¿Cada cuánto se deben cambiar las sábanas y las toallas? Te contamos cuál es el tiempo ideal para mantener la higiene
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Cambiar sábanas
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Mantener una buena higiene en el hogar es esencial para la salud, y uno de los aspectos clave es la frecuencia con la que se deben cambiar las sábanas y las toallas. 

Aunque a menudo pasamos por alto este hábito, el uso diario acumula suciedad, bacterias y humedad, lo que puede afectar al bienestar. Pero, ¿cada cuánto tiempo es recomendable sustituir estos textiles?

¿Cada cuánto tiempo se deben cambiar las sábanas?

La frecuencia del cambio de sábanas puede variar según diferentes factores, pero lo recomendado a nivel general es de una o dos semanas. Si la persona que duerme en ellas en alérgica o tiene problemas dermatológicos, preferiblemente cada semana.

También es cierto que algunas condiciones personales pueden influir en esta frecuencia. Por ejemplo, si se suda mucho es recomendable lavarlas cada cinco días; si se tiene la piel grasa cada cinco, seis o siete días; y si se tiene la piel seca cada ocho o diez días.

En caso de padecer enfermedades respiratorias o si hay niños pequeños, la frecuencia debe ser mayor: cada tres o cuatro días.

Recuerda que lo más importante es mantener una rutina de limpieza constante, adaptada a tus necesidades personales y condiciones de vida.

Consecuencias de no cambiar las sábanas regularmente

Si te preguntas '¿Qué pasa si no cambio las sábanas en un mes?', debes saber que puede tener consecuencias significativas para la higiene y la salud. En este período se acumulan diversos elementos que pueden afectar negativamente el bienestar y la calidad del sueño:

  • Las células muertas de la piel se acumulan rápidamente. Cada noche desprendemos miles de estas, que se convierten en alimento para los ácaros, cuya población puede aumentar exponencialmente en más de dos semanas, llegando a millones en un solo colchón.
  • El sudor y los aceites corporales también se impregnan en las sábanas, creando un ambiente propicio para el crecimiento de bacterias y hongos. Estos microorganismos no solo pueden causar malos olores, sino que también pueden provocar irritaciones en la piel o exacerbar condiciones dermatológicas existentes.
  • Para las personas con alergias o asma, no cambiar las sábanas regularmente puede ser particularmente problemático: los alérgenos producidos por los ácaros del polvo, junto con el polen y otros irritantes que se acumulan, pueden desencadenar o empeorar estos síntomas.
  • El polvo y las partículas del aire también se acumulan en las sábanas con el tiempo, lo que puede afectar la calidad del aire que respiramos durante el sueño. Esto es especialmente relevante para quienes viven en áreas urbanas o con alta contaminación ambiental.

¿Por qué es importante cambiar las sábanas?

Cambiar las sábanas regularmente es una práctica fundamental para mantener una higiene adecuada y un ambiente saludable en nuestro dormitorio:

  • Se eliminan los ácaros y sus alérgenos, reduciendo así el riesgo de reacciones alérgicas y problemas respiratorios
  • Previene la acumulación de bacterias y hongos, evitando irritaciones cutáneas, infecciones y malos olores
  • Mejora la calidad del sueño, contribuyendo a un descanso profundo y reparador
  • Para las personas con problemas de piel, como dermatitis o acné, las sábanas limpias son especialmente importantes porque reducen el contacto con bacterias que pueden exacerbar estas condiciones
  • Ayuda a mantener la higiene del dormitorio, reduciendo la acumulación de polvo y alérgenos en el ambiente
  • Contribuye a prolongar la vida útil de la ropa de cama, ya que previene la acumulación de manchas difíciles y el desgaste
Lavar las sábanas
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¿Cómo lavar las sábanas de forma correcta?

Después de retirar las sábanas sucias de la cama, es necesario lavarlas adecuadamente para eliminar toda la suciedad. Aquí te dejamos el paso a paso para hacerlo:

  1. Revisa siempre la etiqueta de lavado para conocer las instrucciones específicas del fabricante. Generalmente, se recomienda usar agua a 60 °C para eliminar completamente los ácaros y bacterias, especialmente en sábanas de algodón.
  2. Antes de introducir las sábanas en la lavadora, es importante separarlas por color y tipo de tejido para evitar decoloraciones o daños. Verifica también previamente si existen manchas específicas que requieran un tratamiento previo con quitamanchas o jabón líquido.
  3. La cantidad de detergente es crucial: no se debe exceder la recomendación del fabricante, ya que puede dañar las fibras y dejar residuos. Te aconsejamos utilizar detergentes hipoalergénicos, especialmente para personas con pieles sensibles o alergias. Como tip extra, puedes añadir una cucharada de bicarbonato para neutralizar olores y ayudar a mantener el blanco de las sábanas.
  4. Evita sobrecargar la lavadora y utiliza un ciclo completo, incluso si es posible, uno específico para ropa de cama.
  5. El secado es igual de importante: lo ideal es secar al sol, ya que los rayos ultravioleta ayudan a eliminar bacterias residuales. Si utilizas secadora, selecciona una temperatura media para evitar daños en las fibras.

¿Cada cuánto hay que cambiar la toalla del baño?

Las toallas de baño son elementos que utilizamos de forma diaria, y por ello, requieren una atención especial. Los expertos en salud y limpieza recomiendan cambiarlas cada 3 o 4 usos, aunque, evidentemente, hay otros factores que influyen. Por ejemplo, después de actividades que generen mucha sudoración o suciedad.

Ten en cuenta que una toalla húmeda es un ambiente perfecto para el crecimiento bacteriano. Para evitar esta proliferación, además de lavarlas, es importante colgar la toalla completamente extendida después de cada uso, usar toalleros con buena ventilación y reemplazarlas cada 2 años.

¿Cómo lavar las toallas? Trucos y consejos

Lavar correctamente las toallas no solo mantiene su calidad, sino que también garantiza una higiene óptima. A continuación, te ofrecemos una serie de consejos para llevar a cabo esta tarea de forma óptima:

  • Separa las toallas por colores: Evita mezclar diferentes tonalidades para prevenir decoloraciones
  • Lava en agua caliente (60-90 °C) las toallas blancas y con agua tibia las toallas de color (40-50 °C)
  • Usa detergentes no agresivos y evita suavizantes que reducen la capacidad de absorción
  • No sobrecargues la lavadora y deja espacio para que las toallas se muevan libremente
  • Selecciona ciclo intenso, utiliza el centrifugado a alta velocidad y no superes la hora de lavado
  • Si vas a utilizar secadora, que sea a temperatura media

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