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Vivla

Vivla nació hace apenas tres años con una propuesta que, para muchos, parecía arriesgada: democratizar el acceso a segundas residencias de lujo a través de un modelo de copropiedad. Hoy, esa idea no solo se ha consolidado como una forma atractiva de acceder al 'real estate' vacacional de alto nivel, sino que también ha comenzado a demostrar que es, además, una opción rentable.

“Hemos registrado una rentabilidad media del 12% al 15% en nuestras transacciones”, afirma Carlos Gómez, CEO de Vivla, en una conversación con idealista/news. “Aunque no nos posicionamos como un producto de inversión pura, que un cliente compre, disfrute y luego venda con beneficios es una experiencia muy positiva y refuerza el atractivo del modelo”, agrega. 

Rentabilidad y liquidez: dos claves que redefinen el modelo

Las cifras hablan por sí solas: de una veintena de operaciones secundarias cerradas hasta la fecha (clientes que han vendido su fracción o la han cambiado por otra) la rentabilidad media se sitúa entre el 12% y el 15%. En algunos casos, incluso por encima del comportamiento general del mercado inmobiliario. Gómez lo explica: “Una vez que el activo está validado y en funcionamiento, la demanda aumenta, y los compradores están dispuestos a pagar un poco más. Además, hablamos de tickets de entrada mucho más bajos que los de una propiedad completa, lo que aporta agilidad y flexibilidad”.

Este matiz, la liquidez del modelo, está siendo clave en el crecimiento de la empresa. “Nuestro objetivo siempre ha sido crear una especie de real estate líquido, donde comprar, vender o cambiar de propiedad deje de ser un proceso largo, complejo y burocrático. En mi caso, cambié de casa en solo 48 horas: envié un correo y el equipo se encargó de todo”, asevera el propio Gómez.

Vivla gestiona actualmente 60 propiedades y espera cerrar el año con más de 70. Su modelo permite a los clientes adquirir desde una octava parte de una vivienda en destinos premium (Ibiza, Baqueira, Menorca o Cádiz, entre otros) por menos de 200.000 euros. A cambio, acceden a casas que, en propiedad completa, rondarían los 700.000 u 800.000 euros. 

Para muchos clientes, esto ha cambiado por completo su forma de relacionarse con el sector inmobiliario. “Ya no lo ven como comprar una fracción, sino como una forma de diversificar su patrimonio y acceder a un estilo de vida”, señala Gómez. Alrededor del 20% de los usuarios ya tiene más de una fracción, lo que indica un grado de confianza y satisfacción creciente.

Más gasolina para crecer

La rentabilidad no ha sido solo para los clientes. Vivla acaba de cerrar una nueva ronda de financiación, pese a que ya era rentable desde antes. “La ronda nos da más tranquilidad y respaldo para abordar la siguiente fase: expansión a nuevos mercados, más tecnología, inteligencia artificial y ampliación del equipo”, explica el CEO. 

La comunidad de Vivla es parte esencial del éxito. Con una base de 30.000 clientes registrados, hay varios cientos que forman parte de una lista privada, esperando la oportunidad adecuada. Gracias a este ecosistema, Vivla ha pasado de comprar viviendas acabadas a trabajar directamente con promotores en obra nueva. Hoy, en destinos clave como Roche o Baqueira, los inmuebles se venden incluso antes de estar finalizados.

Vivla ya no quiere que se la perciba únicamente como una empresa de copropiedad. “El mercado nos está empujando hacia algo más grande. No vendemos solo fracciones; construimos una red de grandes residentes. Casas espectaculares, diseño, servicios, intercambios, atención personalizada… eso es lo que realmente enamora al cliente”, explica Gómez.

Garantías, intercambios y valor emocional

Otro factor clave en la buena acogida ha sido la incorporación de garantías: si el cliente quiere devolver su fracción en un plazo de tres años, Vivla está obligada a recomprarla al precio original, con una pequeña penalización por uso. Esto, junto con el sistema de intercambios entre propiedades (incluso con partners internacionales como Thirdhome), añade un extra de seguridad y flexibilidad.

“Poder cambiar tu casa en 48 horas, o irte a México con tu familia prácticamente gratis gracias a un intercambio, es algo que el cliente valora muchísimo. No solo por el ahorro, sino porque siente que su inversión está siempre generando valor, incluso cuando no la está usando”.

¿En qué consiste la copropiedad?

