El precio de la vivienda en el tercer trimestre de 2009 en tasa anual ha suavizado la caída siete décimas con respecto al trimestre anterior, por primera vez desde que se inició la serie histórica del ine en el primer trimestre de 2007
La tasa interanual del índice de precios de vivienda (ipv) se situó en el -7%, siete décimas por debajo del segundo trimestre. Dentro del dato, el precio de las viviendas nuevas cayó casi dos puntos en su tasa anual, hasta el 5,6%, mientras que el precio de la de segunda mano redujo la caída en casi tres puntos, pasando del -11,2% en el segundo trimestre al -8,3% en el tercer trimestre
Todas las comunidades autónomas, así como la ciudad autónoma de Ceuta, presentan tasas anuales negativas en el tercer trimestre de 2009, siendo Cataluña (–11,2%), Comunidad de Madrid (–11,0%) y País Vasco (–10,4%) las que muestran los descensos más acusados
Por su parte, la única tasa de variación anual positiva se observa en la ciudad autónoma de Melilla, que registra un 3,8% en el tercer trimestre de 2009
73 Comentarios:
Si en la economía del ejemplo anterior, aumentamos el nivel de endeudamiento a base de utilizar más recursos para crear nuevo crédito y menos recursos para saldar viejo crédito crearemos un boom de falsa prosperidad que no es sostenible.
Por ejemplo: si en vez de emplear el 12% del PIB para nuevos créditos empleamos un 15% y si, al mismo tiempo, decidimos posponer el pago de las viejas deudas y solo dedicamos un 8% del PIB al servicio de la deuda en vez del 12%, el nivel de endeudamiento crecerá en un 7% del PIB por año pero, "mágicamente" habrá un 7% del PIB liberado para gastarlo alegremente.
Algunos economistas, erróneamente, sostienen que esta falsa alegría económica es sostenible siempre que el nivel total de endeudamiento no supere cierta fracción del PIB. Por ejemplo que hacer esto, endeudarse más y más, es sostenible siempre que la deuda total no supere el, pongamos 80% del PIB. Esto es falso. Un proceso económico es sostenible puede mantenerse eternamente. Esta tesis de despilfarrar alegremente hasta que la deuda llegue a cierto umbral y solo luego utilizar responsablemente los recursos de la economía tiene unas consecuencias intelectuales terroríficas. Estos economistas admiten como económicamente sano el que una economía despilfarre y haga crecer su endeudamiento mostruosamente siempre que parta, por razones históricas, de un bajo endeudamiento inicial.
Este planteamiento es monstruoso porque ese bajo endeudamiento histórico de partida, que disfrutaba la economía española en los años 70 o que disfrutan hoy las economías de China, India o Brasil, es una herencia legada por las generaciones anteriores. Las generaciones anteriores vivieron con gran esfuerzo y muy pobremente para entregar a sus descendientes una economía con muy pocas deudas y que, por lo tanto, podía endeudarse. Esta capacidad para endeudarse de una economía es algo parecido a un recurso natural que recibe una generación y que debe emplear de forma responsable y sostenible y no despilfarrarlo porque sea un regalo recibido a cuenta del esfuerzo de las generaciones anteriores.
El endeudamiento y el aumento de la deuda solo es algo económicamente sano si los recursos obtenidos con esa deuda se emplean en construir activos que crearán una cantidad de nuevos recursos mayor que los que fueron sacrificados para crear la deuda. Esto es: si el activo creado con la deuda es capaz de producir riqueza suficiente como para pagar la deuda y además alguna riqueza adicional. El que una economía parta de un bajo endeudamiento no justifica que esa economía pueda endeudarse para gastar estúpidamente.
La "renta familiar disponible" en España, antes de la burbuja, estaba fuertemente inflada por ese efecto. Se partía, por motivos históricos (a cuenta sobre todo de la peseta) de un endeudamiento muy bajo y durante esos años de gastó alegremente esta espacie de recurso natural legado por las generaciones anteriores.
