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Aquellos propietarios que alquilen su piso a un inmigrante sin papeles serán castigados con multas de 3.000 libras (4.250 euros) y con penas de cárcel de hasta cinco años. Así quiere el gobierno británico atajar la crisis migratoria que vive tanto este país como Francia. Desde el Ejecutivo de David Cameron tildan de “propietarios sin escrúpulos” a aquellos que arrendar una casa sin comprobar la documentación del inquilino.

El secretario de Estado de Comunidades, Grec Clark, ha acusado a estos propietarios de “explotar a los más vulnerables”. El Gobierno también prevé publicar una “lista negra” de propietarios y agencias de intermediación.  La nueva normativa que está preparando el Ejecutivo permitirá asegurarse de que el inquilino está en situación legal y el que no lo esté podrá ser desahuciado sin tener que pasar por los tribunales.  

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1 Comentarios:

gigi
4 Agosto 2015, 15:48

estos son mas serios que nosotros que somos morunos

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