el estudio de arquitectura italiano Peter Pichler Architecture ha diseñado un bloque de oficinas con formas angulosas, perforada por un patio exterior central, y una cubierta inclinada revestida de malla plisada
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La estética del edificio de las oficinas recuerda al imagotipo de Bonfiglioli y a la cubierta dientes de sierra o tipo shed de la propia fábrica.
Estética Gustav Willeit

Las cubiertas conocidas como dientes de sierra o tipo shed son uno de los elementos visuales más característicos de una fábrica. Ideada en Gran Bretaña en la preindustrialización, su uso se expandió rápidamente durante la Revolución Industrial por sus beneficios en la ventilación e iluminación de los interiores fabriles. Muchas de ellas llegan a ser realmente sorprendentes y bellas, como la cubierta modernista del antiguo Vapor Aymerich, hoy Museo de la Ciencia y la Técnica en Terrassa. Hoy, incluso, su estética motiva a los arquitectos a emplearla como motivo decorativo en sus obras. Además, también ha influido en la confección de otros muchos edificios, como el que presentamos a continuación, situado en la fábrica Bonfiglioli en Bolonia.

Dos esculturales escaleras de caracol de acero destacan en la planta baja y en la sexta planta.
Escaleras Gustav Willeit

Cubierta inclinada tipo shed

A los italianos les gusta mostrar su gusto estético y su recuerdo del pasado en cualquier obra que realizan. En el emplazamiento industrial de la empresa Bonfigliolo, en Calderara di Reno, el estudio de arquitectura italiano Peter Pichler Architecture ha diseñado un bloque de oficinas con formas angulosas, perforada por un patio exterior central, y una cubierta inclinada revestida de malla plisada.

El edificio representa la identidad y los valores culturales de la empresa Bonfiglioli situada en Calderara di Reno (Bolonia).
Identidad empresarial Gustav Willeit

La inclinación, como ocurre en las cubiertas tipo shed o dientes de sierra fabriles, posibilita ampliar las fachadas orientadas hacia el norte del edificio, aumentando el espacio de las oficinas con luz natural indirecta. El diseño, según el estudio, “desafía a la sostenibilidad mediante una geometría inteligente, por lo que es una celebración de la luz indirecta del norte en un edificio de oficinas y un edificio con el máximo confort para las personas que trabajan en él”.

En el patio ajardinado central se ubica un puente de cristal cubierto que lo cruza a la altura de la tercera planta.
Puente Gustav Willeit

El edificio cuenta con siete plantas y está formado por un exoesqueleto de acero que se expande hacia fuera en la planta baja para después elevarse verticalmente en el resto de alturas. Las fachadas con mayor superficie están orientadas al norte, mientras que las de menor superficie se orientan al sur. Además, tanto las fachadas sur como la cubierta inclinada cuentan con una “segunda piel” plisada formada por una malla de aluminio que permite filtrar la luz solar directa.

Formas geométricas metálicas

Las formas geométricas y los materiales metálicos son un evidente referencia a la propia marca Bonfiglioli, la cual fabrica productos para los sectores de automatización industrial, maquinaria móvil y energías renovables. Según el estudio de arquitectura, “el principal objetivo del diseño era crear un edificio de oficinas eficiente y funcional que representara la identidad y los valores culturales de la empresa italiana Bonfiglioli. Así, la geometría plisada de la fachada se inspira en los motorreductores de la empresa, mientras que la malla de aluminio recuerda las virutas que se producen a diario como subproducto de la cadena de suministro de la empresa”.

La cubierta inclinada permite una mayor entrada de luz natural, complementada por el patio central y las seis terrazas del edificio.
Cubierta inclinada Gustav Willeit

En el epicentro del edificio se encuentra un patio ajardinado, confeccionado con la finalidad de ventilar de manera natural el interior del edificio mediante un efecto chimenea. A la altura de la tercera planta, un puente de cristal cubierto cruza dicho patio para conectar ambos lados de la oficina y “facilitar el flujo de trabajo y la comunicación entre los departamentos, fomentando la sinergia y la interacción en el lugar de trabajo”. En la cubierta inclinada, además del vacío creado por el patio central, se aprecian seis aperturas más delimitando su cubierta. Se trata de seis terrazas orientadas al sur que proporcionan sendas zonas al aire libre desde la tercera planta hasta el piso superior.

Las fachadas con mayor superficie están orientadas al norte y se encuentran completamente acristaladas.
Fachadas norte Gustav Willeit

En el interior del edificio también se deben destacar la instalación de dos esculturales escaleras de caracol de acero situadas en la planta baja y en la sexta, que son algo más que un conector físico entre plantas: son un vórtice simbólico de intercambio de creatividad que invita a un flujo continuo de ideas”, define el estudio.

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