Con las montañas del Pirineo como plato fuerte, la provincia oscense ofrece un sinfín de naturaleza y cultura en sus pueblos.
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Torla-Ordesa Pixabay

La provincia de Huesca, situada al norte de la comunidad de Aragón, alberga algunos de los pueblos más pintorescos y llenos de historia de España.

Rodeados de montañas imponentes, cañones y paisajes naturales de ensueño, estos pueblos ofrecen una combinación perfecta de belleza natural, patrimonio cultural y encanto rural. Descubre los 10 mejores pueblos cerca de Huesca.

Alquézar

Alquézar destaca por su majestuosa colegiata y calles empedradas que remontan a la Edad Media, ofreciendo además emocionantes actividades como el barranquismo. Este pueblo es también un centro de aventura para los amantes de la naturaleza y los deportes extremos.

La Colegiata de Santa María la Mayor, una joya del arte románico, corona el pueblo y ofrece una vista panorámica. Sus torres y murallas se alzan imponentes sobre el cañón del río Vero, escenario ideal para practicar barranquismo y senderismo. 

Además, Alquézar es parte de la ruta del vino del Somontano, por lo que los visitantes pueden disfrutar de exquisitas degustaciones en bodegas locales que aprovechan las condiciones climáticas y geográficas únicas de la región para producir vinos de alta calidad. Este encantador pueblo se encuentra a cincuenta minutos de Huesca en coche.

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Alquézar Pixabay

Aínsa

Aínsa, con su casco antiguo y el imponente castillo, es el punto perfecto para explorar el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, combinando historia con paisajes naturales. Este pueblo ofrece una experiencia única donde la arquitectura medieval se encuentra con el bello entorno natural.

El castillo de Aínsa, que data del siglo X es un mirador excepcional desde donde se pueden apreciar vistas panorámicas del Pirineo Aragonés. La plaza Mayor, con su ambiente medieval, es otro de los puntos neurálgicos del pueblo, donde se celebran mercados tradicionales y festividades que capturan la esencia de la región. 

Además, Aínsa es la puerta de entrada al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Los amantes de la naturaleza pueden disfrutar de rutas de senderismo que atraviesan paisajes de montañas, cascadas y valles. Considerado uno de los pueblos más bonitos cerca de Huesca, Aínsa se encuentra a una hora y veinte minutos en coche de Huesca.

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Jorge Franganillo, CC BY 2.0 Flickr

Ansó

Ansó es reconocido por su arquitectura montañesa tradicional y sus festividades locales, como la Fiesta del Traje Típico, que muestran la rica cultura de la zona. Este pueblo, situado en un entorno natural único, ofrece una visión auténtica de la vida en los Pirineos.

La arquitectura de Ansó se caracteriza por sus casas robustas y tejados de pizarra, diseñadas para resistir los duros inviernos pirenaicos. Pasear por sus calles estrechas y empedradas permite descubrir la belleza de estas construcciones que han permanecido casi intactas a lo largo de los siglos. Además, Ansó ha sabido preservar su patrimonio cultural a través de eventos como la Fiesta del Traje Típico Ansotano, declarada de Interés Turístico Nacional, donde los habitantes se visten con indumentarias históricas y celebran su herencia.

Para los entusiastas del aire libre, Ansó ofrece acceso a numerosas rutas de senderismo que exploran los valles circundantes y proporcionan vistas espectaculares de los paisajes montañosos. La naturaleza virgen y la tranquilidad del lugar hacen de Ansó se encuentran a una hora y cuarenta minutos en coche desde la capital oscense.

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Lamuga, CC BY 2.0 Flickr

Hecho

Hecho, situado en el corazón de los Valles Occidentales, es un enclave que cautiva tanto por su entorno natural como por su rica herencia cultural. Este pueblo es un testimonio vivo de la tradición aragonesa.

El museo etnológico de Hecho es una parada obligatoria para quienes desean profundizar en las costumbres y el modo de vida de las generaciones pasadas de esta región. Las exposiciones del museo abarcan desde la indumentaria tradicional hasta herramientas agrícolas y domésticas, ofreciendo una visión completa de la vida rural en los Pirineos. Además, el pueblo está rodeado de paisajes que invitan a ser explorados a pie, con rutas de senderismo que atraviesan bosques y prados alpinos.

Hecho también se destaca por sus festividades, como la celebración de San Lorenzo, donde se puede disfrutar de actos que combinan religiosidad y festividad popular. Para llegar a Hecho deberás conducir una hora y media desde la ciudad. Se encuentra muy cerca de la mencionada Ansó, por lo que este puede ser un buen punto de partida para una ruta por los pueblos más bonitos de Huesca.

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Valle de Hecho / Eneko Astigarraga, CC BY-SA 2.0 Wikimedia commons

Sallent de Gállego

Sallent de Gállego es un pueblo pirenaico enclavado en el Valle de Tena, conocido por su belleza natural y su arquitectura tradicional. Rodeado de majestuosas montañas y a orillas del embalse de Lanuza, destaca su plaza principal, con la iglesia gótica de la Asunción del siglo XV

Uno de los grandes atractivos de Sallent de Gállego es su cercanía a la estación de esquí de Formigal, uno de los centros más importantes para los amantes de los deportes de invierno en España. Durante el verano, las rutas de senderismo y el montañismo cobran protagonismo, ofreciendo senderos que llevan a impresionantes paisajes, como los ibones (lagos de origen glaciar) y las cimas de los Pirineos.

