Un antiguo complejo industrial de los años 20, que se encuentra en el centro de la Ciudad de México, está siendo sometido a una rehabilitación que durará 10 años.
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La antigua fábrica textil se encuentra en proceso de rehabilitación.
Laguna Camila Cossio

Los grandes conjuntos industriales que estaban en la periferia de las ciudades, pero que hoy en día han quedado engullidos por su expansión, en ocasiones han sido objeto de rehabilitaciones para crear espacios de oficinas, estudios y 'coworkings'. La clave se encuentra en su diafanidad, lo que favorece que se puedan crear espacios compartimentados según las necesidades de las empresas que allí se instalen.

En este tipo de actuaciones estuvo desarrollando el estudio de arquitectura Productora uno de sus trabajos más longevos, donde transformó una antigua fábrica textil de la Ciudad de México en unos estudios artísticos.

El verde es el color predominante en la rehabilitación, ya que se encontraba presente en elementos originales, el cual contrasta con el gris del hormigón armado.
Verde Pablo Manjarrez

La Laguna es como se ha rebautizado a este antiguo complejo industrial de 1920, el cual se encuentra en la Colonia Doctores, en el centro de la Ciudad de México. En él, el estudio de arquitectura mexicano Productora ha fijado una estrategia de rehabilitación paulatina a 10 años visto, por lo que en la actualidad todavía se encuentran espacios sin rehabilitar.

En el interior de los espacios se encuentran las oficinas conceptuadas como coworkings, donde se comparten muchos espacios de trabajo.
Coworking Pablo Manjarrez

El estudio trasladó sus oficinas a la antigua fábrica tras el devastador terremoto de Puebla de 2017. En un primer momento, se ubicó en una nave vacía de la fábrica para, desde allí, ir reconstruyendo poco a poco mientras se iba habitando. En este tiempo, más de una veintena de empresas se han mudado ya al complejo, fijando allí sus oficinas.

Dos patios distribuyen los espacios

La renovación de la antigua fábrica se ha centrado principalmente en su interior. Sin embargo, el exterior, de hormigón pintado, y aunque no esté catalogado, se ha planteado conservar las fachadas originales sin rehabilitar por dos razones: por una parte, mantener hacia la ciudad esa visión de fábrica abandonada y, por otra, para sorprender al visitante una vez se accede al interior.

Uno de los dos patios interiores que distribuyen los espacios de oficinas. En él se observa el predominio del verde en estructuras y plantas.
Patio Pablo Manjarrez

Dos patios interiores distribuyen los espacios entre los edificios. Para ello, fueron eliminadas las estructuras, techumbres y anexos que se habían ido añadiendo a lo largo de los años y que no formaban parte del complejo inicial. Ello ha facilitado crear nuevas zonas de circulación y de reunión. La liberación de estas estructuras ha permitido que, las fachadas que asoman hacia estos patios, se les dé continuidad mediante su estructura robusta de concreto y su trama de hierro cuadrada.

Asimismo, la idea es que, en estos grandes espacios abiertos, se construyan diversos talleres de hormigón de nueva planta y se renueven los edificios existentes tanto de hormigón como de ladrillo. Con estas actuaciones, el estudio espera convertir el proyecto en una “adaptación y transformación constantes”. Algunas estructuras de nueva construcción en los patios han permitido crear espacios sociales para que los miembros de las distintas empresas instaladas puedan reunirse.

En esta imagen se puede ver el contraste entre los elementos rehabilitados y los originales.
Contraste Pablo Manjarrez

Además de los patios, otros aspectos destacables de la intervención ha sido la mejora de la distribución de circulaciones horizontales y verticales, lo cual ha favorecido generar un recorrido motivador para descubrir todo el conjunto. En estas actuaciones se han incorporado nuevas zonas de sanitarios, nuevos núcleos de escaleras o un montacargas.

Un verde industrial esperanzador

Los espacios rehabilitados han ido incorporando el color verde en pasarelas, ventanas, estructuras, así como en la plantación de diversas especies de árboles y plantas que se encuentran esparcidas por los patios. Se decidió emplear el color verde porque ya estaba presente en ciertos elementos arquitectónicos del antiguo conjunto, así como en los antiguos telares. Esta tonalidad permite, además, definir una nueva identidad cromática para el proyecto de la Laguna. Por otra parte, la rehabilitación del antiguo conjunto industrial también ha servido para transformar el barrio que lo rodea de manera positiva.

Los patios interiores son los espacios comunitarios de reunión y encuentro entre las personas de oficinas y empresas.
Espacios comunes Pablo Manjarrez

Colonia Doctores tiene fama de ser unos de los barrios más peligrosos de la ciudad, pero la implantación de oficinas y empresas en la Laguna significó atraer puestos de trabajo de distinta clase social. Así, desde que el proyecto se puso en marcha, se puede observar por los alrededores una mayor variedad de personas paseando por las calles, como extranjeros, estudiantes o jóvenes.

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