresionante edificio que combinaba diferentes estilos arquitectónicos, incluyendo el egipcio, el persa y el griego. En su aspecto destacaba un techo en forma de pirámide que cubría una columnata griega con 36 pilares. Todo esto estaba sobre un podio rectangular que albergaba una cripta subterránea donde se encontraban los restos del rey Mausolo y la reina Artemisia. La decoración era impresionante, con frisos y esculturas de mármol en cada uno de sus cuatro lados, cada uno diseñado por un escultor diferente. A pesar de que la cripta permaneció intacta durante 1 800 años, la estructura superior fue destruida por un terremoto. En el siglo XV, se utilizaron los restos estructurales del mausoleo para construir un castillo cercano.
Estatua de Zeus

Creada en el año 456 a.C. por el famoso escultor ateniense Fidias, la estatua de Zeus fue instalada en la ciudad de Olimpia, hogar de los Juegos Olímpicos. Esta obra de arte de más de 12 metros de altura fue construida a partir de paneles de marfil tallados, láminas de oro batido y madera de cedro incrustada con piedras preciosas. La estatua se mantuvo en Olimpia durante varios siglos hasta que, en el siglo IV a.C., fue trasladada a lo que hoy es la ciudad de Estambul. Allí, se convirtió en un destino popular de peregrinación durante 800 años, pero desafortunadamente, fue destruida en un incendio.
Coloso de Rodas

Por último, pero no por eso menos importante, el Coloso de Rodas. Fascinante y enigmática, esta estatua de bronce construida en la isla griega de Rodas en el siglo III a.C., alcanzaba los casi 33 metros de altura, la más alta del mundo antiguo, y representaba al dios sol Helios. Fue obra del famoso escultor Cares de Lindos, que necesitó doce años para completarse, pero desafortunadamente, su tiempo de gloria fue breve. Solo 56 años después de su construcción, un terremoto sacudió la isla y la estatua se derrumbó. Pero eso no fue lo peor: más tarde, la estatua fue desmantelada y vendida como chatarra.
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