Dentro de ocho días, el 23 de septiembre, acaba el plazo para que BBVA pueda modificar los términos de la opa sobre Banco Sabadell. O, lo que es lo mismo, para que decida si asume lo que los accionistas de la entidad opada demandan: una subida potente del precio de la opa que permita que la operación salga adelante. En los términos actuales, el éxito de la oferta hostil es una absoluta quimera.
Si BBVA quería pruebas de hasta qué punto el precio ofrecido ahora (una acción de BBVA más 0,7 euros en efectivo por cada 5,5483 títulos del Sabadell) invalida cualquier posibilidad de sacar adelante la opa, el resultado de la última votación del consejo de Sabadell ha puesto todas las cartas sobre la mesa. El inversor mexicano David Martínez, que desde el principio veía con buenos ojos el asalto de BBVA a Sabadell, también pide una subida de precio.
El inversor, dueño del 4% del capital, no se opone a la operación como el resto del consejo, pero sí exige un precio competitivo. La de Martínez es la voz de otros muchos inversores institucionales (los 10 mayores controlan cerca del 30% del capital del banco, con BlackRock a la cabeza) que estarían dispuestos a decir sí siempre que el precio ofrecido finalmente por BBVA colme sus expectativas.
Expectativas que, por otro lado, no son pocas. De momento, BBVA tiene el reto de, como mínimo, cerrar el agujero en la valoración que se ha abierto en bolsa. Con el período de aceptación de la oferta ya en marcha, para un accionista de Sabadell es un 9,8% más rentable vender sus acciones del banco en bolsa que acudir a la oferta. Parece evidente que los inversores grandes y pequeños de Sabadell pedirán algo más (o bastante más) que cubrir esa diferencia.
La razón es que 16 meses después de que se iniciara la batalla por BBVA, los accionistas de Sabadell están muy cómodos en la entidad. Las cifras son elocuentes y no requieren de explicaciones adicionales: desde que BBVA mostró su interés a finales de abril de 2024, la acción de Sabadell ha subido la friolera de un 115%. Ahora es un banco más fuerte y con una política de retribución al accionista mucho más agresiva.
El plan de Sabadell pasa por distribuir hasta 6.300 millones de euros (3.800 sólo el año que viene) entre sus accionistas, parte por la vía de los dividendos puros y parte por las recompras de títulos. Una cifra que equivale a cerca del 40% del valor en bolsa del grupo. Todo un caramelo para los accionistas del banco catalán, que ven como la venta de la filial británica TSB ha disparado la potencia de fuego de la entidad para retribuir a los inversores.
Con estas cartas sobre el tapete, BBVA tendrá que hilar muy fino para ganar el partido de la opa. O juega fuerte y vence la resistencia de los accionistas que creen que en el proyecto de Sabadell en solitario a base de euros contantes y sonantes, o la operación irá a la vía muerta. El presidente Carlos Torres tendrá que ser generoso, edulcorando una oferta que hoy no tiene sabor alguno. Los analistas creen que al menos deberá poner 2.000 millones de euros más sobre la mesa para sacar adelante la oferta.
Todo apunta a que cualquier mejora de las condiciones (posibilidad que hasta ahora BBVA ha negado siempre) se produciría en el último minuto del partido. El plazo máximo para subir el precio es el día 23 de septiembre y, a la vista de lo que ha pasado en la primera semana del plazo de aceptación, el mercado no afloja la presión sobre el potencial comprador, que necesita alcanzar el 30% del capital de Sabadell para que la operación no se declarada como nula.
Calendario de la opa de BBVA sobre Sabadell
- 23 de septiembre: último día para que BBVA modifique las condiciones de la oferta
- 7 de octubre: acaba el período de aceptación
- 14 de octubre: publicación del resultado de la OPA
- 20 de octubre: liquidación de la oferta
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