
En la ladera de una colina rocosa, rodeada de árboles de ciprés y buchus, se encuentra una pequeña cabaña de madera de 36 m2 con vista a Muizenberg, uno de los lugares más populares para hacer surf en Ciudad del Cabo. Esta vivienda es obra del arquitecto Alexander McGee, quien la diseñó y construyó con el objetivo de demostrar que es posible vivir de forma sostenible y en armonía con el entorno natural.

En la construcción de la casa, McGee utilizó una técnica poco convencional, la madera laminada cruzada (CLT, por sus siglas en inglés), que proporciona una excelente aislación térmica y acústica y genera casi cero residuos durante el proceso de construcción. “Los paneles CLT no son un material de revestimiento y no están diseñados para estar expuestos al ambiente exterior. Son un conjunto estructural sensible a la humedad y requieren protección contra los elementos”, explican desde el estudio, y añaden que “las membranas son resistentes al agua pero permeables al vapor, lo que significa que pueden proteger el edificio de la entrada de agua mientras liberan el exceso de vapor de humedad de la madera al aire exterior”.

Es espacio interno 24 m2 y proporciona una generosa sala de estar de planta abierta con cocina americana y baño con ducha de acceso a nivel. Se proporciona un entrepiso de 13 m2 sobre el baño, el vestíbulo de entrada y el área de la cocina y se proporciona un espacio de dormitorio adicional. Se accede al entrepiso por una escalera ajustable y hecha a medida.
El hogar cuenta con un techo inclinado de 45 grados y grandes aleros que crean suficiente espacio para un nivel de mezanina que se puede acceder mediante una escalera retráctil. La cama no tiene base, pero al estar elevada da la sensación de estar en un nido. La cabaña tiene amplios espacios de almacenamiento, como estantes de cedro en el baño provenientes de un depósito de chatarra, y una pila de mármol travertino en la cocina.

La cabaña fue construida fuera del sitio en un almacén, lo que permitió a McGee y su equipo experimentar con diferentes modificaciones y personalizaciones antes de ensamblarla en el lugar. La construcción de la cabaña se realizó en menos de tres semanas y todo el proceso fue meticulosamente pensado para minimizar su impacto en el entorno natural. Por ejemplo, McGee decidió no agregar canaletas al techo para poder ver la lluvia correr desde diferentes ángulos.
La sostenibilidad es un elemento que no se ha dejado de lado con esta bonita cabaña, tal y como se demuestra con la instalación de paneles solares en el techo para suministrar energía a la cabaña y a su casa principal. “La casa tiene un suministro eléctrico de CA y un sistema de almacenamiento independientes que generan energía solar. El agua caliente y la cocina se suministra a través de gas. El agua de lluvia se descarga en el jardín circundante”, explican.

Con estas características, la cabaña de McGee es un ejemplo de cómo se puede vivir en armonía con la naturaleza sin sacrificar la comodidad y el estilo. Esta casa es una inspiración para aquellos que buscan una forma más sostenible de vida y un recordatorio de que la simplicidad puede ser sorprendentemente hermosa.

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