Esta casa de consumo casi nulo está en Mallorca. El proyecto ha corrido a cargo del arquitecto Jaume Luis Salas
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Una casa del siglo XIX reconvertida en una vivienda biopasiva en Mallorca
Curro Vieira

El mundo de la arquitectura no vive, ni puede hacerlo, de espaldas a los grandes retos y preocupaciones a las que se enfrentan las sociedades en las que se insertan. Y hoy, son muchos los que requieren de forma urgente que se articule una respuesta satisfactoria. Uno de ellos es el cambio climático; el otro, la recuperación del patrimonio cultural que ponga freno a la homogeneización y la pérdida de identidad material de cada sociedad y cultura. 

Precisamente para colaborar en la respuesta colectiva a estos desafíos Marès Arquitectura, Paisatge i Territori, el estudio ha desarrollado un interesante proyecto en la bahía de Pollença, Mallorca. Este ha consistido en recuperar una fantástica construcción que en el siglo XIX acogía una casa de pescadores y que gracias a su trabajo, se ha convertido en una vivienda biopasiva con un consumo casi nulo.

Detalle salón biopasiva
Detalle salón Curro Vieira

Para hacerlo posible, el arquitecto Jaume Luis Salas ha trabajado en varias estrategias pasivas, como el aislamiento y eliminación de puentes térmicos, para lo que se ha utilizado aislamiento de fibra de madera de diferentes densidades en toda la envolvente y por el interior. "De este modo, se ha conseguido una envolvente continua y se evitan los puentes térmicos", explican desde el estudio.

La captación del calor es otro elemento fundamental en este proyecto, lo que se ha logrado con los ventanales orientados hacia el sur. Este trabajo de captación del calor solar junto con el alto grado de aislamiento de la envolvente, así como su estanqueidad, evita en gran medida esa pérdida de calor.

Cocina biopasiva
Cocina Curro Vieira

Si el calor es importante en la estrategia pasiva, no lo es menos en la estrategia relacionada con el frío. En este caso, se han contemplado tanto elementos pasivos de refrigeración o acumulación de frío como elementos o sistemas de refrigeración activa.

En cuanto a los primeros, en los meses más calurosos se hace uso de la abertura de ventanales durante la noche, consiguiendo que la disposición de la ventilación cruzada refrigere el interior de la vivienda, especialmente necesaria en los meses de verano y se acumule ese frescor en la inercia térmica de los pavimentos interiores. Una ventilación que, además, se ve favorecida por el emplazamiento dela vivienda.

"El emplazamiento de la edificación, ubicada en un lugar expuesto que favorece mucho la ventilación cruzada mediante la brisa marina, el embat, provoca viento térmico procedente del mar en horas diurnas y del interior en horas nocturnas", puntualizan.

Entrada biopasiva
Entrada Curro Vieira

Se utiliza un pozo canadiense, construido mediante la colocación de tubos en una cota inferior a la cimentación. Mediante el aire que cruza a través de ellos y con el contacto con el terreno se consigue disminuir considerablemente el aire que entra al recuperador de calor y que  posteriormente se introduce en la vivienda.

Con respecto a la refrigeración activa, destaca el uso de un recuperador de calor entálpico Zehnder ComfoAir Q450 ERV, junto al pozo canadiense. De forma conjunta, aportan una mejora en el control de la temperatura y la humedad. Asimismo, se hace uso de una pequeña bomba de calor para el control de las cargas térmicas programando su uso puntual. La energía consumida proviene de las placas solares fotovoltaicas, que junto con un equipo de aerotermia, garantizan el acceso de los inquilinos a agua caliente.

Una consecuencia muy deseable de las estrategias utilizadas en esta construcción es la buena calidad del aire en su interior, favoreciendo el intercambio constante y manteniendo además una humedad constante del 60% siendo la exterior del 90% al 100%. 

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