Àngels Castellarnau: "La gente empieza a percibir la arquitectura como algo más que un trabajo técnico"

Lo suyo fue casi de triple salto mortal: arquitecta, mujer, se instala en un pueblo y monta allí su estudio hace 20 años. Como Àngels Castellarnau reconoce, fue muy duro: no eres de allí, eres mujer, el entorno rural sigue siendo muy clásico y llegas con tus ideas innovadoras... Todo indicaba que habría fricción y sin embargo, ahí sigue Edra Arquitectura, un estudio de lo más rompedor en el panorama español de arquitectura porque ofrece técnicas de construcción que siempre existieron pero pasaron, lamentablemente, al olvido.

Castellarnau recibe a Idealista News en su primer proyecto realizado en tierra, en Ayerbe, Huesca.

Fachada de la casa de Àngels Castellarnau idealista/news

¿Por qué estudió Arquitectura?

Pues la verdad es que no quería estudiar arquitectura, en realidad quería estudiar algo relacionado con la naturaleza, a lo mejor agrónomos o forestales, estar más en contacto con la naturaleza. Siempre fui muy creativa y mis padres me dijeron bueno, también hay una forma de acercarse al territorio y decidí arquitectura y la verdad es que es lo mío. Fue un acierto y estoy encantada.

Y de su oficio, ¿qué es lo que más le gusta?

La mirada transversal que tienes del mundo en el que estás trabajando: a nivel territorial, de materiales, a nivel geomorfológico y también a nivel microscópico. Nosotros tenemos un laboratorio en el estudio. Además, también trabajas con las personas, con comunidades, puedes generar un impacto positivo desde tu trabajo y eso es lo que realmente nos mueve.

Exterior de la casa de Àngels Castellarnau idealista/news

¿Por qué un laboratorio en un estudio de arquitectura?

Porque trabajamos con materiales naturales, coges el material directamente de la naturaleza y lo tienes que convertir en un material de construcción. Es decir, tienes que tener una maestría sobre ese material, entonces tienes que llegar a lo profundo. Por ejemplo, trabajamos con tierra, pues haces ensayos de granulometría, sedimento, o sea, tienes que dominar el material y hacer muchos ensayos para poder poner este material en obra.

¿Hay alguna cosa de su oficio que le guste menos?

Somos echados para adelante y cargamos con todo pero sí que a nivel de normativa creo que estamos llegando a un punto de inmovilismo. La construcción con tierra no tiene norma en este país, bueno, en Europa en realidad, y eso hace que limiten el desarrollo de muchas cosas. Siempre la norma viene detrás. A veces cuando tenemos estas propuestas más pioneras, que no es la arquitectura de catálogo tienes que hacer unos esfuerzos titánicos. Al final estás haciendo desarrollo tecnológico a la vez que haces arquitectura.

Una de las estancias de la casa de Àngels Castellarnau idealista/news

¿En qué se diferencia vuestro estudio de arquitectura de otros estudios?

Trabajamos en ecológico. Lo primero que intentamos es acotar lo que es realmente necesario para desarrollar, es mejor hacer los espacios de más calidad que más grandes, porque eso lleva una derivada de mucho más material, más coste también. Y luego vemos lo que hay en el lugar: a nivel de materiales, a nivel de artesanal, a nivel también de comunidad, porque hay comunidades que tienen un potencial de desarrollo de algunas cosas. Por ejemplo, hemos trabajado en el Pirineo, en una zona eminentemente ganadera y que tradicionalmente ha habido muchísimo ganado y muchísimo mercado de lana. Lo que intentamos es reintroducir la lana de oveja para de alguna forma, generar ese impacto positivo que se vuelva a revalorizar ese material.

¿Dónde estamos ahora mismo?

En Ayerbe, un pueblo a 28 kilómetros de Huesca. Soy de Barcelona pero siempre tuve claro que quería vivir en el mundo rural. Fue uno de los motivos por los que me instalé aquí: abrí un estudio de arquitectura y empezamos a trabajar temas de bioclimática, al final el mayor recurso que tenemos es la luz del sol. Mi marido es agricultor, siempre hemos hecho mucha propuesta desde la agricultura y la arquitectura porque entendíamos que era una filosofía de desarrollo rural, de generar empleo. La verdad es que estamos contentos porque hemos trabajado mucho y creemos que bien.