Esto es similar a lo que ocurre en los países petroleros. Estos países han heredado de la naturaleza un subsuelo en el que residen activos con cierto valor (el crudo). Suelen ceder estos recursos, para su explotación, a petroleras multinacionales. El estado y la economía general de estos países obtiene una tasa a cuenta de todo este petróleo exportado. En la contabilidad nacional puede haber por ejemplo una entrada debida a un 50% de impuestos sobre el valor de la producción nacional de crudo. Mientras se mantenga la "producción" de crudo el estado y la economía tienen una fuente de ingresos en este impuesto. El problema aquí es que esta "producción" no es producción sino gasto. El costo de extraer el crudo lo pagan y lo cobran las petroleras. Los ingresos que obtiene el estado se deben a la venta del crudo que hay en el subsuelo pero ese crudo, y su valor económico, no ha sido producido por la economía del país sino simplemente heredado sin esfuerzo alguno. Estos ingresos son equivalentes a los que obtiene alguien que va vendiendo las joyas que le dejó en herencia la abuela.
Con el "bajo nivel de endeudamiento respecto al PIB del que partía la economía española" ocurre lo mismo. Aunque esa situación tiene valor económico ya que permite un ulterior endeudamiento ese valor económico no lo ha generado la economía española de los años 80, 90 o 2000 sino que es un recurso legado en herencia y debido al esfuerzo y a un nivel de vida mucho más austero de los españoles de los años 40, 50 y 60. Podemos vivir por encima de nuestras posibilidades según vamos vendiendo las joyas de la herencia de abuela pero la "renta familiar disponible" o el "gasto público" o "el nivel de consumo" asociado a esta etapa no puede considerarse un punto de equilibrio sostenible.
Te complicas demasiado la vida luisito, todo es mucho más sencillo.......
El otro factor que hace que la "renta familiar disponible" antes de la burbuja esté fuertemente distorsionada al alza en España y en casi todos los demás países desarrollados es lo que podemos llamar la "deuda invisible".
Esta deuda invisible y los ingresos insostenibles que representa para la economía se basa en "traer riqueza del futuro", algo que en el mundo real se consigue a base de emplear hoy (gastar) recursos que deberían haberse destinado a hacer frente a necesidades futuras. En los estados modernos, la máquina de lograr esto a escala masiva es la seguridad social y los organismos similares del estado del bienestar.
Si no existiesen el sistema público de pensiones ni la sanidad pública, las familias tendrían que dedicar una fracción importante de sus ingresos a acumular activos con los que vivir durante su vejez (pensión) y otra fracción importante para hacer frente a sus gastos de salud (seguro médico). Esto haría que la renta de que dispondrían las familias para el resto de sus gastos, como vivienda, coche, consumo o impuestos fuese bastante menor.
Si el estado crea un sistema público económicamente sostenible (viable) que gestiona los recursos que la sociedad debe dedicar a las necesidades de salud y pensiones de jubilación, la ecuación general no cambia: los ciudadanos no tendrán que gastar en un plan de pensiones ni en medicinas pero tendrán que pagar al estado en forma de impuestos una cantidad equivalente ya que es el estado quien tendrá que pagar las pensiones o las medicinas.
Ocurre, sin embargo, que el sistema público de pensiones o de salud está diseñado expresamente para que no sea sostenible. El sistema promete hacerse cargo de necesidades futuras de los ciudadanos por valor de 100 pero solo extrae de los ciudadanos recursos por valor de 50. Los ciudadanos que creen en esas promesas imposibles de cumplir, creen que sus necesidades durante la vejez por valor de 100 serán cubiertas por el estado y no reservan recurso alguno para el futuro. Como solo tienen que pagar 50 al estado y al haber un sistema público del bienestar que les ahorra 100 en pagarse su propia vejez, esto deja para gasto de esas familias las 50 unidades adicionales. Las familias están dedicando 50 unidades a unas necesidades (su vejez) a las que, en realidad, deberían dedicar 100, lo que hace que parezca que la capacidad de gasto de esas familias es 50 unidades mayor de lo que en realidad es.
