Está al frente, junto a su marido, del estudio Picado de Blas, que entre otros han hecho el hotel Echaurren o el Teatro de San Lorenzo de El Escorial
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Su vivienda haría las delicias de cualquier niño: es como la casita de Pin y Pon pero a tamaño natural, llena de cajones, sitios de almacenaje en lugares insospechados, trampillas escondidas e incluso, un espacio mágico conocido como la cuna, localizada en la que fuera una zona de paso y que supieron modelar y adaptar a las diferentes edades de los hijos. Hijos, que por cierto, también son arquitectos. Así las cosas, la casa de María José de Blas no es la casa de la arquitecta sino, para ser exactos, la casa de los arquitectos (su marido, Rubén Picado, también lo es y con él tiene el estudio PicadodeBlas).  Y como buenos diseñadores que son, su vivienda rezuma soluciones modulares, aprovechamiento y buen hacer en el interiorismo y la iluminación.

María José de Blas
Salón de la casa de María José de Blas idealista/news

¿Cuál es su rincón favorito de la casa?

Creo que para los arquitectos lo último que hacemos es lo que nos da más ilusión, y en este caso es este rincón, esta remodelación que hemos hecho donde tenemos una relación directa con la terraza y con las vistas. Es un lugar además en el que nos reunimos todos, muy planteado para el ocio y para relacionarnos con nuestros hijos, con los amigos…

Cuéntenos la historia de esta casa o más bien, de esta serie de casas…

Es realmente una historia, no es que compras una casa y ya vives ahí, sino que se está desarrollando como lo hace nuestra vida. Primero alquilamos el tercero derecha, un poco por el lugar y por la cercanía a los padres, que me ayudaban mucho y para mí era prioritario. Montamos allí el estudio, era estudio y casa, más estudio que casa. Cuando nace nuestro primer hijo diseñamos una pieza para mí muy especial, la cuna, donde él estará un tiempo. Luego nace nuestra segunda hija y conseguimos alquilar el piso de arriba y sacamos el estudio de casa. Ahí hacemos también la habitación de los niños, en literas, siempre comunicado, todo el espacio liberado y después pues pudimos comprar el piso de abajo y montamos el estudio y bueno, ahora hemos podido reformar este apartamento contiguo.

María José de Blas
Salón de María José de Blas idealista/news

Son pisos pequeños, ¿son importantes los metros cuadrados?

Para nosotros lo prioritario es la espacialidad. Tener una sensación amplia, aunque no sean espacios grandes, con visiones cruzadas, una iluminación muy cuidada. Opinamos como Peter y Alison Smithson cuando decían que lo más importante era el dominio. Pues exactamente: es desde donde te sitúas y lo que ves. Para mí mi apartamento de 70 metros cuadrados no son solamente estos 70 metros cuadrados, sino que miro y veo hasta Arturo Soria, todos los árboles, miro en la otra dirección y veo donde empieza mi calle, que es donde empieza mi casa, esa arboleda con unos plátanos maravillosos que me genera una bóveda cambiante según las estaciones. Tenemos una preocupación total por el aprovechamiento del espacio, es un bien escaso y que hay que tratarlo con mucho cuidado y mimo.

Además, hay aprovechamiento de materiales y reciclaje…

La arquitectura tiene que tener también contención. La sostenibilidad bien entendida es la renuncia de muchas cosas. Si te sobra un trozo del metacrilato, encontrarle su lugar (en su caso, sirve de mesa). Los troncos que dejó Filomena pues son unos bancos preciosos, hay adoquines que sobraron de una obra…

María José de Blas
Salón de la casa de María José de Blas idealista/news

¿Y los arquitectos han sabido en los últimos años qué es la contención?

Como soy docente creo muchísimo en los arquitectos jóvenes, y creo de verdad que sí. Tengo unos compañeros, la mayoría, muy interesados en esto. Si es verdad que hay una parte que a lo mejor solo valora un rendimiento económico.

¿Qué es lo que más te gusta de su oficio?

Que es un servicio a la sociedad, un buen espacio tiene una sostenibilidad emocional maravillosa, puedes convivir mejor con la gente que te rodea. Un íntimo amigo médico dice que solamente hay una cosa que da más pena que un hombre enfermo y es un hombre sin hogar, y lo comparto totalmente. Está en nuestra mano intentar que todos tengan una vivienda digna y si podemos aportar algo, pues una maravilla. Y unos edificios públicos también. Tuvimos la suerte de hacer una guardería y siempre fue un proyecto que quise hacer porque las guarderías estaban en bajos y creo que es el primer edificio público que usa un ciudadano. Hay que ponerle todo el cariño.

María José de Blas
Salón de María José de Blas idealista/news

¿Y hay algo del oficio que le guste menos?

Realmente lo que más se me hace cuesta arriba es cuando tienes que hacer entender a la otra parte que a lo mejor hay que hacer menos pero mejor. Es decir, a veces hay unos presupuestos donde quieren que hagas mucho y mal y no. Entiendo que somos un país de presupuestos cortos pero es mejor hacer poco y hacerlo bien. Nosotros nos vamos pero la buena arquitectura perdura.

¿En España hay más construcción que arquitectura?

Si la pregunta es si hemos cometido errores, pues sí, y los sufrimos. Y lo que me da pena es que todavía no aprendemos de ellos y se vuelven a cometer estos fallos: intentar construir mucho y malo y solo por un beneficio económico, no pensando en generaciones futuras.

María José de Blas
Habitación de María José de Blas idealista/news

¿Qué soluciones se le ocurren para el problema de la vivienda?

Creo que el problema de la vivienda es también porque estamos encorsetados en unos planteamientos económicos: esa arquitectura encorsetada de tres habitaciones, alicatado hasta el techo… ¿Por qué no hacemos una arquitectura más flexible, no de muchos metros, con una preinstalación de elementos? Pero no cerrando y según va evolucionando tu vida, vas implementando distintos espacios. Además, ahora las familias son muy diversas y las necesidades son muy distintas.

Aquí vivís cuatro arquitectos, ¿de qué habláis a la hora de la cena?

De arquitectura porque la arquitectura para nosotros abarca muchas cosas: viajar, experimentar. Conocí a Rubén el primer año de arquitectura y siempre decimos que el segundo año ya hacíamos la biblioteca conjunta pero nunca pensé que mis hijos iban a hacer arquitectura, al revés.

María José de Blas
La casa de María José de Blas idealista/news

¿De qué proyectos puede hablarnos?

Estamos haciendo una biblioteca en Las Tablas, que lo mismo que la guardería, siempre he querido hacer una biblioteca. Es un espacio en el que he estado muchas veces, al que van mis alumnos y creo que se pueden hacer cosas diferentes y lo vamos a relacionar también con el paisaje. Y también, no podemos estar más contento porque ganamos hacer el nuevo edificio de arquitectura de San Pablo CEU. Nosotros somos profesores allí desde hace 33 años.

María José de Blas
Estudio de María José de Blas idealista/news

Volviendo a la casa que habita, ¿tiene algún objeto fetiche?

Muchos, muchísimos, además son objetos pequeños que cogen en la palma de la mano como esta granada seca, qué belleza. Abres esto y es un proyecto. Objetos encontrados, objetos que a lo mejor han quedado de alguna obra y que son desencadenantes de proyectos, que los miras e intentas ver sus cualidades, estructurales también. De repente, ¿por qué se abre esta granada, por qué ha cedido su piel? Somos de muchos objetos.

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