Una de las estancias de la casa de Àngels Castellarnau idealista/news

¿Cómo fueron esos inicios?

Muy duros. Además, en unas sociedades tan masculinizadas y todavía instaladas en el siglo XIX, el mundo rural no es acogedor para todas las propuestas que vienen con otra dinámica. La sociedad rural lo que le tienes que demostrar es que vas en serio, que vienes para quedarte. Una vez has pasado esa frontera, todo se relaja.

¿Cuántos arquitectos trabajando en tierra puede haber en España?

La verdad es que hay pocos. Una decena puede haber. Nosotros ahora lo que vamos a empezar a hacer asesoría porque sí que son sistemas de construcción muy deseados, hay una tendencia a trabajar con tierra. De hecho, si miramos los proyectos final de carrera que están saliendo, la mayoría están hechos en tierra o en madera. Entonces, pues ya que tenemos todo el bagaje y el conocimiento, vamos a asesorar a arquitectos para que sea realmente una introducción real porque no hay escuelas para formarse de esto.

Construir con este tipo de materiales, que fueron los que antes se utilizaban, ¿es más económico?

El coste de este tipo de construcciones es el mismo que el de una de una arquitectura convencional de la misma calidad. Este tipo de materiales son muy económicos. Comprar tierra o paja. La madera ha entrado dentro de las fluctuaciones de los precios de materiales porque tenemos un mercado global pero si empezamos  a potenciar la madera local, también vamos a estar teniendo un impacto positivo en el sitio y a la larga pues va a ser va a ser un precio competitivo. El tema está en que hay algunos sistemas que tienen una gran carga de mano de obra. Siempre decimos que preferimos darle el dinero a las personas que a las grandes industrias. Pero en cualquier caso, estamos empezando a producir material prefabricado, sistemas de material en tierra prefabricado que puedan llegar directamente a una ciudad y hacer una fachada de seis plantas, igual que está llegando otro material prefabricado.

idealista/news

Háblenos de esta casa

Fue el primer experimento que hicimos en tierra, porque normalmente los experimentos los probamos primero en nuestra piel. Es una casa de muro de carga de tapia, este sistema que montas unos encofrados, vas vertiendo la tierra por tongadas, en este caso está mezclada con paja y la vas apisonando. Lo que estás haciendo es construir un suelo con mucha capacidad portante, un muro estructural al final que recibe unos forjados de madera. Y luego tiene unas soluciones bioclimáticas que hacen que seas menos dependiente de la energía fósil: grandes ventanales hacia el sur y la energía se acumula en materiales de gran inercia térmica. Todos estos materiales se cargan en fase de carga y se ceden con un retardo térmico hacia el ambiente, generando ese confort. Y también trabajamos con la estratificación del aire, una estrategia muy sencilla de hacer porque todo el mundo sabe que el calor sube entonces lo que haces es o impulsarlo hacia abajo o extraerlo localizando en qué lugar debería estar la temperatura.

¿Qué lugar de la casa le gusta más?

La cocina. A lo mejor porque vengo de culturas en las que hay una gran cocina, con una gran mesa en medio donde todo sucede.

¿Se siente identificada con la imagen que mucha gente tiene del arquitecto?

Pues como la imagen que mucha gente tiene del arquitecto es del arquitecto, no puedo sentirme identificada porque somos muchas arquitectas que estamos dando respuestas muy diferentes a las que daría un hombre. También creo, al margen de la parte de género, que hoy tenemos propuestas de arquitectura que trascienden muchos campos. Los arquitectos tenemos que poner las manos en los materiales. Es absolutamente necesario para para conocer cómo funcionan los materiales. Creo que estamos haciendo propuestas que están cambiando mucho la manera de ver la arquitectura. Creo que la gente también va a empezar a percibir la arquitectura como algo más que un mero trámite o un trabajo técnico. Así que creo que va a ir cambiando, introduciendo muchas otras perspectivas.