Ni Nueva York, ni Washington ni Las Vegas. El título de ciudad con la vivienda más cara de Estados Unidos lo ostenta San Francisco. Así lo indican los datos del último informe de la compañía inmobiliaria Zumper, que señalan que alquilar un estudio en la metrópoli californiana cuesta, de media, 3.460 dólares al mes (alrededor de 3.184 euros).
Un hecho del que también se ha percatado el Departamento de Urbanismo de San Francisco. En su último estudio, la institución asegura que tan solo el 30% de las viviendas de nueva construcción se lanzan al mercado con un precio asequible.
Pero la subida del precio de la vivienda no solo lo han notado las inmobiliarias, entidades públicas y familias de San Francisco. Las 'startups' de la capital tecnológica también deben hacer frente al constante incremento del alquiler de la oficina. De hecho, desde la página Priceonomics revelan que, de media, un empresa tecnológica de 10 empleados paga 6.100 dólares de alquiler al mes (unos 5.611 euros).
En principio, la llegada de nuevas empresas tecnológicas procedentes del sur de la bahía y la escasez de oficinas disponibles explicarían por qué a una 'startup' le resulta tan caro asentar su sede en San Francisco. Ante la mayor demanda y la menor oferta, los propietarios de oficinas aprovechan para incrementar el precio del alquiler.
Pero el precio no es el único factor que impide a una 'startup' alquilar una buena oficina. Desde hace un tiempo, los arrendadores huyen de las empresas tecnológicas e intentan alquilar despachos a otro tipo de negocios.
El por qué de tal discriminación se halla en el beneficio que obtendría el propietario de la oficina. La llegada de nuevas 'startups' a la comunidad emprendedora de San Francisco ha permitido a los dueños ofrecer despachos a precios más altos.
Sin embargo, los propietarios también consideran que la economía 'startup' algún día caerá en recesión, de ahí que, para evitar futuros impagos, prefieran alquilar las oficinas a negocios más estables y al mismo precio que ofrecen hoy a las 'startups' - y disfrutar así de altos beneficios durante más tiempo.
Esta estrategia comenzaron a aplicarla después del estallido de la burbuja 'puntocom', cuando la mayor parte de las 'startups' cayó en quiebra y únicamente obtenían beneficios de los alquileres de estudios de arquitectura, bufetes de abogados y otras compañías mucho más estables.
Aunque existen más razones. Por un lado, los propietarios no cuentan con las herramientas financieras necesarias para evaluar el riesgo crediticio de las 'startups'. Tan solo se fijan en las cuentas actuales de una compañía tecnológica que está en sus inicios y que, normalmente, se encuentra en números negativos. Además, tampoco les interesa andar averiguando el potencial de éxito que tendrá la misma en un futuro, porque su negocio no consiste en evaluar a una 'startup'.
Por otra parte, se acaban cansando de los subcontratos, o lo que es lo mismo, de que una 'startup' termine alquilando el espacio a otra compañía porque ha crecido y debe mudarse a un espacio mayor sin haber cumplido el contrato de alquiler. Combatir esta práctica les supone invertir más dinero en abogados.
1 Comentarios:
Se escribe "el porqué" y no "el por qué".
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