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Toda edificación en España debe cumplir unos mínimos de sostenibilidad según establece la Ley 38/1999. Lograr el BREEAM es premiar ir más allá de lo exigible. ¿Pero qué significa este certificado? Significa ser una casa sin pinturas con compuestos tóxicos, con mayor iluminación o que mejora la salud y el bienestar de la familia con menos contaminación acústica. La empresa ha pasado por SIMA 2018 en el espacio inédito Simalab, para experimentar y mostrar cómo está construida una casa altamente sostenible.

Sus siglas responden a Building Research Establishment Assessment Methodology (Metodología de evaluación de investigación de edificios) y se definen como “los jueces de la sostenibilidad”. El sello se creó en 1990 en Reino Unido y llegó a España en 2010. En 2014 había unas 40 viviendas con este sello y a día de hoy han logrado que más de 10.000 viviendas hayan pasado esta evaluación que examina 10 categorías.

Esto significa puntuar la gestión de los residuos, mayor eficiencia energética, una mejora en términos de salud y bienestar, que el uso de suelo sea virgen, reducir la contaminación, qué tipo de materiales se emplea, el agua, el transporte y la innovación. La puntuación final se mueve entre una y cinco estrellas y el proceso de evaluación comienza con la elección de un asesor reconocido, es decir, un técnico independiente que BREEAM lo forma, pero trabaja con el promotor para alcanzar el certificado. De esta forma, BREEAM siempre se mantiene independiente sin interés con el constructor o promotor.

El BREEAM está pensado para que una vivienda que se construya a día de hoy supere las expectativas que le pide la normativa. Así lo explica Óscar Martínez, su director general en España. "En cuanto el promotor hace un esfuerzo por dar ese plus, le vas dando estrellas", detalla Martínez, para explicar el sistema de puntuación.

¿Supone un sobrecoste para las promotoras? Según cuenta Martínez, no supone mayor coste sobre ejecución material para los constructores y promotores y sí una diferencia cualitativa con un edificio que no añada estos valores medioambientales. "Las viviendas que pasen nuestro examen tendrán el mismo coste que otra vivienda, el precio siempre lo fija el mercado", cuenta Martínez, por lo que la diferencia entre una promoción con o sin sello BREEAM será su relación con la sostenibilidad y tampoco supondrá mayor desembolso por parte del comprador de la vivienda.

En Simalab, el espacio más experimental de la feria SIMA, aprovecharon la ocasión para que los visitantes descubrieran cómo es una vivienda con una construcción sostenible, gracias a la casa sostenible de Saint-Gobain, entre otras compañías respetables con el planeta. Se podía apreciar las diferencias con una casa que simulaba estar construida en la década de los 90 con una casa construida hoy con confort térmico, acústico y visual. Las soluciones que aplicaba era, entre otras, incorporar placas de yeso laminado, dobles acristalamientos o sistema SATE para aislamiento térmico.

De momento, la mayoría de proyectos con sello BREEAM en España cuentan con una o dos estrellas, como la Illa Diagonal de Barcelona o el hotel NH Ribera del Manzanares de Madrid, mientras que solo un edificio ha obtenido las cinco estrellas: el Centro de Innovación Norvento Enerxía (CIne), ubicado en Lugo. Se trata de un edificio de energía cero que se autobastece íntegramente con fuentes renovables. Eso es, opera desconectado de la red eléctrica gracias a un sistema de baterías para almacenar electricidad. 

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