
Todo parece preparado para que el euro alcance, más pronto que tarde, el nivel de 1,20 frente al dólar. Una cota que no toca desde junio de 2021 y que parece un objetivo más que factible en el transcurso de un 2025 en el que la divisa europea sube alrededor de un 15% frente al billete verde. Hay que retroceder 22 años para encontrar una revalorización tan potente.
El mes de septiembre ha certificado que las políticas monetarias de Estados Unidos y Europa van a dos velocidades muy distintas. Mientras que la reunión mensual del Banco Central Europeo (BCE) ha certificado el frenazo del precio del dinero en el nivel del 2% y ha dejado entrever que las rebajas de tipos podrían haber llegado a su fin, al otro lado del Atlántico el movimiento es el contrario.
La Reserva Federal (Fed) ha rebajado los tipos de interés 25 puntos básicos, hasta el 4,25%, y ha abierto la puerta a dos descensos más en lo que queda de este año. La decisión debilita al dólar y favorece al euro. Pero también tiene un potente impacto en la renta variable. Con el euro al alza, el Ibex 35 daba un rendimiento de cerca del 29% entre enero y agosto de este año. Por el contrario, los grandes índices americanos se movían con pérdidas entre el 3% y el 5%.
¿Qué acciones se benefician más, sobre el papel, del nuevo escenario provocado en el mercado de divisas por las distintas estrategias del BCE y la Fed?
Por un lado, están aquellos valores que compran materias primas que cotizan en dólares. Un buen ejemplo en clave española es Repsol, que ve como la subida del euro frente a la divisa estadounidense abarata el importe de sus compras de petróleo y gas. La compañía está en plena escalada en bolsa desde los mínimos de abril (sube más de un 30% en lo que va de año), pero los analistas aún le dan potencial de subida.
Dentro del sector de la energía y por las mismas razones que Repsol, también se ven beneficiados grandes grupos eléctricos como Iberdrola y Endesa, que ven como se abaratan los costes de aprovisionamiento para sus centrales de ciclo combinado. Dos valores cíclicos como Acerinox o Arcelor también son importadores de materias primas denominadas en dólares.
Con un dólar débil, también se benefician de la debilidad del dólar aerolíneas como IAG o Ryanair. Estas compañías tienen que desembolsar el coste del combustible en dólares, al tiempo que venden los vuelos en euros. En muchos casos, estas compañías tienen una gran capacidad para fijar precios en sus distintos mercados, por lo que pueden aprovechar al máximo el nuevo escenario.
Con un euro más fuerte, también ganan las empresas con una fuerte demanda interna en Europa. En España, el ejemplo más claro es Inditex. Aunque ha rebotado en bolsa tras la publicación de los resultados del primer semestre, aún pierde un 5% en lo que va de año. Los analistas le dan un recorrido alcista teórico potente del 10%.
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