El lisboeta barrio de Lapa esconde una curiosa casa junto al Museo Nacional de Arte Antiguo. Su fachada mantiene la tradición de azulejos característica de la arquitectura portuguesa, ocultando 439 modernos m2 y un patio en su interior.
"La parcela estaba ocupada originalmente por un pequeño pabellón industrial, que se eliminó por completo para dar paso a la nueva casa", como explica el estudio Ricardo Bak Gordon, responsable del proyecto.
La idea de construir una casa integrada en una manzana, en la que sólo la fachada se relacione con la ciudad y su contexto, es un tema que forma parte del pensamiento del estudio y con "¿cómo construir una casa con el lenguaje de su tiempo, respetando y amplificando al mismo tiempo las virtudes del lugar?".
"La fachada revela esta preocupación, al tiempo que se hace eco de los ambientes internos de la propia casa. Ya sea a través de la planta baja y la forma en que las entradas (puerta de acceso y puerta de garaje) están hechas de madera etiquetada, dejando entrever un espacio ventilado entre el interior y el exterior, o a nivel del suelo del comedor, con un único hueco abierto en la fachada. Incluso con una especie de espacio sustraído en el suelo del salón, donde un pequeño jardín/floristería asegura la transición entre los ambientes interior y exterior", ha señalado.
La casa se desarrolla a lo largo de la parcela, en su mayor parte en dos volúmenes que comparten un patio común, accesible desde una fresca logia, totalmente revestida de azulejos hechos a mano. "En una especie de paseo marítimo, la casa se revela en múltiples direcciones, ya sea horizontalmente entre los espacios más privados de dormitorios y oficinas, o verticalmente a través de los espacios sociales, hasta llegar a la azotea y disfrutar de las magníficas vistas panorámicas sobre el río Tajo", ha añadido el estudio.
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