El precio de la vivienda usada en EEUU rompe récords y supera al de la obra nueva

Según los datos publicados por la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios de Estados Unidos (NAR, por sus siglas en inglés), el precio medio de una vivienda usada en el país norteamericano se situó en 422.400 dólares (362.280 euros al cambio actual) durante el mes de julio, es decir, 18.600 dólares (16.000 euros) más que el valor de una vivienda de obra nueva, la diferencia más alta desde que hay registros.

Es la séptima vez en la historia del país en la que se da esta situación, aunque en todas las anteriores la diferencia fue de menos de 5.000 dólares (4.300 euros). La primera se produjo en el segundo trimestre de 2005 y la segunda en el tercero de 2021. El resto se han registrado entre este año y el pasado.

Según los expertos entrevistados por el blog estadounidense Zero Hedge, esta diferencia económica se explica por dos factores principales.

• Bajada de las tasas hipotecarias. La hipoteca media fija a 30 años se situó en el 6,72% durante julio, frente al 6,82% de junio y al 6,85% de hace un año, según la corporación federal de préstamos hipotecarios Freddie Mac. Esta evolución ha impulsado la demanda, gracias a la mejora de las condiciones de financiación.
• Fortaleza de los vendedores. Según Lawrence Yun, economista jefe de NAR, los actuales vendedores también se benefician de esas condiciones hipotecarias si deciden dar el salto a una vivienda de mayor precio. A ello se suman las subidas salariales de los trabajadores estadounidenses, que sitúan al vendedor en una posición privilegiada para solicitar precios superiores a los inicialmente previstos.

Precio en máximos y ventas en mínimo

El precio medio de una vivienda usada descendió en 10.300 dólares (8.860 euros) en julio respecto al mes anterior, cuando alcanzó el mayor nivel registrado hasta la fecha: 432.700 dólares (371.600 euros).

En contraste, las ventas de viviendas usadas se situaron en 4 millones de operaciones en julio, una de las cifras más bajas de la historia y muy cercana al mínimo de 2010, cuando apenas se cerraron 3,5 millones de transacciones.

A este panorama se suma el volumen de oferta: 1,55 millones de viviendas usadas permanecen en el mercado sin comprador, el dato más elevado desde el estallido de la pandemia.