La estafa piramidal a gran escala que es la seguridad social y la sanidad pública permite despilfarrar hoy unos recursos que son necesarios para el futuro y dejando sin cobertura esas necesidades futuras. Se simula una riqueza ficticia actual basada en una pobreza futura debida a la inviabilidad de la estafa piramidal.
Ocurre, sin embargo, que el sistema público de pensiones o de salud está diseñado expresamente para que no sea sostenible. El sistema promete hacerse cargo de necesidades futuras de los ciudadanos por valor de 100 pero solo extrae de los ciudadanos recursos por valor de 50. Los ciudadanos que creen en esas promesas imposibles de cumplir, creen que sus necesidades durante la vejez por valor de 100 serán cubiertas por el estado y no reservan recurso alguno para el futuro. Como solo tienen que pagar 50 al estado y al haber un sistema público del bienestar que les ahorra 100 en pagarse su propia vejez, esto deja para gasto de esas familias las 50 unidades adicionales. Las familias están dedicando 50 unidades a unas necesidades (su vejez) a las que, en realidad, deberían dedicar 100, lo que hace que parezca que la capacidad de gasto de esas familias es 50 unidades mayor de lo que en realidad es.
La estafa piramidal a gran escala que es la seguridad social y la sanidad pública permite despilfarrar hoy unos recursos que son necesarios para el futuro y dejando sin cobertura esas necesidades futuras. Se simula una riqueza ficticia actual basada en una pobreza futura debida a la inviabilidad de la estafa piramidal.
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ESTE POST ME HA GUSTADO ESPECIALMENTE, lA INVIABILIDAD DE LA ss.
ESPERO CON IMPACIENCIA SU SIGUIENTE POST ÁvIDO DE CONOCIMIENTOS.
Jueves, 31 Diciembre 11:29 DE Albacete's picture DE Albacete responde a luisito's pictureluisito
El precio de la vivienda modera su caída por primera vez desde 2007
Ocurre, sin embargo, que el sistema público de pensiones o de salud está diseñado expresamente para que no sea sostenible. El sistema promete hacerse cargo de necesidades futuras de los ciudadanos por valor de 100 pero solo extrae de los ciudadanos recursos por valor de 50. Los ciudadanos que creen en esas promesas imposibles de cumplir, creen que sus necesidades durante la vejez por valor de 100 serán cubiertas por el estado y no reservan recurso alguno para el futuro. Como solo tienen que pagar 50 al estado y al haber un sistema público del bienestar que les ahorra 100 en pagarse su propia vejez, esto deja para gasto de esas familias las 50 unidades adicionales. Las familias están dedicando 50 unidades a unas necesidades (su vejez) a las que, en realidad, deberían dedicar 100, lo que hace que parezca que la capacidad de gasto de esas familias es 50 unidades mayor de lo que en realidad es.
La estafa piramidal a gran escala que es la seguridad social y la sanidad pública permite despilfarrar hoy unos recursos que son necesarios para el futuro y dejando sin cobertura esas necesidades futuras. Se simula una riqueza ficticia actual basada en una pobreza futura debida a la inviabilidad de la estafa piramidal.
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Yo también espero sus intervenciones.
Discrepo un poco respecto a traernos riqueza del futuro por las pensiones, recuerdo que hay muchas cosas como todas las obras públicas, el dinero invertido en la educación de los hijos .....que las reciben gratuitamente los jóvenes y se han pagado por los mayores
Una depresión es solo un intento natural de la economía de curarse a si misma y de volver a crear riqueza lo mismo que una resaca es un intento del cuerpo de desintoxicarse de la borrachera de la noche anterior.
Como lo comente ayer, esta metáfora me parece muy buena, casi perfecta, y me ha vuelto a la cabeza más de una vez. Digo ahora casi perfecta, porque a pensarlo bien, creo que: “una recesión” en la economía es lo que una resaca es a una borrachera. “Una depresión” sería mas parecido, en mi opinión, a un coma etílico, en el sentido que es bastante mas grave, y sí se necesita controlarlo de una forma u otra para que no sea fatal para el cuerpo, que no se desmadré todo hasta llegar a un caos total que nos podría conducir hasta extremos como guerras, que es como se solían solucionar las cosas antes. En todo caso, la metáfora conceptualmente, sigue siendo buenísima.
