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Carlos Vila, Director Comercial de DANOSA
Carlos Vila, director comercial de DANOSA idealista/news

Carlos Vila, director en DANOSA y con una experiencia de más de 27 años en puestos directivos en el sector de la construcción, ha accedido de nuevo a la presidencia de AIPEX, Asociación Ibérica del Poliestireno Extruido, de la que ya era su presidente desde 2021.

¿Cuál es el balance del sector en estos últimos años tras la llegada de los fondos europeos?

Es ahora cuando se empieza a notar la llegada de los fondos a las comunidades de propietarios, articulados a través de las ayudas convocadas por las comunidades autónomas, por lo que es pronto para hacer una valoración. No obstante, cada vez vemos más andamios en las fachadas de los edificios, fundamentalmente de las principales ciudades como Madrid y Barcelona.

El gran reto para rehabilitar 300.000 viviendas cada año se acaba de poner en marcha, y esperemos que sea una realidad muy pronto.

Hablando de retos, ¿cuáles son los principales a los que se enfrenta el sector este año?

Sin duda, el mayor desafío de nuestro sector es que un gran número de viviendas y edificios se aíslen térmicamente para mejorar con ello la calidad de vida de sus ocupantes. Muchas veces olvidamos que la mejora del confort redunda de de forma positiva en nuestra salud.

Aislar con XPS es nuestra manera de contribuir a alcanzar el objetivo de descarbonización del parque inmobiliario; de otra manera, estaríamos abocados a seguir habitando edificios que son auténticos depredadores de energía y que suponen, a medio y largo plazo, un “roto” en la economía familiar.

La sociedad tiene que empezar a ser consciente de que la envolvente del edificio (cubierta, fachada y suelo), es el primer elemento sobre el que hay que actuar. Hablamos fundamentalmente de que el XPS cumpla su principal objetivo que no es otro que mejorar la salubridad y ahorrar energía en los edificios de nuestro país.

¿Y el principal desafío que se ha propuesto AIPEX en 2023?

A nivel asociativo, AIPEX, como entidad que representa a los principales fabricantes de poliestireno extruido de la Península Ibérica, es consciente de la enorme responsabilidad que tienen nuestras empresas en este momento crucial para la economía y, más concretamente, para el sector de la edificación.

Nuestro sector debe de estar a la altura para superar todos los retos y adaptarse a las nuevas necesidades de la sociedad, que demanda edificios resilientes, flexibles, saludables, sostenibles y “vivibles”.

Para conseguirlo, la innovación y la inversión en I+D+i son claves. Ya no se trata únicamente de fabricar materiales de calidad, resistentes y competitivos, ahora deben de ser capaces de contribuir a la sostenibilidad del edificio a lo largo de toda su vida útil, llegando incluso a cumplir con estándares tan ambiciosos como el Passivhaus.

Si no descarbonizamos el parque inmobiliario de manera voluntaria, más tarde o más temprano lo deberemos hacer de forma obligada

¿Qué papel juega la formación para conseguir construir y rehabilitar un parque residencial duradero?

Fundamental. Desde hace años el sector adolece de mano de obra cualificada, aunque poco a poco se va abriendo el camino para que los jóvenes asuman el papel de aprendiz en la construcción formándose en escuelas técnicas.

No podemos innovar en sistemas y materiales, para después no tener profesionales que los puedan instalar adecuadamente. Tan importante es el proceso de fabricación como la instalación.

¿Considera que las Administraciones Públicas están haciendo los suficientes esfuerzos para hacer llegar a los particulares y comunidades de propietarios la necesidad de rehabilitar para vivir mejor?

Desgraciadamente la rehabilitación siempre ha sido el “patito feo” del sector, y las administraciones se han centrado más en la edificación de obra nueva.

Ahora bien, entre todos los agentes, y de forma colaborativa, podemos transformar ese patito en un cisne. Disponemos de todos los elementos favorables para conseguirlo, como son las ayudas, que pueden llegar hasta un 80% en el caso del aislamiento, y las deducciones fiscales. Solo falta llegar a la sociedad, y eso se consigue con campañas de comunicación y concienciación que despierten el interés del ciudadano.

Con frecuencia vemos que, ante una obra de gran envergadura, los vecinos se niegan a no acometerla, a no ser que sea a golpe de sanción, porque no creen en la rentabilidad de las actuaciones.

Al tratarse en su gran mayoría de edificios antiguos habitados por personas mayores, salvo que sean obras de accesibilidad, estos son muy reticentes a invertir en eficiencia energética.

¿Cómo puede el sector ayudar al impulso de la rehabilitación energética?

Formación, formación y más formación. Pero formación tanto al profesional como al propietario. ¿Los ciudadanos de a pie conocen el término envolvente? No. Hay que garantizar que poco a poco lo vayan conociendo al igual que la fachada se identifica con la piel del edificio.

¿Es optimista de cara a la descarbonización del parque edificado en 2050?

¿Lo veremos? No lo sé. Ciertamente soy optimista, porque si no descarbonizamos el parque inmobiliario de manera voluntaria, más tarde o más temprano lo deberemos hacer de forma obligada. Necesitamos combatir el cambio climático. Y el sector de la construcción es el más importante para ganar esta batalla y tenemos el reto de hacerlo sostenible al 100%.

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