La presión que ejerce la oferta ilegal de apartamentos turísticos (a partir de una semana de arrendamiento esta actividad se considera turística) sobre la planta registrada por la consellería de turismo de la costa Blanca provocará que este verano el alquiler medio de una vivienda en primera línea de mar se reduzca más de un 30%. El precio máximo mensual de un apartamento no supera los 2.000 euros, cifra que queda muy lejos de los 3.000 euros que se pagaban en benidorm por una quincena en los años noventa
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