
Cuando una persona se plantea comprar una vivienda siempre busca hacerlo al mejor precio. Sin embargo, lo que a priori puede parecer un chollo puede no serlo. En este artículo mostramos errores comunes al comprar una casa con descuento, y cómo evitarlos.
Pasar por alto defectos de la casa
Muchas veces, la razón por la que algunas viviendas se venden a un precio reducido o con descuento responde a que poseen defectos que los vendedores no quieren subsanar, bien porque ya no viven ahí y quieren quitarse de encima el inmueble o porque no quieren asumir el coste de la reparación.
En estos casos, si se conocen los defectos y el vendedor tiene buena fe, mencionará los desperfectos durante el proceso de compraventa, rebajando el precio de la casa.
Pero antes de aceptar y comprar, por muy atractivo que resulte el precio, es un error no calibrar la magnitud de los desperfectos. Por ejemplo, si te quieren vender una casa con humedades con una rebaja por ello, hay qué saber cuánto costará arreglarlas y, para ello, hay que conocer su procedencia. Imagínate que te descuentan 5.000 euros por las humedades, pero repararlas cuesta 10.000 o 15.000 euros. La rebaja no es muy rentable, digamos.
Los expertos siempre aconsejan cuantificar el coste de las reparaciones en casas que se venden con descuento por defectos.
Pero podría darse otro escenario. Que el propietario ponga la casa en venta a un precio inferior al de mercado por defectos y no diga nada sobre la existencia de los mismos. En este caso, después habría que reclamar vicios ocultos.
Por ello, siempre conocer previamente el mercado y preguntarse a cuánto se venden aproximadamente las propiedades similares de la zona, algo que puedes hacer consultando el informe de precios de idealista. Al conocer los precios, dispondrás de información valiosa para negociar y advertir si hay gato encerrado.
Aunque es una figura poco conocida en el sector, existen inspectores de vivienda, normalmente arquitectos o peritos inmobiliarios, que pueden visitar la casa durante las primeras fases del proceso y advertirte de la existencia de defectos y estimar un coste de reparación de los mismos.
No investigar el motivo del descuento
Muchas personas se dejan llevar por el precio reducido sin analizar por qué la propiedad se vende a un precio rebajado. Algunas casas se venden con descuento porque tienen problemas legales, carecen de algún tipo de licencia, cuentan con una reforma ilegal no prescrita, por impagos de hipotecas, daños estructurales o ubicación desfavorable.
Antes de hacer una oferta, investiga la historia de la propiedad. Por ejemplo, si se trata de una venta por ejecución hipotecaria, revisa si existen cargas adicionales y confirma que la documentación se encuentre en regla. Ante la duda, siempre es recomendable contratar a un abogado para asegurarte de que no haya sorpresas ocultas.
Obviar los gastos asociados a la compraventa
La ilusión de haber encontrado la casa ideal a un precio reducido puede llevar a obviar que además del precio de venta hay que asumir una serie de impuestos y gastos (ITP, IVA, notaría, gestoría, etc.).
Gastos e impuestos por la compra de una vivienda, ¿cuáles son?
No pensar en el mantenimiento y los gastos asociados
Otro de los errores más comunes al comprar una casa con descuento es no pensar en el coste que supondrá el mantenimiento de la vivienda y los gastos que esta generará a lo largo del tiempo.
Esto va desde impuestos a pagar como el IBI hasta la cuota de la comunidad de propietarios o el gasto de la vivienda en electricidad, algo que pasan por alto muchos compradores por la ilusión de haber encontrado su hogar ideal. Pero conviene estimar todos estos gastos, ya que, sumados a las cuotas de la hipoteca, pueden complicar estar al corriente de las obligaciones económicas.
Desde junio de 2013 el certificado energético es obligatorio para vender o alquilar un inmueble, por lo que la etiqueta energética puede darte una idea de lo que la vivienda gastará de electricidad.
Para lo demás, en la visita al inmueble conviene preguntar cuánto se paga de comunidad (y pedir el certificado de corriente de pago), cuánto de tasa de basuras, de IBI, etc.
No visitar el barrio y la zona previamente
La ubicación de la vivienda es tan importante como su estado o precio. Un error muy común al comprar una casa con descuento es no tomarse el tiempo necesario para explorar el barrio y conocer el entorno del inmueble.
Antes de lanzarse a comprar, aunque el precio parezca un chollo, siempre es aconsejable visitar la zona a distintas horas del día y días de la semana. Esto te dará una idea de cuál es la actividad del vecindario, el nivel de ruido, la seguridad y las facilidades disponibles, como supermercados, colegios, aparcamiento, transporte público y centros de salud.
Por ejemplo, una casa puede parecer una ganga en papel, pero si está situada en una zona con altos índices de ruido o con pocas conexiones de transporte, podría perder gran parte de su atractivo. Una buena ubicación asegura que la propiedad se revalorice con el tiempo.
No conocer los planes de desarrollo del distrito
Otra investigación previa que a menudo se pasa por alto es averiguar los planes de desarrollo de la zona donde se encuentra la vivienda. Esto, los planes de desarrollo, pueden ser un punto a favor o una desventaja. Conviene conocer si en el futuro va a haber proyectos de urbanización, mejoras en infraestructuras, o incluso construcciones futuras que podrían afectar a tu calidad de vida.
Por ejemplo, una zona tranquila podría dejar de serlo si se construye una carretera cerca, un gran centro comercial, una discoteca o una zona industrial. Por otro lado, una vivienda en una zona en la que se están construyendo parques o en la que se va a abrir una estación de metro puede revalorizar la propiedad.
Para evitar futuros quebraderos de cabeza, lo mejor es consultar estas cuestiones en el ayuntamiento del municipio al que pertenezca la casa o revisar los planes urbanísticos para saber qué cambios podrían darse en el barrio. Todo esto dará una visión más amplia sobre el futuro de la zona y evitará sorpresas desagradables.
No tener en cuenta el futuro
Muchas personas cometen el error de comprar una vivienda a precio reducido que encaja a la perfección con su situación en el presente, pero sin tener en cuenta los planes del futuro. Por ejemplo, si se prevé ampliar los miembros de la familia, la casa puede no ajustarse a tus necesidades en los próximos años. El futuro es incierto, pero cuánto más puedas afinar sobre él, mejor.