Una de las soluciones que debe conseguir la arquitectura en espacios urbanos densamente poblados es la capacidad de diseñar viviendas que sean abiertas para la entrada de luz, pero que a la vez no renuncien a la privacidad. En Bratislava (Eslovaquia), la vivienda conocida como House of Gills emplea una solución innovadora elaborada con losas de hormigón, las cuales se inspiran en branquias acuáticas.
Una fachada de branquias
El concepto que da vida a esta casa nace de una analogía biológica. El estudio Beef Architekti, autores del proyecto, lo definen así: "La analogía con las branquias de los peces surgió como una forma de describir el diseño, transmitiendo la idea de una casa que respira como un pez".
Con esta idea, las losas de hormigón, dispuestas de forma independiente a lo largo de la fachada lateral, se inspiran directamente en el movimiento de las branquias. Así, cada una de ellas se coloca con un ángulo diferente, optimizando la entrada de luz y aire sin exponer la intimidad del hogar.
El efecto más llamativo se produce en la zona de la cocina, donde las "branquias" crean un juego visual dinámico y rítmico que refuerza la conexión con la naturaleza. Más allá de un recurso estético, estas piezas anguladas protegen del exceso de sol, aíslan del ruido exterior y, sobre todo, filtran las vistas hacia el jardín sin perder la sensación de apertura.
Este último punto es, quizás, uno de los más importantes, puesto que un problema común en muchas parcelas urbanas alargadas es, precisamente, la dificultad de abrir vistas sin quedar expuesto a los vecinos.
"El diseño responde a los retos que plantea la profundidad de la parcela, introduciendo una distribución profunda centrada en un luminoso atrio", detalla el estudio. Esta solución permite que la luz natural penetre en todos los espacios sin perder la privacidad, generando un efecto envolvente gracias a las paredes exteriores sutilmente inclinadas.
Interiores luminosos
La distribución de la vivienda prioriza la conexión con el exterior. Cada dormitorio se abre a una terraza privada, configurada a partir del juego de volúmenes desalineados, mientras que la sala principal, acristalada en su totalidad, se prolonga hacia un patio con piscina en forma de L.
En la parte trasera de la vivienda, un gran voladizo actúa como extensión de la zona de estar, ofreciendo sombra natural durante el verano y continuidad visual entre el interior y el jardín.
“El núcleo verde no solo aporta luz natural al interior, sino que también sirve de ancla para el espacio principal”, explican desde el estudio. Se trata de un corazón verde de luz y ventilación que, además, funciona como elemento estructurador del espacio. La orientación de los espacios ha sido cuidadosamente estudiada para aprovechar la trayectoria solar y mantener una temperatura agradable durante todo el año.
En el interior, la elección de materiales transmite una atmósfera cálida, natural y contenida. La madera de roble en suelos, marcos y carpintería aporta textura y calidez, mientras que el travertino en baños y terraza realza la luminosidad general del conjunto.
La cocina, de estilo minimalista en acero negro, incorpora soluciones inteligentes como una estantería oculta y una escalera flotante que conecta con un pabellón en la azotea y una zona de bienestar. El salón, con una imponente chimenea de suelo a techo, se abre directamente al comedor exterior y a una piscina semiempotrada, borrando los límites entre lo construido y lo natural.
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