Entrevistamos a Lozano, arquitecta y CEO de Nidus Lab, para conocer más de cerca el fin de esta startup
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Ana Lozano, de Nidus Lab
Ana Lozano, fundadora del estudio Nidus Lab idealista/news

Revolucionar el sector inmobiliario abordando la industrialización, descarbonización y vivienda asequible es el principal objetivo que persigue desde hace dos años la arquitecta Ana Lozano. Pero lo realmente innovador es que lo hace tomando como base la Inteligencia Artificial a través de su premiada startup Nidus Lab. Su desafío está claro: diseñar mejor sin renunciar a la creatividad y construir mejor, haciendo que cada proyecto genere valor desde la primera línea dibujada.

Entrevistamos a Lozano, arquitecta y CEO de Nidus Lab, para conocer más de cerca el fin de esta startup. 

¿Cómo surgió la idea de crear Nidus Lab?

Nidus Lab nació de mi experiencia de casi 25 años en el sector de la arquitectura y el desarrollo inmobiliario. Durante mi trayectoria en Valenthia Strategy, una consultora especializada en asesoramiento estratégico en inversiones inmobiliarias de alto valor añadido, observé de primera mano las ineficiencias críticas en las fases tempranas del desarrollo de proyectos: los estudios de viabilidad y procesos de diseño arquitectónico eran extremadamente lentos, costosos y llenos de incertidumbre.

La idea surgió al identificar el potencial de la inteligencia artificial generativa para transformar estos procesos. Inicialmente incubamos la tecnología en Valenthia, desarrollando un Producto Mínimo Viable que demostraba la viabilidad de automatizar y optimizar el diseño arquitectónico. Los resultados fueron tan prometedores que decidimos fundar Nidus Lab en 2023 para centrarnos exclusivamente en desarrollar esta tecnología.

Buscamos reducir significativamente los tiempos de desarrollo, optimizar los costes y mejorar la sostenibilidad de los proyectos inmobiliarios a través de una plataforma que permite explorar miles de configuraciones de diseño en cuestión de segundos, identificando la solución óptima para cada proyecto.

 ¿Cómo trabaja y piensa esta startup?

Pensamos como arquitectos, programadores y soñadores al mismo tiempo. Nos obsesiona resolver problemas reales del sector inmobiliario combinando creatividad con datos. En Nidus Lab, cada proyecto se entiende como un sistema complejo en el que conviven variables técnicas, normativas, de mercado y sostenibilidad. 

Nidus Lab ha desarrollado un algoritmo que piensa en términos de optimización multidimensional, analizando simultáneamente cientos de variables para encontrar la mejor solución posible. A diferencia de los procesos tradicionales basados en prueba y error o en la automatización de tareas repetitivas, nuestra tecnología va más allá al evaluar innumerables configuraciones de diseño y seleccionar aquellas que maximizan el valor en múltiples dimensiones: rentabilidad, sostenibilidad, eficiencia espacial y conformidad normativa.

 ¿Sobre qué pilares se basa el enfoque de Nidus Lab?

Nuestro enfoque se basa en tres pilares. Primero, la generación masiva de alternativas mediante algoritmos avanzados capaces de realizar 100.000 iteraciones por segundo. Segundo, el análisis predictivo que evalúa cada configuración según métricas cuantificables como costes, viabilidad constructiva y eficiencia, también en términos de reducción de residuos y huella de carbono. Y tercero, la escucha activa del sector y en particular del usuario, lo que nos da la capacidad de aprendizaje continuo, que nos permite mejorar constantemente a partir de nuevos datos y feedback.

Pensamos también en términos de colaboración, no de sustitución. Nuestra plataforma está diseñada para potenciar las capacidades de arquitectos, promotores, fabricantes e inversores, proporcionándoles herramientas que amplían su creatividad y toma de decisiones, no para reemplazar el juicio humano o la visión arquitectónica.

 ¿Cuántas propuestas arquitectónicas es capaz de generar cada segundo?

Nuestra tecnología tiene hoy la capacidad de realizar 100.000 iteraciones por segundo. Esto significa que nuestros algoritmos pueden explorar y evaluar cien mil configuraciones diferentes de diseño en tan solo un segundo, un volumen que sería imposible de procesar para un equipo humano incluso en semanas de trabajo.  Empezamos con un algoritmo capaz de iterar cinco o diez veces por segundo, pero nos obsesionaba la propia huella de carbono del algoritmo, y nos concentramos en depurarlo y conseguir su máxima eficiencia operativa, aumentando su capacidad a la vez que reducíamos los tiempos de computación.

