La torre EPIQ está situada junto a un pulmón verde en el centro de la capital de Ecuador. Tiene 24 plantas y 101 metros de altura, cuenta con viviendas y piscina en la azotea
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La Torre EPIQ se sitúa junto al parque de La Carolina, en pleno centro de la ciudad de Quito.
EPIQ torre Bicubik

Una de las tendencias más curiosas de la arquitectura moderna es su modulación y apilamiento. Principalmente usada para casas unifamiliares o de pequeño tamaño, el sistema de bloques o apilamiento permite crear una serie de volúmenes semiindependientes dentro de un mismo edificio. Sin embargo, en ocasiones este sistema se reproduce más allá de viviendas familiares y se aplica en proyectos de mayor envergadura. Algunos son llevados al extremo, mientras que otros mantienen su modulación en una misma torre. Este es el caso del rascacielos EPIQ, en la capital de Ecuador. 

Bloques modulares

La torre EPIQ está situada junto al parque de La Carolina, un pulmón verde en el centro de la ciudad de Quito. Su diseño corrió a cargo del estudio de arquitectura danés BIG, en colaboración con la promotora local Uribe Schwarzkopf. El rascacielos cuenta con 24 plantas y una altura de 101 metros, lo que permite ser un elemento destacado del 'skyline' de la ciudad.

Con sus 24 plantas y 101 metros de altura y su situación frente al parque La Carolina, la torre EPIQ destaca en el skyline por encima de cualquier elemento de su alrededor.
Skyline Bicubik

Su principal característica es la composición de su volumen, formada por una serie de bloques apilados en forma de L que se curvan hacia el interior en su unión, creando un espacio abierto entre las dos “columnas”. La abertura creada en el volumen inferior sirve de entrada al edificio.

La torre está configurada a través de ocho bloques con aberturas centrales en zigzag. El volumen inferior sirve de base y cuenta con la abertura escorada a la derecha. Sobre ella se alzan seis bloques en dos grupos, en el primer nivel la abertura se encuentra a la izquierda, en el segundo en el centro, y en el tercero a la derecha. Esta estructura recuerda la forma de una especie de L encajada. Estos dos conjuntos de bloques apilados son descritos por el equipo de arquitectura y el promotor como “edificios dentro de un edificio, que crean viñetas panorámicas y terrazas al aire libre cuando se cruzan”.

Su principal característica es la conformación mediante bloques apilados que recuerdas dos L encajadas.
Bloques apilados Bicubik

Las aberturas creadas entre los bloques se asemejan al existente en la entrada de la planta baja. Sin embargo, en los bloques superiores se han creado pequeñas plataformas que son usadas como espacios públicos y comunitarios al aire libre. En ellos se han incluido espacios verdes con el que se consigue “un nuevo enfoque de la integración del espacio exterior en un edificio residencial de alta densidad”.

Barras de hormigón pigmentado

La conformación de la fachada se realiza mediante largas barras de hormigón pigmentado que evocan a los “tejados abovedados de las catedrales de la ciudad y a los antiguos edificios coloniales cubiertos de tejas locales”, según palabras del promotor. Esta pigmentación es diferente en cada uno de los bloques adyacentes, aplicando hasta un total de cuatro colores diferentes en la fachada.

Los cristales convexos de la fachada se crean con el fin de proporcionar espacios con patios cubiertos y con vistas en cada una de las viviendas.
Patios interiores Bicubik

Entre estas barras de hormigón verticales se han instalado acristalamientos convexos con el fin de crear espacios con patios cubiertos y con vista al exterior en cada una de las viviendas del edificio. De esta manera, la fachada se entrelaza creando balcones de distintos tamaños, creando un efecto visual global con la intención de parecer una masa en la lejanía que se va desintegrando visualmente a medida que se acerca. Esta sensación la describe Schwarzkopf como “el edificio aparece como una silueta unificada desde el otro lado del parque, pero de cerca se disuelve cada vez más en una pila de volúmenes individuales, revestidos de cuatro tonos diferentes de baldosas de cemento rojo”.

Espacios comunitarios interiores

Ya en el interior, un vestíbulo da la bienvenida. Las baldosas del suelo continúan desde el exterior al interior, en cuyo centro se ubica un mostrador rosa mate y una columna gris que alcanza el techo negro reflectante. Los azulejos empleados se usan asimismo en otros espacios del edificio, como por ejemplo en las columnas verdes del spa.

El vestíbulo está presidido por un mostrador de color rosa mate bajo un techo de color negro reflectante.
Vestíbulo Bicubik

Mientras, en otras zonas comunes como el salón o la zona de juego infantil, los suelos son de madera y los techos blancos. En la azotea existe una piscina comunitaria y un patio cercado por el propio acristalamiento y estructura de hormigón pigmentado de la fachada.

En la azotea se encuentra una piscina comunitaria y un gran patio rodeado y protegido por el acristalamiento de la fachada.
Piscina Bicubik

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