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Aunque contratar un aval bancario siempre va a significar un coste extra, puede aprovecharse la ocasión para intentar ahorrar, es decir, para pagar menos dinero de alquiler

Gracias a la contratación de un aval financiero, se consigue que el propietario vea reducido el riesgo que debe asumir. El hecho de exponerse a no cobrar las cuotas queda minimizado, ya que puede recurrir a una ejecución del aval o de parte de él ante impagos por parte del arrendatario. Puesto que la mayoría de propietarios prefieren inquilinos con aval, se puede sacar partido y negociar una renta mensual inferior

Los impagos en casos de alquiler están a la orden del día y han aumentado mucho en los últimos tiempos. Es por esto que se puede aprovechar más la situación para conseguir una cuota mensual más baja, ya que el aval bancario permitirá al propietario tener que afrontar una situación de impago. De esta forma, no deberán aplicarse procesos judiciales, que se traducen en mucho papeleo y costes para él, por lo que le sale mucho más a cuenta bajar el precio del alquiler

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