
La historia comienza en el año 150 antes de Cristo, cuando la llanura de Barcelona estaba rodeada por diferentes asentamientos iberos, y nos lleva hasta el 2010, momento en el que se originan algunas de las grandes intervenciones urbanas del siglo XXI, desde la plaza de Les Glòries hacia la vasta zona del Besòs, y hacia la Sagrera y Sant Andreu. El Museu D’Historia de Barcelona ha resumido más de dos milenios de evolución inmobiliaria de la ciudad en 26 espectaculares mapas interactivos.

La primera gran explosión de la Ciudad Condal se dio en torno al año 1300, cuando “la expansión mediterránea hace crecer Barcelona”. En esa misma época se inició la construcción de una nueva muralla que salvaguardase la urbe. A partir de 1477 se construye el primer puerto artificial y se termina la muralla del Raval.

En la segunda mitad del siglo XIX Barcelona vive su segunda gran revolución urbanística con la puesta en marcha del proyecto del Eixample: la expansión demográfica e industrial promueve la creación de seis nuevos distritos que hoy ocupan la parte central de la ciudad.
En el Eixample se encuentran numerosos puntos de interés turístico y ciudadano como la Basílica de la Sagrada Familia, la Casa Milà, la Casa Batlló, el Teatro Nacional de Cataluña o el Auditorio de Barcelona, promovidos por la poderosa burguesía barcelonesa de principios del siglo XX.

Entre 1900 y 1930, Barcelona pasó de medio a un millón de habitantes. La primera línea de metro se inauguró en 1924. Además, la Exposición Internacional, celebrada en 1929, transformó la plaza de España y las laderas de Montjuïc. El crecimiento rápido, en unas condiciones de fuerte desigualdad social, fomentó la extensión de las infraviviendas.

Tras el fin de la Guerra Civil se comenzó la construcción industrial de pisos para hacer frente a la grave crisis social de la vivienda en tiempos de fuerte crecimiento migratorio. En 1976 entra en vigor el Plan General Metropolitano (PGM), integrado en la Ley del Suelo de aquel año, que tiene un papel primordial en el ordenamiento urbanístico del área metropolitana, y perdura hasta hoy.

A partir de 1986, se había puesto en marcha también la construcción de nuevas infraestructuras, aprovechando la concesión de los Juegos Olímpicos para el 1992. Se abren así las rondas y se remodela el frente marítimo, donde se ubica la villa olímpica principal.

Esta es la última gran remodelación de la fisonomía urbana de Barcelona, que se ha completado en los últimos años con grandes obras como las del Fòrum o el Plan 22@ del Poblenou.

Para poder comentar debes Acceder con tu cuenta