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MP Capital sigue de compras en Madrid: adquiere Fuencarral 26 y refuerza su ofensiva en el retail ‘prime’
aRetail

La calle Fuencarral vuelve a moverse. En uno de los ejes comerciales más transitados y codiciados de Madrid, el ‘family office’ MP Capital ha cerrado la compra del local ubicado en el número 26, actualmente arrendado a la zapatería Lola Rey y con una superficie aproximada de 100 m2 en planta baja. La operación, cuyo precio no ha trascendido, ha sido intermediada por la consultora inmobiliaria aRetail y confirma el apetito del inversor por los activos de ‘high street’ en ubicaciones consideradas intocables incluso en ciclos de mercado inciertos.

Fuencarral, que desde hace años se mantiene como una de las arterias comerciales imprescindibles para cualquier marca que aspire a tener visibilidad en Madrid, se ha convertido en un terreno fértil para inversores patrimonialistas que buscan activos estables. Su condición peatonal en buena parte del recorrido, el ambiente joven que atrae a diario y un mix comercial que combina cadenas internacionales con operadores locales la han consolidado como uno de los destinos favoritos para ‘retailers’ con visión a largo plazo. En los últimos meses, según distintas operaciones cerradas, las rentabilidades en la zona se han movido en el entorno del 3,80%-4,20%, una cifra que refleja tanto la fortaleza de la demanda como la resistencia del eje frente a momentos de enfriamiento económico.

Para MP Capital, la compra de este local supone un paso más en una estrategia bien definida. El ‘family office’ ha ido ampliando su cartera de activos retail prime mediante adquisiciones selectivas en enclaves que combinan estabilidad, flujo peatonal elevado y contratos de arrendamiento consolidados con operadores de primer nivel. 

En los últimos años ha incorporado locales emblemáticos, como el situado en Gran Vía 78 en Madrid, bajo un arrendamiento a largo plazo y también sin trascender el precio. Su presencia en el segmento se ha reforzado además con operaciones en otros mercados, como la compra de dos locales arrendados a Manolo Bakes y Sibuya en San Sebastián, una transacción que encaja en su hoja de ruta de diversificar ubicaciones pero manteniendo una tipología de activo muy definida: inmuebles urbanos con inquilinos fuertes y capacidad de generar rentas estables.

La filosofía de inversión del family office se basa en identificar activos con potencial de preservación de valor y crecimiento sostenido. Desde la compañía se destaca la importancia de mantener una cartera que combine estabilidad, resiliencia y oportunidades de revalorización a medio plazo. La elección de Fuencarral responde a esa visión: pocas calles en España concentran tanta actividad comercial, tanto tráfico peatonal y tanta competencia por parte de marcas que buscan posicionarse en una de las zonas más vivas de la capital. La capacidad de atraer operadores como Lola Rey, que ha consolidado su presencia en la calle, refuerza además el atractivo del activo desde el punto de vista patrimonial.

La operación se produce, además, en un momento en el que el mercado de locales comerciales prime en Madrid vive un ciclo de recuperación sostenido. Tras los años de ajuste postpandemia, el eje comercial del centro ha vuelto a registrar movimientos relevantes tanto de compra como de reposicionamiento de operadores. Fuencarral, Gran Vía y sus transversales concentran buena parte del interés, con un flujo constante de inversores que buscan refugiarse en activos urbanos ante la incertidumbre de otros segmentos del real estate. El comercio presencial, lejos de perder peso, ha encontrado en estas calles un punto de apoyo gracias a la combinación de turismo, consumo local y experiencia de compra, un cóctel que sigue empujando la ocupación hacia niveles muy altos.

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