
Durante años, los propietarios temieron alquilar a jóvenes por miedo a fiestas, ruidos o desperfectos. Hoy la situación ha dado un giro de 180 grados: los estudiantes son el perfil más buscado para alquilar habitaciones en ciudades universitarias. Pagan puntualmente, no se quedan mucho tiempo, y en la mayoría de los casos cuentan con el respaldo económico de sus padres. Según datos de LIVE4LIFE, inmobiliaria especializada en alquiler para jóvenes, el 90% de los inquilinos de habitaciones tienen entre 18 y 25 años, y el precio medio de una habitación en España en 2025 se sitúa en 420 euros al mes, aunque en Madrid alcanza los 550 euros, en Valencia ronda los 400, y en Sevilla, los 350 euros.
“La mala fama ya es cosa del pasado. Son los inquilinos preferidos. Pagan seguro, a tiempo y no suelen ser estancias muy duraderas”, asegura Alberto Añaños, CEO de LIVE4LIFE, que gestiona más de 40.000 alojamientos en toda España. En su opinión, “el inquilino estudiante es, a día de hoy, el inquilino más seguro del mercado con muchísima diferencia”.
La clave de esta seguridad está en el respaldo familiar. “Suelen tener el apoyo de sus padres, lo que elimina el riesgo de impago”, apunta Añaños. Además, los propietarios que apuestan por este modelo suelen optar por una gestión integral: “No quieren que alquilar habitaciones les dé trabajo. Nos derivan todo a nosotros y nos encargamos de la gestión y de que reciban la mensualidad prevista”.
El encaje entre las necesidades de inquilinos y propietarios también es un factor clave en este auge. Los estudiantes buscan viviendas céntricas o bien ubicadas, funcionales, sin grandes lujos y con flexibilidad para dejar el piso al acabar el curso. Los propietarios, por su parte, buscan perfiles solventes, sin riesgo de okupación y que mantengan la vivienda en buen estado. “Siempre se ha vinculado a los jóvenes con las fiestas y el ruido, pero ya se ha convertido en un mito. Hay muchos propietarios que prefieren incluso algo más de ruido, si eso significa evitar okupaciones o impagos”, añaden desde la empresa.
Más allá de la seguridad, la rentabilidad también juega a favor del alquiler por habitaciones: este tipo de contratos puede aumentar hasta un 20% los ingresos del propietario. Y el mercado sigue creciendo, incluso entre inquilinos de entre 26 y 35 años, que ya representan el 6% del total, en un contexto marcado por la dificultad de acceder a una vivienda completa.
En ciudades como Granada (290 euros/mes), Alicante (340 euros/mes) o Valencia (400 euros/mes), la tendencia también es alcista, impulsada por la demanda joven y universitaria. Un escenario que consolida a este colectivo como el nuevo ‘inquilino perfecto’.
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