
El uso de las curvas en la arquitectura ofrece un enfoque distintivo y desafiante, que se basa en la diferenciación con las formas rectas y ortogonales que predominan en la mayoría de las construcciones modernas. La razón principal de esta diferencia radica en la complejidad y el costo adicional que implica adaptar materiales estándar, como vigas y tabiques, para crear formas curvas, ya que requiere numerosas modificaciones, lo que encarece y complica el proceso de construcción.
Sin embargo, en un panorama dominado por edificaciones de líneas rectas, las formas curvas aportan una variedad excepcional y una originalidad que rompen con la monotonía. Estas curvas, inspiradas en la naturaleza, ofrecen un valor artístico superior y evocan una conexión más profunda con el entorno natural. Fue el insigne arquitecto catalán Antonio Gaudí quien señaló la que, quizás, es la principal diferencias entre las líneas rectas y las líneas curvas: "La línea recta es trazada por los hombres, la curva es la línea de Dios".

Curvas y tradición
En principio, la casa sobre la que vamos a hablar a continuación, no parece que sea una obra divina, pero sí se basa en los principios naturalistas de la línea curva. Curvilinear Serenity, ubicada en Garðabær, Islandia, representa un ejemplo destacado de la fusión entre el diseño contemporáneo y el respeto por el entorno natural. Diseñada por ARG architects, esta residencia unifamiliar se erige en la península de Arnarnes, honrando la herencia del lugar y conservando el carácter de la construcción original.

“Nuestro enfoque de restauración celebra el patrimonio del vecindario, preservando el encanto de la casa antigua en medio de la tendencia actual de casas modernas más grandes que reemplazan las estructuras tradicionales”, explican sus creadores en el sitio web del estudio.
El diseño interior de la casa está profundamente influenciado por el paisaje original y las dinámicas de la interacción humana. “Inspirándose en el paisaje original del sitio y el movimiento de las personas, el interior presenta tres curvas cautivadoras que simbolizan la tierra, el fuego y un árbol. Estos elementos sirven como suaves recordatorios de la esencia de la tierra antes de que surgiera la casa, forjando una fuerte conexión entre los habitantes y su entorno”, señalan. Este enfoque de diseño refuerza la conexión de los residentes con su entorno.

Apuesta por la sostenibilidad
Durante el proceso de construcción, se descubrió inesperadamente un hábitat para abejas y aves, lo que llevó a una adaptación significativa del proyecto. Se extendió el techo para crear un ambiente propicio para la vida silvestre local, logrando una armoniosa integración entre la naturaleza y la estructura edificada.

Uno de los elementos más llamativos del proyecto es un muro de tierra compactada, que surgió de la reutilización del suelo excedente encontrado durante la excavación para un nuevo sistema de tuberías. Este muro no solo añade carácter y textura a la casa, sino que también ejemplifica los principios de diseño sostenible.
Cada aspecto del proyecto, desde el paisajismo y el diseño interior hasta la estructura general, fue cuidadosamente planificado por el equipo de ARG architects. Su compromiso con una visión holística permitió la integración fluida de elementos arquitectónicos con un fuerte énfasis en la sostenibilidad. Se maximizó el uso de materiales del sitio y se reutilizaron elementos de la antigua casa, minimizando el desperdicio y adoptando prácticas ecológicas.

“Nuestro equipo manejó cada faceta del proyecto, desde el paisaje y el diseño interior hasta la estructura, asegurando una visión cohesiva y holística. Haciendo hincapié en la sostenibilidad, utilizamos materiales del sitio y de la casa antigua, minimizando el desperdicio y adoptando prácticas ecológicas”, concluyen.

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