El modelo de negocio es sencillo. El interesado en adquirir una segunda residencia en España se puede acercar hasta esta empresa y:

1. Transmitirle de cuánto dinero (presupuesto) dispone.

2. Qué ubicación le atrae.

3. Cuántas semanas le gustaría disponer del activo.

Todas las empresas dedicadas a este modelo de negocio lo primero que hacen es dividir la propiedad en ocho partes o fracciones, para que los propietarios puedan comprar un mínimo de una fracción y un máximo de cuatro. Todos los gastos se reparten entre los propietarios y el derecho a disfrute por fracción es de seis semanas al año, incluida una semana en temporada alta, como mínimo. En total 44 noches al año por octavo.

¿Cómo se realiza la compra?

Las compañías vehiculizan la copropiedad a través de una S.L, y los copropietarios son los titulares de la S.L en su totalidad, que es la dueña del inmueble. Cada propietario puede tener un mínimo de una acción (un octavo de la vivienda) y un máximo de cuatro porque ninguno puede poseer más de la mitad del activo. La gran mayoría de empresas ofrecen la posibilidad de quedarse ellas mismas como administradores y gestores de la S.L para liberar de trámites y burocracia a los propietarios, pero si estos últimos quisieran ejercer de administradores y gestores lo podrían hacer perfectamente. 

¿Cuánto cuesta?

En España, de momento, la gran mayoría de empresas que se dedican a esta compra fraccionada son aquellas que trabajan con activos de semilujo o alto standing. Se trata de casas o villas de hasta siete millones de euros que al repartirla entre ocho da como resultado una inversión de cerca de 800.000 euros. Existe un segmento medio de villas de menos de dos millones de euros con un ticket por persona de entre 150.000 euros y 300.000 euros. Y por último, acaba de nacer hace pocas semanas una compañía que busca propietarios de clase media-alta que puedan desembolsar entre 50.000 y 100.000 euros por la participación de una de sus viviendas. 

¿Cómo se hace el reparto de semanas?

La gran mayoría de las empresas, por no decir todas, intentan hacer un reparte justo de las semanas. ¿Qué quiere decir esto? Muy sencillo, el propietario podrá disfrutar como mínimo una semana de la vivienda en temporada alta. En este sentido, cabe destacar que no será lo mismo una temporada alta de una vivienda en la montaña o una vivienda en la costa, por ejemplo.

¿Dónde puedo encontrar estas viviendas?

Los 'players' del mercado se están centrando en zonas costeras porque es donde más demanda de segunda residencia existe. Lugares como la costa del sol, la costa brava y las Islas Baleares son el gran objetivo de estas compañías, pero hay empresas como Vivla que también abre el mercado a lugares de montaña para los amantes del ski. 

¿Por qué elegir una copropiedad?

Según los datos facilitados por Vivla, sólo en el Sur de Europa hay 18 millones de viviendas que se usan tan solo un 15% del tiempo, y millones de europeos interesados en disponer de una vivienda para unos meses. "Vivimos en una sociedad mucho más flexible donde el uso compartido está extendido en muchos mercados y el de la segunda residencia creo que necesita un nuevo concepto", afirma el CEO de esta compañía puntera del sector. Es decir, este modelo ofrece al propietario la posibilidad de tener una segunda residencia sólo por el tiempo que normalmente se suelen habitar a lo largo de un año: entre seis y ocho semanas. 

¿Puedo vender mi parte de la casa cuando quiera?

Claro que sí. Todas las compañías permiten al propietario vender la parte de su casa a la persona que ellos quieran por el precio que ellos decidan. Además, dado que todas estas empresas tienen una gran bolsa de clientes también ofrecen la posibilidad de ser ellos los encargados de vender esta participación para que el propietario no tenga que ocuparse de nada.

¿Qué diferencias existen con la multipropiedad?

"La realidad es que con la multipropiedad no eras propietario de nada, sólo pagabas por un derecho de uso, pero al finalizar no eras propietario. En la compra fraccionada el interesado se convierte desde el primer momento en propietario del inmueble en cuestión, en función de lo que haya pagado. Esto significa que ha realizado una inversión inmobiliaria y que en cualquier momento puede deshacer su posición vendiendo su parte de esta", asevera el CEO de Vivla, una de las empresas de este sector. En este sentido, lo importante es destacar que no sólo se trata de una compra, sino también de una inversión inmobiliaria. 

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