Santander ha vendido un edificio mítico de Bruselas y uno de los 10 más altos de toda Bélgica: se trata de la Torre Astro, un inmueble de 112 metros de altura, 30 plantas y 52.000 m2 de superficie.
La operación se ha llevado a cabo a través de una filial inmobiliaria del gigante bancario español (Santander Private Real Estate Advisory & Management) y a un precio de unos 170 millones de euros, lo que le convierten en una de las transacciones más importantes de los últimos años en la capital belga según la prensa local.
El comprador ha sido un inversor coreano a través de la filial francesa del fondo alemán Patrizia, aunque no han trascendido más detalles sobre la identidad del nuevo dueño del edificio.
El inmueble se ubica en una zona de oficinas conocida como Madou, donde se encuentran las instituciones europeas, organismos belgas y embajadas.
La torre fue construida en 1974, pasó a manos de Santander en 2008 por 100 millones de euros y ha sido rehabilitado por el estudio de arquitectura madrileño liderado por Carlos Lamela, denominado Estudio Lamela. El coste de la reforma ha sido de 40 millones de euros y ha convertido a Torre Astro en un edificio prácticamente autosuficiente en materia energética (puede ahorrar cerca de un 90% gracias a la tecnología y al diseño). Desde el despacho madrileño aseguran que será el edificio verde más alto del mundo cuando reciba los certificados pertinentes.
“Se propone la actualización total de las instalaciones del edificio y la sustitución de las fachadas por otras que aporten luminosidad y control energético hacia el interior de la torre. Las fachadas se prolongan en las últimas plantas para dar mayor sensación de esbeltez y ocultar asimismo las maquinarias de la cubierta”, asegura la web de la firma Lamela.
En los próximos meses el inmueble acogerá a un nuevo inquilino: Actiris, la oficina regional de empleo de Bruselas, similar a las agencias de colocación que existen en nuestro país. Por el arrendamiento pagará alrededor de 25 euros al mes por cada m2 según los cálculos de la consultora Knight Frank, un precio algo inferior al que debería desembolsar por un edificio similar en Madrid (unos 27 euros por m2 al mes).
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