Es importante entender que estas iteraciones no son simplemente variaciones aleatorias, sino que cada una representa una solución potencialmente viable que cumple con parámetros específicos de diseño, normativos y económicos. El sistema evalúa constantemente estas configuraciones, refina los resultados y selecciona las mejores.

¿Puede ayudar la Inteligencia Artificial a suplir la falta de mano de obra profesional?

La IA puede ser una herramienta fundamental para abordar la escasez de mano de obra profesional en el sector inmobiliario, aunque no como un simple reemplazo sino como un potenciador de la productividad. En Nidus Lab, hemos comprobado en proyectos reales que nuestra plataforma permite multiplicar la eficiencia entre un 450% y 800%.

Este aumento de productividad es especialmente valioso en un sector que enfrenta un envejecimiento de su fuerza laboral y dificultades para atraer talento joven. La IA permite que los profesionales existentes puedan abarcar más proyectos y concentrarse en tareas de mayor valor añadido, mientras que las tareas más repetitivas y computacionalmente intensivas son gestionadas por los algoritmos.

Pero la IA no es solo la solución a un problema que parece no tener ya solución, sino la palanca necesaria para una modernización del sector que debe abrazar definitivamente una transformación tecnológica y contribuir a resolver la emergencia global de vivienda. La construcción es uno de los sectores menos digitalizados de la economía, y la IA ofrece la oportunidad de dar un salto cualitativo en productividad, sostenibilidad y accesibilidad.

Además, la IA está democratizando el acceso a capacidades avanzadas de diseño y análisis. Pequeños estudios de arquitectura o promotoras con recursos limitados pueden ahora competir en igualdad de condiciones con grandes empresas, ya que tienen acceso a herramientas que multiplican sus capacidades de análisis y diseño.

Sin embargo, esto no significa que la IA vaya a reemplazar a los profesionales. Al contrario, reorienta su trabajo hacia aspectos más creativos, estratégicos y humanos, áreas donde la inteligencia humana sigue siendo insustituible. La combinación de la creatividad y juicio profesional con la potencia analítica de la IA es lo que realmente está transformando el sector.

¿Cómo puede la Inteligencia Artificial ayudar al arquitecto en su día a día? ¿La IA es sostenible?

La IA puede transformar el día a día del arquitecto en múltiples dimensiones. Primero, automatiza las tareas más repetitivas y computacionalmente intensivas, como los estudios de viabilidad, análisis de normativa o generación de distribuciones básicas, permitiendo al arquitecto centrarse en los aspectos más creativos y estratégicos del diseño. Esto supone no solo un ahorro de tiempo significativo sino también una reducción del estrés asociado a los plazos ajustados.

Segundo, la IA actúa como un colaborador que amplifica las capacidades creativas del arquitecto. En Nidus, nuestra plataforma no impone soluciones, sino que explora rápidamente miles de configuraciones posibles basadas en los parámetros definidos por el profesional, ofreciendo alternativas que quizás no habría considerado. Esto expande el horizonte creativo sin limitar la visión arquitectónica.

También proporciona análisis predictivos inmediatos sobre aspectos como costes, eficiencia energética o impacto ambiental de cada decisión de diseño, permitiendo al arquitecto tomar decisiones más informadas desde las fases iniciales del proyecto, cuando tienen mayor impacto.

Respecto a si la IA es sostenible, la respuesta es afirmativa en varios sentidos. Desde el punto de vista ambiental, la optimización que permite la IA reduce significativamente el desperdicio de materiales, mejora la toma de decisiones orientada a la eficiencia energética de los edificios y facilita la implementación de soluciones constructivas más sostenibles. 

Desde una perspectiva económica, la IA hace más eficientes los procesos, reduciendo costes y plazos, lo que mejora la rentabilidad y sostenibilidad financiera de los proyectos arquitectónicos.

Y en el plano social, la IA puede contribuir a abordar problemas como la escasez de vivienda asequible, al optimizar los diseños para maximizar el valor social y económico de cada proyecto.

Desde tu experiencia profesional y personal, ¿qué consejos darías a los escépticos de la IA?

Empezaría por recordar que, en cualquier proceso de transformación tecnológica, es más importante las personas que la tecnología. Y la IA es una revolución que está llegando a todos los ámbitos de nuestra vida.

Por ello, a los escépticos de la IA les aconsejaría tres cosas fundamentales basadas en mi experiencia:

Primero, entender la IA como una herramienta de colaboración, no de sustitución. La inteligencia artificial no está aquí para reemplazar la creatividad, el juicio o la sensibilidad humana, sino para potenciarlos. El pensamiento creativo, la empatía con el usuario final y la visión artística que ninguna máquina puede replicar seguirán estando en el centro.

