Los graneros han formado parte del paisaje rural durante siglos por su papel indispensable de almacenamiento en la agricultura y la vida en el campo. Pero con el abandono del campo, o por la mecanización del mismo, los antiguos graneros han ido perdiendo su razón de ser y han caído en desuso o se han deteriorado. Sin embargo, tras años de dejadez, un fuerte movimiento busca su renovación para preservar su valor histórico y arquitectónico, a la vez de ofrecer espacios modernos que mantengan el carácter rural.
Una de las claves de dicho movimiento es mantener la esencia del edificio original mientras se incorporan elementos modernos que mejoren sus espacios y la funcionalidad. Un buen ejemplo es la renovación de Flint Farm en el norte de Hertfordshire, la cual integra de manera armoniosa un granero del siglo XVIII con una ampliación contemporánea.
Un granero renovado
Diseñada por Will Gamble Architects, la llamada Flint Farm está situada en el pintoresco pueblo de Therfield, en el norte de Hertfordshire. El proyecto consistió en una renovación de la granja y su granero, combinando la arquitectura tradicional con una ampliación moderna que aporta funcionalidad y frescura al espacio.
El granero original, un edificio agrícola del siglo XVIII, había sufrido diversas modificaciones a lo largo del tiempo y se había deteriorado significativamente. Según el estudio, el granero había sido "toscamente" derribado, sometido a reparaciones desordenadas y utilizado como sala de calderas y tendedero. Sin embargo, el estudio vio el potencial en la estructura original y decidió restaurarla, manteniendo su carácter histórico mientras se integraba con la casa principal y se mejoraban sus características térmicas.
El granero fue renovado con una nueva entrada que permite un acceso directo desde la casa principal y se añadió una zona de estar informal que aprovecha al máximo el espacio. El trabajo en el exterior fue igualmente exhaustivo: el revestimiento de madera negra y las tejas de arcilla, que formaban la estructura exterior del granero, fueron retirados, restaurados y recolocados para mejorar el aislamiento térmico del edificio.
Además, la inclinación irregular del tejado y los aleros desiguales, que dan el carácter al granero, fueron cuidadosamente restaurados para conservar la autenticidad de la edificación original. "Fuimos capaces de convencerles del potencial subyacente del granero", comentan desde el estudio.
Ampliación moderna
Una de las características más destacadas de esta renovación es la ampliación moderna ya que, en lugar de replicar los elementos tradicionales del edificio, se optó por un diseño "descaradamente contemporáneo" para la ampliación, asegurándose de que la granja y sus dependencias anexas se distingan claramente. La ampliación lateral tiene una cocina y un comedor rodeados por cristal de suelo a techo, lo que crea un contraste visual con la estructura más rústica del granero y la casa principal, al mismo tiempo que aprovecha las vistas del entorno rural.
El zócalo de sílex tallado, que se utiliza en la base de la ampliación, se relaciona con los muros de los graneros agrícolas de la zona, lo que ayuda a integrar la nueva construcción con el paisaje. "La adición tiene un aspecto descaradamente contemporáneo, para garantizar que la granja y las dependencias vecinas sigan siendo claramente legibles", afirman en el estudio. El tejado está rematado con una corona de acero angular oscuro, que hace referencia a los frontones de madera negra del granero original, manteniendo la continuidad y contraste entre lo antiguo y lo nuevo.
El diseño interior se caracteriza por una cuidadosa elección de materiales que buscan crear un ambiente táctil y acogedor. "La casa está definida por texturas y patrones que recuerdan al antiguo corral", explican desde el estudio. Para ello usan materiales como hormigón pulido, madera ennegrecida y roble natural combinados con elementos contemporáneos como el mármol y la terracota.
La ampliación también permitió mejorar la conexión entre la casa principal y el granero, creando una nueva entrada de doble altura y una escalera de roble con esbeltos husillos de acero. En general, la intervención no solo mejora la funcionalidad de la vivienda, sino que también la convierte en un lugar lleno de historia y carácter, donde lo antiguo y lo moderno coexisten en armonía.
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