Allá por 2007 el fondo monetario internacional (fmi) andaba preocupado por el posible pinchazo de la burbuja inmobiliaria española. Temía una grave crisis. Se apoyada en el hecho de que el precio de la vivienda había caído ligeramente pese a que el PIB crecía a un ritmo del 3,9%. Sin embargo, la delegación española defendía la salud de la economía española y echaba la culpa de los agoreros rumores a los “catastrofistas” del fmi y a la prensa “ansiosa por encontrar un nuevo enfermo en Europa”
Según las actas desclasificadas de las reuniones del consejo ejecutivo del fondo, el director ejecutivo por España, Ramón Guzmán, intentó aseguró que se habían “malinterpretado” los datos y “sobreestimado” las consecuencias del frenazo inmobiliario. En aquella época el gobierno de zapatero defendía la idea de que la economía de nuestro país viviría un “aterrizaje suave”
Además de descartar un “ajuste brusco”, Guzmán defendió el espíritu reformista de España contra lo que criticaba el estudio de los técnicos del fmi. “Al contrario de lo que un lector apresurado del informe de los técnicos podría inferir, las autoridades consideran que se ha hecho un gran progreso con los años al poner a España entre los máximos reformistas de Europa”, sacó pecho. No obstante, recalcó que debía mejorar la productividad y prometió que no habría “riesgo de una actitud autocomplaciente en el futuro”
Un sobreprecio del 30%
En realidad, el fondo advertía de la necesidad de recuperar la competitividad con relación a la zona euro y “una posible corrección de los altos precios del sector inmobiliario”. El número dos del departamento europeo del fondo, alessandro leipold, advertía de que tanto los técnicos del organismo, como la ocde y el banco de España coincidían en calcular “una sobrevaloración de entre el 20% y el 30%” del mercado inmobiliario”
Sin embargo, Guzmán argumentó que la escalada de precios de los últimos años se debía a factores no especulativos, como el aumento de la demanda por el boom migratorio o de la “desconstrucción” de la unidad familiar tradicional, así como la caída de los tipos de interés, el apetito de los inversores de otros países europeos, entre otros
Avisando del desastre
En el invierno de 2004, idealista.com editó el primer libro que habló en España de la burbuja inmobiliaria. Recopilaba los comentarios más interesantes que se publicaron en nuestro foro entre octubre de 2003 y octubre de 2004, en un intento de poner transparencia en un tema -la supuesta situación anómala del sector inmobiliario español- con argumentos a favor y en contra de algo de lo que nadie quería hablar… excepto unos pocos
El debate ha evolucionado. Ya no se discute si existe o no la burbuja, ahora se habla de las mejores salidas a la crisis, de su duración e intensidad. A pesar de todo, seguimos creyendo que "lo peor ha pasado" (descárgate aquí ‘la burbuja inmobiliaria’)
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