Cómo un aeropuerto nazi se ha convertido en el ‘hogar’ de 2.300 refugiados sirios en Berlín

Dicen que la historia siempre se repite y el aeropuerto de Berlín-Tempelhof es buena prueba de que afirmación es cierta. Este aeródromo, que dejó de operar en 2008, desempeñó un papel fundamental entre 1948 y 1949 convirtiéndose en el protagonista del puente aéreo que abasteció a Berlín oeste durante los once meses que duró el bloqueo soviético a los sectores occidentales de la ciudad. Casi 70 años después ha vuelto a evitar una tragedia humanitaria, después de que las autoridades alemanas lo habilitasen para acoger a cerca de 2.300 refugiados sirios.

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Los soldados del ejército alemán han convertido la terminal principal del aeropuerto en un gigantesco campo de refugiados con decenas de ‘habitaciones’ en las que hay hasta seis literas. Además, en los hangares en lo que antes se ponían a punto los aviones se han instalado centenares de tiendas de campaña. 

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Levantado por el régimen nazi en 1934 sobre los terrenos de un aeródromo de pruebas, Tempelhof cuenta con más de 20.000 m2 de espacio. Los planes del gobierno germano pasan por reacondicionar otras partes del aeropuerto para poder acoger a 4.000 refugiados más, según cuenta la Agencia de Naciones Unidas para los Refugioados.

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Después de años sin actividad, en 2010 fue declarado ‘parque público’ por el Ayuntamiento de Berlín. Estaba previsto que el año que viene se celebrase allí una prueba de la novedosa Fórmula E de monoplazas eléctricos, que ya está buscando nueva ubicación.