Hay tres maneras de almacenar todo el dinero que ahorramos: de manera física en algún escondite dentro de la casa, en la cuenta bancaria o utilizando instrumentos financieros que ayudan a invertir y lograr que estas cuantías aumenten con el paso del tiempo, una modalidad que se está inculcando en las generaciones actuales con el objetivo de combatir las subidas de precios que se prevén en el futuro.
Teniendo en cuenta esta nueva tendencia monetaria, idealista/news Italia ha contactado con Alessio Vannucci, asesor financiero independiente y colaborador de la asociación ADUC, que ha explicado qué sucede al comprar una acción o un ETF en la bolsa.
¿Qué sucede cuando compramos una acción en la bolsa?
Generalmente los inversores no se preguntan dónde residen estos instrumentos financieros, pero es importante saber más para entender qué hay detrás de una inversión, cuáles son sus riesgos y sus costes.
Cuando compramos una acción que cotiza en bolsa, no recibimos un certificado en papel, ni el banco archiva físicamente la acción en un cajón a nombre del propietario. Todo se realiza digitalmente, y a cada paso, la lista de actores involucrados, cada uno con sus funciones específicas, crece.
Podemos imaginar la situación: iniciamos sesión en nuestra app bancaria o vamos a una sucursal y compramos acciones de un ETF que cotiza en bolsa. La transacción parece sencilla, pero ocurre mucho más entre bastidores.
El banco o corredor transmite la orden al mercado, Euronext Milán en nuestro caso. La bolsa de valores es simplemente el punto de encuentro donde se encuentran la oferta y la demanda. Pero atención: la bolsa facilita la negociación, no almacena los valores.
¿Cuándo finaliza realmente la compra?
Una vez finalizada la compraventa, comienza la fase de liquidación, es decir, el intercambio de dinero por valores. Aquí es donde entra en juego el depósito central de valores, una “gigantesca bóveda digital" donde todos los valores financieros se almacenan electrónica y centralmente.
Desde 1999, con la desmaterialización, los certificados en papel ya no existen: todo se basa en registros electrónicos en estos custodios. Por lo tanto, cuando se liquida el ETF, las acciones se abonan en la cuenta que nuestro banco mantiene para nuestro beneficio.
Entonces, ¿cuál es el papel del banco?
El banco o corredor de bolsa ofrece una cuenta de valores donde puedes consultar los instrumentos que posees. Sin embargo, estos valores no se guardan en el banco, ni física ni legalmente. Se custodian en un depósito central, o si se trata de instrumentos extranjeros, en operadores internacionales.
El banco actúa como administrador e intermediario: controla en sus registros que las acciones registradas pertenecen a un propietario específico y gestiona los servicios relacionados (estados de cuenta, dividendos, reuniones, etc.).
¿Qué salvaguardas existen para proteger a los ahorradores? ¿Hay riesgo de que algo salga mal en este proceso?
No, no existen riesgos, ya que los valores se mantienen como un activo separado y no se mezclan con los activos del banco. Las autoridades supervisoras garantizan que los instrumentos financieros se transfieran sin pérdida de propiedad.
En casos extremos, también es posible solicitar un certificado de propiedad directamente desde el sistema.
En resumen: incluso si la base de datos del banco fallara, existe un registro oficial y rastreable que confirma quién es el propietario de esos valores.
¿Cómo funciona Monte Titoli?
Podemos definirlo como el almacén digital de valores de Italia. Fundado en 1978, Monte Titoli se convirtió en el depósito central nacional obligatorio de valores italianos en 1986. Desde 1999, cada acción o bono existe únicamente como un registro digital en sus servidores, bajo la supervisión del Banco de Italia y la Consob (autoridad reguladora del mercado de valores en Italia).
Cuando compramos una acción italiana o un ETF, las acciones se abonan en nuestra cuenta bancaria en Monte Titoli. El banco, a su vez, registra la identidad del beneficiario de dichas acciones. Todo ello sin necesidad de papeleo y sin transferencias por parte del ahorrador.
¿El proceso es idéntico para los ETF?
Un ETF (Fondo Cotizado en Bolsa) es un tipo especial de fondo de inversión cotizado. Por ley, los activos de un fondo deben estar en manos de un tercero, llamado banco custodio, independiente de la sociedad gestora que administra el fondo. Esta medida de protección impide que la sociedad gestora se apropie de los fondos o los malverse, ya que todos los fondos y valores del fondo están en manos de un banco custodio especializado.
Así, en el caso de un ETF, el banco mantiene en custodia las acciones, bonos u otros activos comprados por el ETF con los activos recaudados.
Esto significa, en pocas palabras, que, si el emisor del ETF incumpliera sus obligaciones, los activos subyacentes (acciones, bonos gubernamentales, oro físico, etc.) están seguros porque están segregados con un custodio independiente. El banco custodio también supervisa el cumplimiento de la normativa por parte de la gestora (por ejemplo, garantizando la precisión del cálculo del valor liquidativo del fondo, que las acciones emitidas correspondan a los flujos de caja reales, etc.).
En el desafortunado caso de problemas con el emisor, este mecanismo permite a los inversores recuperar los fondos de los activos del fondo, que están segregados con el custodio.
¿Es correcto decir que hay dos custodios con funciones diferentes?
Es importante no confundir el banco custodio del fondo con el depositario central de valores. Son dos entidades distintas con nombres similares:
- El banco custodio mantiene los activos del fondo (en nombre de todos los participantes del fondo).
- El depositario central de valores (por ejemplo, Monte Titoli - Euronext Securities Milán) conserva las participaciones/unidades del fondo de cada inversor y registra los cambios de propiedad durante las operaciones.
En otras palabras, podemos decir que su ETF "vive" en dos niveles: a nivel de fondo mutuo, los activos que lo componen están en la bóveda del custodio, y a nivel de cotización en bolsa, las acciones de su fondo están en la "bóveda" de Monte Titoli, dentro de su cuenta de valores.
Entonces, ¿dónde se encuentra el ETF?
En resumen: si compramos un ETF, o cualquier otro instrumento cotizado, no hay un certificado físico en un cajón a nuestro nombre. Sus valores residen en un depósito centralizado en formato electrónico.
El emisor del ETF no posee nuestras acciones (sin embargo, un banco custodio externo posee los activos del fondo ETF en nombre de todos los inversores, de modo que el ETF siempre está respaldado por los activos subyacentes reales).
Sigue toda la información inmobiliaria y los informes más novedosos en nuestra newsletter diaria y semanal. También puedes seguir el mercado inmobiliario de lujo con nuestro boletín mensual de lujo.
Para poder comentar debes Acceder con tu cuenta