Segundo, comenzar con pequeños experimentos. El escepticismo suele disolverse con la experiencia directa. Identificar un proceso específico en tu trabajo que sea tedioso o ineficiente y probar cómo la IA puede optimizarlo. En nuestro caso, comenzamos aplicando la IA a estudios de viabilidad básicos antes de expandirnos a soluciones más complejas. Los resultados tangibles y medibles suelen ser el mejor antídoto contra el escepticismo.

Tercero, mantener siempre una mirada crítica y ética. El escepticismo saludable es valioso si nos lleva a cuestionar constantemente cómo utilizamos estas herramientas. ¿Están realmente mejorando la calidad de nuestros proyectos? ¿Estamos utilizando la IA de manera responsable y transparente? Estas preguntas son fundamentales para asegurar que la tecnología esté al servicio de nuestros valores y objetivos profesionales.

La IA es simplemente la evolución de nuestras herramientas como profesionales. La IA está redefiniendo nuestras profesiones, no eliminándolas. Quienes la integren de forma inteligente en sus procesos tendrán una ventaja competitiva significativa en los próximos años.

Porque si la IA no mejora tu día a día, es que no es la adecuada para ti… aún.

¿En algún momento has sentido vértigo ante todo lo que está cambiando la IA?

Muchas veces, libertad y miedo al mismo tiempo. Pero creo que hay que aceptar ese vértigo como parte del camino de quien innova. Es una reacción natural y saludable ante una tecnología tan transformadora. Recuerdo especialmente dos momentos de vértigo profundo: el primero, cuando nuestros algoritmos iniciales generaron en segundos diseños que habrían requerido semanas de trabajo manual; y el segundo, cuando comprobamos que estas soluciones no solo eran rápidas sino objetivamente mejores en términos de eficiencia espacial y rentabilidad.

Este vértigo tiene varias dimensiones. Está la sensación de que todo lo que has aprendido a lo largo de décadas de profesión podría ser repensado o incluso transformado radicalmente. 

También existe la incertidumbre sobre cómo evolucionarán los roles profesionales y qué habilidades serán más valoradas en este nuevo paradigma.

Sin embargo, he aprendido a transformar ese vértigo en curiosidad y entusiasmo. Como arquitecto, siempre he creído que nuestra profesión va mucho más allá de la técnica: implica sensibilidad, criterio y una comprensión profunda de las necesidades humanas que ninguna IA puede replicar. La tecnología nos está liberando para centrarnos en esos aspectos verdaderamente humanos de nuestro trabajo.

¿Cómo imaginas que la inteligencia artificial transformará la forma en que diseñamos y construimos edificios en los próximos 10 años?

Creo que en 10 años veremos una arquitectura mucho más adaptable, eficiente y centrada en las personas. El arquitecto tendrá a su disposición sistemas de IA que aprenderán con él, que propondrán soluciones en tiempo real y que integrarán datos urbanos, sociales y climáticos desde el primer boceto. Además, los edificios se diseñarán pensando en su ciclo completo: desde la construcción hasta su desmantelamiento. 

La IA transformará radicalmente tres aspectos fundamentales del proceso edificatorio:

Primero, veremos una integración completa del diseño y la construcción. La IA eliminará la tradicional separación entre estas fases, permitiendo que los arquitectos diseñen directamente considerando métodos constructivos específicos, disponibilidad de materiales y costes en tiempo real. Cada decisión de diseño estará informada por su viabilidad constructiva y su impacto en plazos y presupuestos, reduciendo drásticamente los imprevistos durante la ejecución.

Segundo, la construcción se volverá predominantemente industrializada y modular. La IA optimizará cada componente para su prefabricación, considerando simultáneamente aspectos como el transporte, montaje, rendimiento energético y ciclo de vida. Esto reducirá los residuos de construcción y acortará los plazos de ejecución, haciendo la vivienda más asequible y sostenible.

Tercero, los edificios serán verdaderamente adaptativos y personalizados. La IA permitirá una personalización masiva sin incrementar significativamente los costes, haciendo posible que cada usuario configure aspectos de su vivienda según sus necesidades específicas, manteniendo las ventajas económicas de la producción a escala. El diseño generativo permitirá crear soluciones únicas para cada entorno y usuario dentro de sistemas constructivos estandarizados.

Esta transformación no será solo tecnológica sino también cultural. Los arquitectos y constructores deberán adoptar nuevas habilidades y formas de colaboración. Los que se adapten a este cambio podrán ofrecer diseños más creativos, sostenibles y centrados en el usuario, liberándose de restricciones técnicas que hoy limitan la arquitectura.

En definitiva, la IA permitirá una arquitectura viva, sensible y conectada.

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