Varios meses después del fallecimiento de Silvio Berlusconi, la situación de las propiedades inmobiliarias del ex primer ministro se va definiendo poco a poco, ya que los herederos han llegado a un acuerdo sobre cuál de las numerosas fincas se venderá realmente. Lo que parece claro es que la emblemática villa de Arcore, que es prácticamente sinónimo de los Berlusconi y de su sede, permanecerá en la familia.
El patrimonio inmobiliario de Berlusconi se ha estimado entre 600 y 1.000 millones de euros, que, una vez puestos en el mercado y asignados a nuevos compradores, serán redistribuidos entre los herederos según las cuotas establecidas en el testamento del ex primer ministro. No se excluye, por supuesto, que algunos de los compradores figuren entre los propios herederos de Berlusconi.
Villa Gernetto, una mansión del siglo XVIII situada en Lesmo, se pondrá a la venta junto con las demás propiedades de la cartera de Fininvest, incluidos terrenos en Cerdeña, que iban a albergar un complejo turístico que nunca llegó a realizarse.
Villa San Martino seguirá en posesión de la familia, ya que alberga el mausoleo con los restos de Silvio Berlusconi, sus padres y su hermana, y seguirá siendo la sede de los Berlusconi. La villa sigue bajo el control de la empresa Dolcedrago, junto con Villa Zeffirelli en Roma, Villa Tattilo y Villa Certosa, cuyo destino aún se desconoce. Lo mismo ocurre con Villa Campari en Lesa, en el lago Maggiore, así como con las villas de Lampedusa y Antigua y otros complejos residenciales de Brianza.
Otras propiedades en venta serán pisos y yates controlados por Fininvest y otras empresas personales. Entre estos, hay más de 100 pisos en la provincia de Milán, la villa de Cannes y dos barcos.
Para poder comentar debes Acceder con tu cuenta