Los acreedores de la inmobiliaria catalana no se ponen de acuerdo sobre las condiciones planteadas por la compañía para refinanciar los casi 6.500 millones que arrastra de deuda. La cuestión de fondo que está dilatando el proceso tiene que ver con los distintos tipos de garantías que colonial tiene con sus acreedores
En general todas las entidades comparten el plan presentado por la inmobiliaria de crear dos vehículos, uno con los mejores activos, capaz de generar ingresos recurrentes, y otro con los menos atractivos. Pero el problema llega con las garantías
En relación con los 6.500 millones de deuda, las diferencias entre los acreedores radican en ver qué parte de las garantías se soporta sobre los activos buenos y qué parte sobre los peores. La cuestión es la cantidad de pérdidas que están dispuestas a asumir las entidades del sindicado. Pero este dilema tiene que estar resuelto en el cuarto trimestre de este año como fecha límite
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