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Nuevo rescate bancario en Europa. No han pasado ni tres semanas desde la caída de Popular, y ya se han producido dos nuevas quiebras en territorio comunitario: las de los italianos Veneto Banca y Banca Popolare di Vincenza, que han vivido un proceso muy diferente al del banco español. De hecho, hasta su nombre técnico es diferente: lo de los transalpinos ha sido una liquidación, mientras que lo del doméstico fue una resolución.

En el caso de Popular se optó por la solución denominada ‘bail-in’, que consiste en una recapitalización interna. Dicho de otro modo, el rescate lo asumieron los acreedores del banco, los accionistas y los tenedores de deuda senior y subordinada.

Sin embargo, Veneto Banca y Banca Popolare di Vincenza van a vivir un 'bail-out' al recibir 17.000 millones de euros públicos, de los que unos 5.200 millones son ayudas directas para cubrir potenciales pérdidas y el resto, garantías que aporta el Estado. Se trata de unas cantidades nada desdeñables si tenemos en cuenta que sus balances suman 75.000 millones de euros, frente a los 160.000 millones del ya desaparecido Popular.

Bruselas ha dado su consentimiento a esta modalidad de rescate después de declarar inviables a ambas entidades y ha decidido que Intesa Sanpaolo, principal banco minorista del país,compre sus activos sanos por el precio simbólico de un euro. Es el mismo precio que pagó Santander por Popular, aunque la gran diferencia es que el banco presidido por Ana Botín también tuvo que engullir los activos tóxicos, para lo que se verá obligada a ampliar capital en unos 7.000 millones de euros con los que poder sanear el balance de Popular.

Intesa Sanpaolo, en cambio, recibirá cerca de 4.800 millones de euros de manos del Estado y eso que solo se quedará con los activos que no son tóxicos. en concreto, absorberá 26.100 millones de euros en créditos, 8.900 millones en activos financieros y 1.900 millones en créditos fiscales, según recoge un informe de Bankinter. Los de peor calidad así como los posibles litigios judiciales que puedan surgir irán a parar a una sociedad pública al estilo de Sareb que se nutrirá de las garantías públicas (que rondan los 12.000 millones de euros de esos 17.000 millones totales).

“La operación es interesante para Intesa. Primero, porque la inyección de 5.000 millones se realizará antes del traspaso para que la ratio de capital de Intesa se mantenga en los niveles actuales (en torno al 12,5%). Así, no tendrá que realizar ningún desembolso, no sufrirá un deterioro en sus ratios de capital, ni diluirá a sus accionistas actuales", añade Bankinter. 

Pero, ¿cómo es posible que estos bancos hayan tenido un final tan distinto al de Popular? La respuesta está en que la Junta Única de Resolución Bancaria ha considerado que las autoridades transalpinas tienen competencia suficiente como para liquidar ambas entidades según su norma nacional de insolvencias, ya que no suponen un peligro para la estabilidad del sector financiero italiano ni europeo. En otras palabras: la resolución no era necesaria al no tratarse de un problema de interés público.

“En total, Italia aportará 17.000 millones de euros de ayudas públicas, después de que el viernes el BCE declarase a estas dos entidades insolventes o muy cerca de serlo. Al no suponer un riesgo sistémico, ha permitido no llevar a cabo un proceso de resolución como en el caso de Popular”, explica el equipo de análisis de Renta 4.

Así, el país mediterráneo ha pedido autorización a la Comisión Europea para liquidar ambas entidades y mitigar el impacto de su desaparición en la economía regional de Veneto. Además, el Ejecutivo italiano ha dejado claro que la inyección multimillonaria no afectará a las cuentas públicas, ya que se incluyen en el colchón que decidió crear hace unos meses para rescatar al famoso Monte dei Paschi di Siena y a otras entidades en problemas. Por aquel entonces, a principios de año, el mercado daba por hecho que Veneto Banca y Banca Popolare di Vicenza eran dos de los bancos que necesitarían una inyección de capital.

En las últimas horas se ha desarrollado todo el proceso. El pasado domingo, el Consejo de Ministros italiano aprobó un decreto urgente para culminar la liquidación tras las presiones que estaba recibiendo por parte de la Unión Europea y el propio Banco Central Europeo (BCE), máximo supervisor del sector en la eurozona.

Desde el lunes, las oficinas y los empleados de ambos bancos están integrados en Intesa Sanpaolo, aunque se esperan recortes tanto de plantilla como de sucursales. Según publica idealista/news Italia, productos como las cuentas corrientes o las hipotecas pasarán a manos de Intesa Sanpaolo, lo que significa que las liquidaciones no tendrán consecuencias para los clientes.

Tampoco tendrán problemas los tenedores de deuda senior (la mayoría de ellos pequeños ahorradores), ya que ésta está cubierta por la intervención del Estado. La peor parte se la llevan los accionistas y los que tengan en cartera deuda subordinada, que sí perderán su dinero al ser los primeros que sumen el desfase patrimonial (pérdidas) que conlleva la liquidación. Al igual que en el caso de Popular, los depositantes no perderán ni un euro.

Ahora bien, el rescate de las dos entidades sí supondrá un coste para los contribuyentes italianos, sobre los que recaerá la deuda y la morosidad de la sociedad que se creará para gestionar los activos tóxicos de los bancos. La liquidación de Veneto Banca y Banca Popolare di Vicenza también tendrá consecuencias en términos de plantilla y sucursales. Se espera el cierre de unas 600 oficinas y el despido de hasta 3.900 empleados.

Desde Link Securities explican que “con esta medida, el Gobierno de Italia intenta resolver uno de sus principales problemas: la falta de solvencia de algunas de sus entidades bancarias, evitando que éstas quiebren y se produzca una retirada masiva de depósitos en el sistema, generando una crisis de difícil solución. La utilización de dinero público para adquirir los activos “malos” de las dos entidades se lleva a cabo después de que los accionistas de las entidades pierdan todo su patrimonio ya que, a diferencia del caso de Popular, en Italia no hay un banco con la capacidad de Santander para quedarse con todo el balance de los bancos rescatados y la única oferta en firme ha sido la de Sanpaolo para asumir la parte buena del mismo”.

Para llevar a cabo el plan, el Parlamento italiano deberá aprobarlo para convertirlo en ley y el plazo máximo para ello es de 60 días, tal y como ha publicado la agencia Europa Press.

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