
El gusto de los japoneses por la arquitectura creativa es bien conocido. De hecho, es junto a EEUU el país con más premios Pritzker, considerados los premios Nobel de arquitectura. Por eso no es de extrañar que de allí nos llegue esta peculiar casa ‘embarazada’. Situada en Tokio, la vivienda cuenta con 87 m2 repartidos en dos plantas. Sin embargo, lo que realmente llama la atención del edificio es la ‘tripita’ que llena su fachada principal.
Pero este recurso arquitectónico no es únicamente un ejercicio de estilo, sino que es un elemento clave en el diseño de la vivienda. Según cuenta en su web el arquitecto Hiroshi Nakamura, “nuestro principal problema era que el edificio estaba rodeado por todos los lados menos por uno, lo que hacía casi imposible que la luz entrase en las habitaciones”.
Para solucionar este problema, a Nakamura se le ocurrió abrir una cristalera en el techo y curvar una de las paredes de la fachada para que la luz se deslizase por ella y se dirigiese hacia el interior de la vivienda. La ‘barriguita’ de este edificio embarazado hizo posible que el salón de 30 m2 pudiese iluminarse con luz natural.








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