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Ada Colau sigue en boca de todos aun habiendo salido ya de su cargo como alcaldesa de Barcelona. La Superilla del Eixample saltó a la actualidad estival por haber despertado la negativa de Barcelona Oberta (la unión de los ejes comerciales turísticos de la Ciudad Condal). Lo que en un inicio se vio como un nuevo modelo de ciudad, con más espacio para los peatones y menos para los coches, el proyecto no estuvo exento de controversia. Una de estas actuaciones, la de la manzana de Consell de Cent, motivó un proceso judicial con una sentencia que obliga desmantelar una transformación verde que ha costado 25 millones de euros.

Aunque es poco probable que se dé un paso atrás, dada la inversión que supone y las molestias que volverían a generarse, el rechazo a este plan de reurbanización pone de relieve “el desapego hacia la normativa de los poderes públicos, que colocan sus motivaciones electoralistas por encima del respeto a la ley”, según Arantxa Goenaga, socia y abogada de Círculo Legal Barcelona. La letrada señala que el hecho de que “las decisiones de los ayuntamientos acaben en los tribunales perjudica seriamente al bienestar social, dañando la seguridad jurídica”.

Por encima de la ley

Si bien es cierto que este ecosistema urbano ha supuesto un salto cualitativo a la hora de reducir la contaminación y fomentar la movilidad sostenible, su aprobación no ha seguido los procedimientos legales marcados. “Querer llevar a cabo un proyecto a toda costa, incluso puenteando la normativa urbanística, repercute negativamente en la ciudadanía”, revela Goenaga.

La abogada recuerda que “más allá de jugar con el dinero del contribuyente o de hacerle un flaco favor a los comercios de la zona, el problema de base es que el consistorio hizo caso omiso a las alegaciones de los demandantes y no rectificó”. De este modo, que el Ayuntamiento pase por encima de los trámites legales “dibuja un panorama de desprotección muy peligroso, ya que se estaría dando por sentado que el fin justica los medios, dejando la aplicación del ordenamiento jurídico vacío de sentido”, comenta Goenaga.

Aun cuando la sentencia dejó claro que se debe proceder al desmantelamiento, se ha abierto un proceso de mediación para no restablecer la situación anterior a las obras. Barcelona Oberta se ha visto forzada tener que “valorar no ejecutar la sentencia porque los efectos todavía serán peores”, recalca la portavoz de Círculo Legal Barcelona. En este sentido, los vecinos también se han movilizado para salvar la peatonalización.

Para Goenaga, comportamientos como el del Ayuntamiento de Barcelona no se deben tolerar: “Además de haber puesto el foco en el diálogo, no se modificó el Plan General Metropolitano para hacer constar que se cambiaba una vía local por una vía cívica, dando luz verde a la Superilla como un proyecto de obras ordinario”, concluye.

Recurso desestimado

El Juzgado Contencioso Administrativo número 5 de Barcelona estimó en julio el recurso de la Asociación Barcelona Oberta por el que condena al Ayuntamiento de la capital catalana a devolver a su estado anterior varias calles del Eixample, tras sus obras de peatonalización, las conocidas ‘superilles’. Esta medida estrella de la anterior alcaldesa Ada Colau ha costado en concreto para la calle Consell de Cent unos 25 millones de euros. El Consistorio, ahora bajo el mando del socialista Jaume Collboni, pero con necesidad de apoyos, recurrirá la sentencia.

En concreto, la magistrada del juzgado contencioso administrativo ha estimado el recurso contra el acuerdo adoptado por la Comisión de Gobierno el 26 de mayo de 2022 de reurbanización de la calle Consell de Cent, más conocida como 'supermanzana' del Eixample. La Unión de Ejes Comerciales Turísticos de Barcelona, (Barcelona Oberta) denunciaba que “era una modificación encubierta del Plan General Metropolitano (PGM)".

El fallo, condena a la Administración a retornar las actuaciones al estado en que se encontraban con anterioridad a su aprobación". El Ayuntamiento argumentó que la transformación es un proyecto de obras ordinario para convertir Consell de Cent en una vía urbana de prioridad invertida, y ampara en sus competencias en materia de medio ambiente y movilidad.

El Consistorio insistió que era innecesaria la modificación del planteamiento porque las obras no modifican el régimen jurídico del suelo, ni la funcionalidad de la calle, pero que se ve contradicho en la sentencia. “Manifestación totalmente errónea ya que pasamos de una calle que cumplía la función que le venía atribuida de red viaria local a una calle, como los mismos informes sostienen y el documento que la sustenta, pensado principalmente para peatones”.

El Ayuntamiento recurrirá esta sentencia

La primera teniente de alcalde de Barcelona, Laia Bonet, anunció que el Ayuntamiento recurrirá la sentencia que ordena desmantelar la reurbanización de la calle Consell de Cent: "Defenderemos el buen trabajo de los servicios técnicos y jurídicos de la casa".

Por su parte, la concejal de BComú y exalcaldesa de Barcelona, Ada Colau, afirmó en un mensaje en Instagram que "no permitirán" que se deshaga la reurbanización del eje verde de Consell de Cent. Colau defendiendo que el eje verde de Consell de Cent ha sido un "éxito" y que los vecinos lo valoran positivamente, y ha instado a Collboni a defender el proyecto y a los vecinos para una Barcelona más verde y saludable.

La vivienda, afectada también

Las superillas de Consell de Cent, Rocafort, Comte Borrell y Girona también han hecho que los propietarios de viviendas suban los precios de sus pisos de venta y alquiler hasta cerca de un 11%. Se espera que este crecimiento vaya a más una vez finalicen todas las obras a finales de mayo, según fuentes del sector.

Con el objetivo de recuperar para la ciudadanía una parte del espacio que actualmente ocupan los vehículos privados, son numerosos los barrios, como Sant Antoni, La Dreta de l'Eixample o l'Esquerra de l'Eixample que han sufrido afectaciones en el tráfico y la circulación. La cara más negativa de esta gran transformación es el aumento desmesurado de los precios en la vivienda y alquiler.

Las obras de la superilla de Ada Colau han despertado opiniones contrarias entre los vecinos de las zonas afectadas por esta transformación urbana. Aunque muchos celebran los aspectos positivos que el cambio traerá al barrio, también les preocupa que revalorice la zona. Según testimonios recogidos en el reportaje, el principal miedo entre aquellos que pagan un alquiler en el barrio, ya sea de vivienda o de un local para regentar un negocio, es un aumento del precio.

Es una situación que empieza a hacerse realidad. Este año, el precio de la compraventa en la Dreta de l'Eixample ha subido un 11,3% según un estudio de Idealista, alcanzando en marzo de 2023 un valor de 6.636 euros el m2. 

Según datos de Engel & Völkers Barcelona, el precio aproximado por lo que a la venta refiere es de 5.000 euros el m2, aunque en algunas ocasiones oscila desde los 3.700 euros hasta los 6.000 euros. El precio medio de la compraventa en 2023 es de 475.000 euros. Pese a que la tendencia siempre ha sido al alza en este distrito de la capital catalana, a partir del mes de agosto de 2022 el auge se disparó de forma desmesurada, pasando de un 5,8% al 8%. Unas cifras que alcanzaron el pico máximo anual los meses de agosto y septiembre. 

Según un análisis de la misma inmobiliaria, las superillas van a suponer un aumento generalizado de los precios tanto de compraventa como de alquiler. Esto se debe a la transformación urbana hacia un modelo más peatonal, sin tráfico y con zonas verdes, unos parámetros muy solicitados actualmente.

 

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