Además, Sallent de Gállego es conocido por su vibrante vida cultural. Destaca especialmente el Festival Internacional de las Culturas Pirineos Sur, que se celebra en el cercano embalse de Lanuza y fusiona música y arte con el telón de fondo de las montañas. Este pueblo se encuentra a una hora y cuarto de la capital oscense.

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Turol Jones, CC0 Wikimedia commons

Roda de Isábena

La pequeña Roda de Isábena destaca por su arquitectura y su ambiente histórico que se respira en cada rincón. La Catedral de San Vicente, punto central del pueblo, es la catedral más pequeña de España y ofrece una mirada única al arte románico que predomina en la región.

Además de la catedral, Roda de Isábena es famosa por sus calles estrechas y empedradas. Se puede explorar el claustro del siglo XII y el museo capitular, donde se conservan piezas de gran valor histórico y artístico. 

El encanto de Roda de Isábena se complementa con su gastronomía local, donde destacan platos como el ternasco asado, típico de la región. Para llegar a este pequeño pueblo de la Ribagorza deberás conducir una hora y media desde Huesca.

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Kom bo, CC BY 2.0 Wikimedia commons

Torla-Ordesa

Torla-Ordesa es un pintoresco municipio situado en la entrada del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, un verdadero paraíso natural. Este encantador pueblo, con su arquitectura tradicional de piedra y madera, se encuentra rodeado de imponentes montañas y valles verdes.

Este parque nacional es el principal atractivo de Torla, ofreciendo una vasta red de senderos que permiten a los amantes del senderismo y la aventura sumergirse en su espectacular paisaje. Los recorridos varían desde caminatas suaves hasta desafiantes ascensos. Además, el cañón de Ordesa, con sus espectaculares cascadas y formaciones geológicas, es una de las joyas naturales de la región.

La vida cultural de Torla-Ordesa es igualmente rica, con eventos y festividades que celebran la herencia local y las tradiciones de la zona. La arquitectura de la iglesia parroquial de San Salvador, con su magnífico campanario, es un símbolo de la historia del pueblo. Este pueblo se sitúa a una hora y veinte minutos de la capital de la provincia.

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Lamuga, CC BY 2.0 Flickr

Loarre

Este encantador pueblo es famoso principalmente por albergar uno de los castillos románicos mejor conservados de Europa, el Castillo de Loarre. Este imponente monumento atrae a historiadores y amantes de la arquitectura, así como a aquellos interesados en las panorámicas que ofrece de los Pirineos aragoneses.

El castillo, que ha sido escenario de varias películas debido a su conservación y su belleza estética, ofrece una cápsula del tiempo a la época medieval con sus murallas, torreones y la iglesia que se encuentra dentro de sus muros. Además, el entorno de Loarre invita a realizar actividades al aire libre como senderismo y ciclismo.

En el pueblo mismo se puede disfrutar de la gastronomía local en pequeños restaurantes familiares donde platos como el ternasco asado o las migas aragonesas son protagonistas. Loarre se encuentra a solo media hora en coche de la capital oscense, lo que lo convierte en uno de los pueblos cerca de Huesca capital.

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Pixabay

Benasque

Benasque es una visita obligada si te preguntas qué ver en la provincia de Huesca. Situado en el corazón del Pirineo Aragonés, este pueblo es la puerta de entrada al Parque Natural Posets-Maladeta y se encuentra muy cerca del pico Aneto, el más alto de los Pirineos.

Durante el invierno, Benasque se transforma en un bullicioso centro de actividades de nieve, con acceso a varias estaciones de esquí como Cerler. En verano, las opciones se multiplican con senderismo, escalada, bicicleta de montaña y parapente. Los lagos glaciares, como el de Cregüeña, son puntos destacados para excursiones .

El casco urbano refleja una arquitectura típica pirenaica con casas robustas y tejados fuertes. También se puede explorar la rica cultura del valle a través de su gastronomía, que incluye platos como el chuletón de ternera del valle o truchas del río Ésera. Llegar a este pueblo es toda una experiencia, conduciendo dos horas y media a través de paisajes único como el Congosto de Ventamillo.

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Valle de Benasque / horrapics, CC BY 2.0 Flickr

Jaca

Jaca es un destino que combina a la perfección historia, cultura y naturaleza. Este pueblo es famoso por su impresionante patrimonio histórico, así como por ser un punto de partida ideal para aventuras al aire libre durante todo el año.

La enorme Ciudadela de Jaca y la Catedral de San Pedro es uno de los monumentos más emblemáticos de Jaca. Este majestuoso edificio, que data del siglo XI, es un magnífico ejemplo del arte románico en España y alberga el Museo Diocesano con una colección de arte sacro medieval. Además, el casco antiguo, con sus calles estrechas y plazas animadas, ofrece una atmósfera encantadora.

Para los amantes del deporte y la naturaleza, las estaciones de esquí de Astún y Candanchú se encuentran en los alrededores de Jaca. En verano, las montañas circundantes se convierten en el escenario perfecto para el senderismo, el ciclismo de montaña y la escalada. Llegar a Jaca toma poco menos de una hora desde Huesca.

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Ciudadela de Jaca / Juan Carlos Gil, CC BY-SA 3.0 ES Wikimedia commons

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