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Wall House 2, diseñada originalmente por Hejduk en la década de 1970, fue construida en 2001 en Groningen, Países Bajos.
Wall House 2 Wikimedia commons

John Quentin Hejduk (1929-2000) sigue siendo una figura singular dentro del panorama del siglo XX: fue arquitecto, profesor y, sobre todo, narrador visual. Estuvo al frente de The Cooper Union, en Nueva York, durante más de tres décadas, en la que planteó que dibujar y construir eran, en esencia, actos de contar historias.

Sus proyectos fueron muchas veces maquetas o dibujos más que edificios construidos, exploran un vocabulario geométrico casi literario: torres que recuerdan letras góticas, “máscaras” que se alzan como personajes trágicos y volúmenes que adoptan posiciones teatrales sobre el terreno.

Hejduk durante una conferencia en Praga el 6 de septiembre de 1991.
John Hejduk Wikimedia commons

Un estilo de geometrías narrativas

En esencia, las formas de Hejduk parten de figuras primarias como cubos, cilindros o pirámides que, combinadas, crean entre ellas tensiones dramáticas. Cada pieza adquiere carácter; así, un prisma alargado puede sugerir un vigía o un cono truncado, un niño escondido.

Por ello se habla de arquitectura narrativa: las plantas y alzados se leen casi como viñetas, y los cortes transversales muestran escenas que parecieran congeladas en el tiempo.

Hejduk se expresó con la misma solvencia en axonometrías de trazo limpio que en acuarelas libres. A finales de los 70, publicó sus célebres trípticos “Wall Houses”, “Diamond Houses” y “Masques” donde los elementos se dislocan y flotan, unidos por pasarelas delgadas o por muros que actúan como membranas simbólicas entre la intimidad y el exterior.

Maqueta de la Wall House 2 de 1972. NAi Collection, MAQV 0429.
Maqueta Wall House 2 MAQV

Paralelamente, su interés por la poética de lo cotidiano y por la fenomenología le llevó a explorar en cada proyecto la luz y la sombra como recursos dramáticos, elaborando huecos profundos, citas a ruinas y contrastes entre fachadas “ciegas” y huecos puntuales.

En sus clases, Hejduk insistía en que el arquitecto debía “aprender a ver” antes que a solucionar. Esta postura quedó plasmada en su obra Education of an Architect (1971), donde recogía ejercicios estudiantiles casi tan arriesgados como sus propios trazos. Así, su “estilo” se entiende mejor como una metodología: descomponer la realidad, asignar valores emocionales a cada pieza y recomponerla con lógica propia.

Sus obras clave

Como hemos comentado, buena parte del legado de Hejduk se conserva en cuadernos y exposiciones; no obstante, existen varias obras construidas que materializan su universo narrativo.

En Minneapolis se alza la Wall House #2. Fue diseñada en 1973 y levantada finalmente en 2001; su muro de hormigón, como una columna vertebral, separa y conecta pequeñas cápsulas habitables mediante pasarelas estrechas. La casa hace tangible la idea de que la vida es un recorrido fragmentado: cada habitación es un episodio, y el muro, la línea temporal que los hilvana.

En Berlín, la Kreuzberg Tower and Wings (1988) demostró que su estética podía dialogar con el tejido urbano real. Tres torres esbeltas y dos volúmenes laterales de vivienda social rompen la monotonía mediante huecos y balcones dispuestos con aparente arbitrariedad, otorgando a cada apartamento una identidad única. Las fachadas recuerdan máscaras con ojos y bocas, fieles a su obsesión por dotar a la arquitectura de un rostro expresivo.

Kreuzberg Tower and Wings, obra de 1988 situada en Berlín.
Kreuzberg Tower and Wings Roberto Conte

Un registro más íntimo y conmemorativo se aprecia en el conjunto dedicado a Jan Palach en Praga, House of the Suicide y House of the Mother of the Suicide (1991-2016). Dos pabellones de escala contenida dialogan a corta distancia para evocar sacrificio, duelo y esperanza. Uno ennegrecido, casi hermético; el otro, claro y rodeado de listones. El espacio entre ambos se convierte en un vacío cargado de significado, un lugar de recogimiento donde la geometría sirve al recuerdo.

House of the Suicide y House of the Mother of the Suicide en Praga.
House of the Suicide y House of the Mother of the Suicide Wikimedia commons

Incluso cuando una obra quedó en proyecto, como la Chapel of the Labyrinth para Florida Southern College (1997), los dibujos bastan para intuir la fuerza dramática del autor: cilindros concéntricos y muros inclinados que guían al visitante en un recorrido introspectivo. La arquitectura, de nuevo, como narración ritual.

Además de ellas, se debe destacar también su serie de “Masques”, unas estructuras habitables que recuerdan rostros o figuras totémicas, la cual viajó en exposiciones itinerantes por Europa y provocó que la crítica lo calificara de “dramaturgo del espacio”.

La serie “Masques” son unas estructuras habitables que recuerdan rostros o figuras totémicas.
London Masque Royal Academy of Arts, London / David Parry

Hoy, las enseñanzas de Hejduk sobreviven no sólo en sus pocos edificios, sino en la influencia sobre generaciones de arquitectos que vieron en sus dibujos la posibilidad de unir disciplina, poesía y relato. Sus geometrías siguen siendo, ante todo, metáforas abiertas: invitan al observador a completar la historia con la experiencia propia, recordándole que la arquitectura también puede ser palabra convertida en forma.

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