Empiezas añadiendo unas fundas de móvil y unos coleteros y acabas en tu carrito virtual de AliExpress con… una casa prefabricada! La influencia digital se ha colado en el mundo inmobiliario con un giro digno de meme: una creadora de contenido en TikTok decidió no conformarse con un sofá nuevo o un gadget revolucionario, sino que fue más allá. Eligió una casa modular prefabricada de AliExpress como su próximo ‘producto estrella’. Lo que parecía una ocurrencia viral resultó ser una apuesta arriesgada, curiosa… y con muchos costos ocultos.
La protagonista del episodio es Karla Miller, influencer mexicana conocida por su contenido relacionado con la estética y la decoración. Ella compartió en TikTok todo el viaje: desde la búsqueda en AliExpress, la decisión de compra, el envío desde China hasta México, y el montaje final en su terreno. En la publicidad del artículo español se menciona que el precio base de la casa fue de 10.160 euros, con unos 2.500 euros adicionales por envío, lo que eleva la factura total a unos 12.660 euros.
Según la información difundida, la casa cuenta con tres habitaciones, un baño, cocina y salón integrados, además de instalaciones básicas de agua y electricidad. Para recibirla en México, Karla tuvo que contratar servicios aduanales, pagar impuestos de importación y trasladar los módulos al Estado de Baja California, donde se armó todo con grúas y maquinaria pesada. El ensamblaje del techo, por ejemplo, tomó varias horas de trabajo especializado.
Lo llamativo no es sólo el precio bajo, sino los desafíos legales y prácticos que conllevan este tipo de compras. Ella ya advierte de que los permisos de construcción y la instalación de servicios pueden disparar los costos finales. Además, expertos consultados añaden que aunque las viviendas prefabricadas pueden durar hasta 40 años con buen mantenimiento, las versiones más económicas suelen quedar entre 15 y 20 años de vida útil.
En redes sociales, la historia generó opiniones polarizadas. Algunos usuarios aplauden la audacia y ven este tipo de compras como una alternativa innovadora frente a los precios imposibles del mercado inmobiliario convencional. Otros advierten sobre los “costos sorpresa”, la calidad de los materiales y los posibles problemas legales o de certificación de la vivienda.
Al final, Karla se mostró entusiasmada con el resultado: un hogar adquirido desde el móvil, montado en semanas y compartido con miles de espectadores como un reality de construcción digital. Pero detrás del post viral subyacen lecciones más reales: que el precio bajo no es sinónimo de simplicidad, y que una casa, aunque prefabricada, sigue siendo un compromiso de mantenimiento, permisos y logística.
La creadora ha creado una lista de reproducción, tanto en su canal de Youtube como en su perfil de TikTok, para que puedas seguir cómo ha sido todo el proceso.
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