
Llega una nueva tasa turística para Mykonos y Santorini, dos de las islas griegas más deseadas por turistas de todo el mundo. Después de un verano de exceso de turismo, que ha puesto a prueba la estabilidad de los dos destinos vacacionales, el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, ha tomado la decisión de que todos los turistas que lleguen en crucero a estas dos islas griegas deberán abonar 20 euros en temporada alta, con posibilidad de reducciones en periodos menos concurridos.
Esta tasa se ha decidido imponer solamente al sector marítimo, ya que entre 2023 y lo que llevamos de 2024, las dos islas griegas, que entre las dos apenas suman 180 km2, acogieron más de 1,3 millones de turistas.
Cabe recalcar que es un importante incremento en comparación con el impuesto que pagan aquellos que llegan a las islas griegas en avión, que es de tan solo 35 céntimos.
Turismo en Mykonos y Santorini
Siempre se encuentran entre los destinos más populares para las vacaciones, especialmente las de verano. Mykonos y Santorini están sometidas desde hace algún tiempo a una auténtica invasión de turistas, ya que cada año acuden millones de viajeros a las dos perlas del mar Egeo, lo que genera importantes consecuencias tanto para las administraciones locales como para la población residente.
De hecho, Mykonos es considerada una de las ciudades imprescindibles de las Cícladas para la vida nocturna, fama que la isla se ha ganado desde la época de los 'hippies'' de los años 60 y que ahora se ha convertido en la capital estival de la vida nocturna. Santorini, por otro lado, atrae a muchos viajeros no sólo por su posición privilegiada sobre el mar, sino también por sus característicos edificios de mampostería y piedra blanca.

Una atención que ha llevado a las dos islas - Mykonos con sus 10.134 habitantes y Santorini con sus 15.500 - a no poder soportar más un flujo turístico tan masivo. Suficiente para convencer al gobierno griego de actuar.
Un impuesto para limitar los daños
El desembarco de 1,3 millones de personas en dos islas, muy características pero también muy pequeñas, ha generado considerables inconvenientes. Por otro lado, las imágenes de las calles tan concurridas en Santorini, hasta el punto de que los presentes prácticamente no podían moverse, aparecieron en todos los medios de comunicación del mundo durante el verano de 2024, una señal de cuánto está sufriendo la ciudad.
Un número de turistas superior al que estas islas pueden albergar provoca importantes problemas a las administraciones locales:
- Imposibilidad de proporcionar fácilmente servicios básicos, desde electricidad hasta sistemas de emergencia.
- Necesidad de mayores inversiones en la gestión y mantenimiento de los bienes públicos.
- Dificultades de gestión y mantenimiento de bienes históricos y recursos naturales.
- Dificultades de responder a las crecientes necesidades de los residentes, cada vez más perturbados por el turismo predominante.
Por estos motivos, Mitsotakis anunció la introducción de una nueva tributación, cuyo objetivo será:
- Recaudar dinero para la creciente necesidad de mantenimiento de las islas, particularmente en el frente de infraestructura.
- Reducir la afluencia de turistas, centrándose en el efecto disuasorio del impuesto.
- Promover un turismo más consciente y también más sostenible, respetuoso del patrimonio histórico, artístico y naturalista de estas dos perlas del Egeo.

Otras medidas para contener el sobreturismo
Sin embargo, eso no es todo. El gobierno griego también está pensando en otras medidas para limitar el fenómeno del sobreturismo, después de las escenas presenciadas por miles de teléfonos inteligentes a lo largo del verano y, como es fácil de imaginar, circularon rápidamente en internet y redes sociales. Por ello, cabe la posibilidad de:
- Agravar el coste a los turistas que llegan a las islas por otros medios.
- Imponer un límite máximo al número de cruceristas -o, más generalmente, de viajeros- que llegan diariamente a las dos islas.
Por el momento se tratan de hipótesis que aún no se han formalizado en intervenciones específicas de protección de los dos paraísos del Egeo.
Probablemente habrá que esperar hasta el verano de 2025 para comprobar si la tasa turística y de desembarque introducida es capaz de garantizar los efectos deseados, actuando por ejemplo como disuasivo para una parte importante de los cruceristas. Hasta la fecha no ha habido grandes posturas ni protestas por parte de los turistas de Mykonos y Santorini, dispuestos a pagar lo necesario para poder visitar de nuevo las dos queridas islas.
Para poder comentar debes Acceder con tu cuenta