
Esta propiedad señorial de estilo medieval cuenta con una torre cuadrada construida a finales del siglo XIV y un palacio del siglo XVI que se estructura alrededor de un patio con grandes columnas toscanas. Conocido como el palacio de Doriga, en honor a su primer morador, Garcí Fernández de la Doriga, que en 1378 representó al concejo de Salas en la Junta General de conceyos asturianos. Ahora, los herederos del economista y escritor asturiano, Valentín Andrés Álvarez, lo han puesto a la venta por 3,45 millones de euros en idealista tras más de 140 años en la familia.

El complejo, que siempre ha sido residencia familiar mantiene algunas de sus ornamentos originales. Distribuidos en cinco plantas, cuenta con 1.892 metros cuadrados construidos, superando los 3.100 m2 si se añade el patio. Tanto el palacio como La Casina, de 266 metros cuadrados en dos plantas y obra del prestigioso arquitecto Luis Bellido, autor entre otras obras del Matadero de Madrid, necesitan una reforma. Toda la propiedad ocupa 78 Ha de terreno.

Tiene 10 habitaciones y tres baños y en algún momento se estudió la posibilidad de convertirlo en hotel de lujo de 42 habitaciones. Actualmente no se puede edificar más, pero en caso de pasar a uso hostelero valdría la posibilidad de ampliar el complejo. Hace unos año, llegó a estar en el mercado por 8 millones de euros.

Un lugar con mucha historia
La casa palacio perteneció al prestigioso economista y escritor asturiano Valentín Andrés Álvarez, y ha permanecido desde 1883 hasta hoy en manos de la misma familia. Conocido por el palacio de Doriga, perteneció a Garcí Fernández de la Doriga, quien en 1378 representó a Salas en la Junta General de conceyos asturianos.

El palacio fue testigo de múltiples linajes, los García de Doriga, Valdés, Tineo, Queipo de Llano, Quirós o Miranda. Fue el suegro de Valentín Andrés y yerno de Fernández Bao, D. Indalecio Corugedo Fernández, quien llevó a cabo una reforma integral del complejo a finales del siglo XIX y primeros del XX al estilo de la época.
Fruto de aquella reforma es el parque de estilo francés, el comedor modernista, o el grandioso baño traído de la Exposición Universal de París el año 1.900.

El palacio de Doriga cuenta con una torre cuadrada construida a finales del Siglo XIV, una de las pocas que los Reyes Católicos no ordenaron tirar abajo para prevenir rebeliones nobiliarias. Durante la Guerra de Independencia, funcionó como cuartel general y residencia de uno de los mariscales de Napoleón.

Más cercano, Valentín Andrés Álvarez, que fue discípulo de José Ortega y Gasset, recibiría innumerables amigos para amenas tertulias regadas con sidra elaborada en la propiedad, como Federico García Lorca o Ramón González de la Serna.‘En el interior de su alto torreón, jugábamos una partida de billar’, escribiría el novelista Benjamín Jarnés, de la generación del Novencentismo (Generación del 14).

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