Las obras de su estudio han sido expuestas en la Bienal de Venecia, en COAM y han sido nominadas para los premios Mies van der Rohe.
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De pequeña le gustaba dibujar y tocar el piano, lo de arquitectura llegó por una cuestión muy práctica: elegir la carrera para la que le daba la nota de la Ebau, que eran Bellas Artes, Ingeniería de Montes y Arquitectura. “No fue una vocación temprana, pero me considero un arquitecto muy vocacional”, afirma. Casada con un arquitecto y también socio de su estudio, Combolab, que fundaron nada más acabar la carrera, las obras de Nieves Mestre han sido expuestas en la Bienal de Venecia y han sido nominadas para los premios Mies van der Rohe. En esta entrevista, nos habla de los proyectos que tienen en marcha, de vivienda, y también, del Madrid que le gusta, que no es necesariamente el del barrio donde reside.

¿Cuándo fundaron su estudio?

Prácticamente al acabar la carrera, empecé a hacer concursos con amigos y muy pronto ganamos alguno y entonces decidimos darle cierta estructura. La realidad es que yo estuve fuera de España unos cuantos años. Primero en Rotterdam, en ese momento Holanda era el país de referencia en Europa en arquitectura y luego en Italia. Yo siempre echaba de menos Madrid, me gustaba volver.

Hábleme de proyectos que tengáis en marcha.

Es un momento bueno, puedo hablarte de dos proyectos importantes. Uno es la nueva sede para la empresa de Aguas de Murcia, el equivalente al Canal de Isabel II. Han decidido reunir todas sus sedes en un solo edificio que tiene cierta importancia porque está diseñado en términos de eficiencia energética y de bioclimatismo, muy adaptado también a la cultura material y constructiva de Murcia. Y por otro lado estamos haciendo un edificio de viviendas en San Sebastián para el Gobierno vasco.

Edificio de la sede de Aguas de Murcia
Combolab
Edificio de viviendas en Donostia
Combolab

 

De la web del estudio nos ha llamado la atención la promoción llamada Nariz de Kathrine, en Vallecas, y no solo por el nombre. Hablamos de vivienda pública, ¿tiene más libertad para diseñar cuando es un proyecto público que si es una promoción privada?

Nosotros, salvo un concurso restringido que hicimos para un promotor privado, toda la vivienda que hemos hecho, viviendas unifamiliares aparte, ha sido vivienda pública. Y sí, actúas con más libertad aunque esto es un poco paradójico. Tienes que cumplir con una serie de restricciones normativa, directivas… aparentemente tienes como un corsé normativo más estricto, pero la realidad es que no estás supeditado al capricho, a la estética, normalmente no hay instrucciones del tipo estético o figurativo. El ejercicio de la vivienda creo que es de los más exigentes, difíciles y por otro lado más satisfactorios para un arquitecto.

¿Por qué lo llamasteis así?

Podíamos diseñar una vivienda más que aparecían sobre la fachada como voladizos. Entonces esta era la nariz, la nariz de Katherine Hepburn, que nos parecía un poco un estándar de belleza. Y esto era un poco el distintivo, la seña de identidad del proyecto en la fisionomía de la ciudad. Este proyecto obtuvo una mención, lamentablemente no lo ganamos, pero fue una experiencia muy satisfactoria por el resultado estético que es uno de los compromisos que uno adquiere y de los que menos hablamos. Cuál es la contribución, cuál es la fisonomía de la vivienda colectiva hacia la ciudad.

Sobre este tema, ¿cree que la fisionomía de las viviendas de Madrid es especialmente bonita?

Madrid son muchos Madrides… Tenemos la suerte de vivir en una ciudad que ha ido surgiendo con una cierta espontaneidad y es fácil reconocer los distintos momentos. Tenemos el Madrid del Casco Viejo, el de los ensanches, pero hay muchos ensanches, el Madrid de los ensanches últimos en el que estamos, el de mi propia vivienda y que para mí es mucho menos funcional, ha tenido relativos aciertos y desaciertos en términos de que es una ciudad pensada para el coche. Seguramente hay algunos ejemplos, yo diría singulares y muy exitosos de viviendas que han sido construidas en estos ensanches de la periferia.

Salón de Nieves Mestre
idealista/news

¿Su rincón favorito de Madrid?

Te diría el edificio Girasol, de Coderch, que es un edificio no tan reputado. No es tan fácil de identificar. Para mí es uno de los más espectaculares de la arquitectura madrileña y también, la Ciudad Universitaria, que fue un trozo de la ciudad diseñado con acierto y con visión internacional. Se pusieron en marcha, digamos, los recursos del Estado en ese momento y fue un momento plácido y amable de la arquitectura. También, estratégicamente, es un lugar muy privilegiado, tienes todas las vistas de Madrid, la arquitectura nunca llega a imponerse sobre la naturaleza, está casi siempre rodeado de arbolado, de césped. Es un lugar para pasear. De  hecho vienen amigos y gente de fuera es de los primeros sitios donde les llevamos, porque además hay mucha arquitectura y muy buena.

¿Qué es lo que más le gusta de ser arquitecta?

Ha habido épocas muy duras, pero siempre pensamos que es un trabajo que te permite hacer lo que te gusta hacer casi todo el tiempo. La mayor dificultad, supongo que tiene que ver con la subsistencia, con haber encontrado los recursos para pagar las facturas. Pero te decía antes que soy un arquitecto vocacional. Soy profesora desde hace ya muchos años en la Escuela de Arquitectura de Madrid y voy feliz cada día. Me encanta la docencia, creo que es una carrera espectacular. El trabajo de arquitecto es un lujo, estar expuesto a la duda creativa, a la incertidumbre, a la complejidad que tiene la construcción. No es sólo la construcción material, sino la construcción del entorno social y humano. Para mí es realmente un privilegio.

"El trabajo de arquitecto es un lujo" 

¿Y lo que menos le gusta?

Enfrentarme a los periodos de vacío. Cuando terminamos un encargo, cuando terminas una obra, cuando hay que decidir a qué concurso nos presentamos. Pero por suerte hay otros componentes del equipo, mi marido, Eduardo, le encantan esas situaciones y entonces ahí nos compenetramos muy bien.

¿Madrid es una ciudad amigable para vivir?

Yo diría que sí. Madrid es espantosamente grande, pero ha conseguido crecer con una cierta democracia. No hay un Madrid, digamos, favorecido y luego una periferia abandonada. Creo que hay un crecimiento relativamente estructurado. Puedes ir a uno de los barrios del sur, colocarte en transporte público en un periodo de tiempo relativamente breve. Considero que Madrid, como decía, frente a una escala abrumadora, es una ciudad en la que se puede vivir. Uno no vive en Madrid, vive en un trozo de Madrid,no estás continuamente desplazándote de un lado a otro. Uno se apropia de un trozo de ciudad y casi siempre hay un trozo de ciudad del que consigues apropiarte, en el que te encuentras con una cierta comodidad.

"Madrid es espantosamente grande, pero ha conseguido crecer con una cierta democracia" 

Casa de Nieves Mestre
idealista/news

¿El rincón que más le gusta de su casa?

Seguramente la terraza. Es el único sitio que podría decir que cuando estoy estoy casi siempre sola. Cuando estoy en la terraza tengo la sensación de que es un espacio para mí y casi siempre hago cosas que no tienen que ver con el trabajo ni con cosas de la casa. Suelo salir con un libro, me fumo un cigarro, suelo hacer cosas que considero de ocio y placenteras.

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