Anda que no te has tenido que coger borracheras, luisito.
Una recesión, es cuando te envalentonas con tu jefe y estás a punto de mandarle a la mierda, y de repente te das cuenta que tienes que pagar la hipoteca.
La depresion, es cuando tienes que pagar una hipoteca y tu salario te lo recortan a la mitad. Y cuando para navidad, te regalan una cesta de navidad cuyo contenido único es un tubo de vaselina para 365 dias al año
Perdona a.fr. El mensaje era para luisito. Para ti tengo una adivinanza:
Sabes la diferencia entre el socialismo y el capitalismo?
En el capitalismo el hombre explota al hombre. En el socialismo, es al revés.
Para luisito: (esta vez si). Se te olvidó mencionar, ya que hablas de economía, la inflación. La inflación es como la pasta de un tubo de pasta de dientes; una vez que está fuera, no la puedes volver a meter (la pasta, evidentemente).
Pues por establecer otro simil como hice antes con la recesión y la deflación, ahi va, sin haber preparado el pareado, otra definición:
Inflación, es cuando vas a tu jefe a solicitar una subida salarial, y de repente te pide que te sientes para hablarlo y te recuerda todo lo que no has hecho, que tenías que hacer en el trabajo. Los días que has llegado tarde, los que te has puesto enfermo, los que te has ido antes porque tenías que sacar al niño... y entonces, de repente, notas una inflación en la entrepierna y sientes querer irte. Pero ya es tarde. Ya sacaste la conversación y no puedes tragarte tus palabras.
Eso, es inflación, y es u simil de lo de la pasta de dientes que antes te decía.
Feliz año
La idea que inspira el símil de la inflación y la pasta de dientes, la idea de que si el banco central permita que se desate una espiral inflacionista no dispone de herramientas para controlar esa bestia escapada de su jaula, está muy extendida pero es económicamente errónea.
Se trata de una ley política, no económica. Si los banqueros centrales históricamente no han sido capaces de luchar contra la bestia inflacionaria desatada y no han logrado fácilmente volver a meterla en a jaula ha sido solo por un motivo: porque no querían hacerlo y no querían hacerlo porque políticamente no les convenía.
Las espirales inflacionistas no surgen porque el frutero decida subir el precio de las manzanas un 35% al año y como consecuencia los trabajadores exijan aumentos salariales de un 40% anual lo que hace que los precios a los que tienen que vender esos empresarios suban un 38%. A todos los fruteros del mundo les gustaría subir el precio de la fruta un 30% por semana y a todos los trabajadores del mundo les gustaría que sus salarios creciesen un 80% al año.
Aunque en una economía todos los agentes tienen deseos con respecto a los precios (el frutero desea que la fruta suba de precio, el ama de casa desea que la fruta baje de precio), no son los deseos de la gente lo que determina los precios en una economía. Este es un problema de oferta y demanda. De oferta de dinero y demanda de bienes, por un lado, frente a demanda de dinero y oferta de bienes por el otro.
Cuando un ama de casa se encuentra con un frutero, el ama de casa vende dinero y compra fruta mientras que el frutero vende fruta y compra dinero. (Una transacción económica, una compra-venta está formada siempre por dos compras y dos ventas). Cuando un aumento de precios está causado por la inflación, se debe a que la oferta de dinero del ama de casa es muy elevada y la demanda de dinero del frutero es muy baja. El problema se debe a que el ama de casa tiene dificultades para vender su dinero ya que el frutero está poco interesado en comprarle ese dinero. El problema es que hay demasiado dinero en la economía y nadie está interesado en poseer ese dinero.
(Hay otras ocasiones en los que el precio de las cerezas sube sin que la causa sea la inflación. En estos otros casos hay una reducida oferta de cerezas, por ejemplo por una escasa cosecha, y no una sobreabundancia de dinero)
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