La vivienda es el mayor activo de ahorro e inversión en el mundo, pero en España se ha convertido en un activo ideológico, lo que impide solucionar el problema de acceso
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Edificios de viviendas en Guadalajara
idealista

La vivienda es un activo financiero. Es el mayor activo de ahorro e inversión del mundo. Los datos que comparto a continuación son del profesor Carlos Segarra de IESE.

A nivel mundial, el valor de mercado del conjunto del PIB mundial es de 105 trillones de dólares. El valor de mercado de todo el mercado financiero, tanto acciones como garantías de deuda, es de 240 trillones de dólares. El valor de mercado de todas las viviendas del mundo es de 268 trillones de dólares.

Podemos negar la evidencia, pero la vivienda ha sido, es y será el mayor activo financiero (ahorro e inversión del mundo), porque es un activo con colateral muy fuerte que la gente cree entender. 

Por tanto, cuando hay tensiones entre demanda y oferta, siempre sube el precio. 

Como ya escribí aquí, en el artículo sobre la vieja Roma (III siglos a. de J.C.), esto se repetirá in aeternum.

Sin embargo, en los últimos tiempos, la vivienda se ha convertido en un activo ideológico por parte de la izquierda de este país, asumiendo sus tesis el mismo Gobierno, a través de su Ministerio de Vivienda. 

Mensajes 1.000 veces repetidos como “se ha privatizado 2.800.000 viviendas”, esas que son vivienda protegida privada, por lo cual nunca se han podido privatizar, ya que siempre fueron de titularidad privada.

Otro mensaje escuchado hasta la saciedad: “Que se liberalizó el suelo”. Los controles de las leyes de Suelo nunca han permitido, a diferencia de los países sajones, liberalizar el suelo, ya que las iniciativas de planeamiento siempre deben ser iniciadas y consensuadas a través de los ayuntamientos.

“Que el crédito sin control, por parte de la banca, fue el origen de la crisis”. Otra falacia que desmentí profusamente en mi libro Y luego dicen que el pescado es caro…. Memorias de un consultor inmobiliario. La crisis no fue una crisis de crédito, sino de riesgo, ya que más de la mitad del sistema, las cajas de ahorros, no contaban con estrictos controles de riesgo.

Y el mensaje más preocupante “los propietarios son ricos y los inquilinos pobres debido a la vivienda”…, que quizás desde un punto de vista económico sea cierto y nos da la razón: la vivienda como activo financiero (ahorro de inversión) es la mejor garantía de tener una vejez apacible, cuando seas clase pasiva. 

Pero lo que no podemos trasladar a los privados es la dejación de función del Estado respecto a ayudar a los más necesitados. Esta es responsabilidad de la res publica y, por tanto, los privados deben rentabilizar sus activos. Afirmación actualmente muy peligrosa, ya que la corriente de la insumisión del pago del alquiler sigue latente y no nos olvidemos que el 95% de los propietarios de la vivienda en alquiler son familias. 

Ya expliqué también en este medio lo peligroso que era crear nuevas realidades a través del relato. 

Pero no solo la izquierda ha secuestrado la vivienda como su relato principal para ganar las elecciones, aportando datos de dudosa credibilidad. Si la izquierda está ideologizando la vivienda, estrategia a largo plazo, parte de la derecha está utilizando la vivienda desde una táctica política, estrategia a corto plazo, para intentar debilitar a este Gobierno.

El sector privado asistimos con estupefacción a cómo el Partido Popular votaba en contra de la modificación del artículo 55 de la Ley del suelo, ni tan siquiera admitía a periodo de debate, modificación fundamental para generar suelo en este país. El problema más importante que tenemos en la actualidad para generar más vivienda.

Lo explico de la siguiente manera, para que todo el mundo lo entienda.

España necesita fabricar 300.000 barras de pan (viviendas, creación neta de hogares). Los promotores (panaderos) solo hacemos 100.000 barras, porque solo tenemos harina (suelo finalista) para esas 100.000 viviendas. Podríamos hacer más, ya que tenemos capacidad de producción y financiación. Pero no hay harina: en algunas zonas esto va a ser dramático.

El desarrollador de suelo (el fabricante de harina) tiene que comprar trigo (suelo bruto, que en España es abundante), pero la Administración ha regulado tanto cómo debe ser la espiga de trigo (que si debe tener esta altura, esta agua, este nutriente, este desagüe, que si la calidad de suelo donde se planta…)  que tardamos más de 20 años en recoger la cosecha. Y, por eso, no hacemos harina suficiente. 

Pues bien, una vez recogida la cosecha, cualquiera, tenga interés legítimo o no, puedo iniciar la acción pública, puede paralizar la entrega de trigo para hacer la harina, hasta que el juez compruebe si el trigo cumple todas las normativas, es decir, si está a la altura, con los nutrientes…, incluidos los defectos de forma. Hasta podemos paralizar un plan general porque no está incluido el lenguaje de genero en su redacción. 

Esta normativa es muy perniciosa por dos motivos. Primero, la medida cautelar paraliza todo el ámbito y lo manda a la casilla de partida (otros 20 años) en vez de corregir ese defecto de forma y seguir avanzando con los tramites.

Segundo, nos ocurre, con más frecuencia de la que deseamos, que dicha acción pública, tiene motivos espurios y sufrimos chantajes, del cariz de que si llegamos a un acuerdo, retiro dicha acción pública (para ser justos, no todos los casos son así). 

Pues bien, no se puede corregir este error legislativo por tacticismo político. 

Esta modificación se intentó sacar con el Gobierno de Rajoy, el año pasado con este Gobierno actual y ahora por iniciativa del PNV.  Los tres textos, en lo mollar, son iguales (pocas diferencias), por lo que lo lógico es que PNV, PSOE Y PP se pusieran de acuerdo para sacar esta ley.

Cuando escribí mi primer artículo, lo titulé los tres tamices socráticos, porque me autoimpuse que todo lo que escribiera sería Verdad, Bueno y Útil. Y, desgraciadamente, las circunstancia cada vez más me están llevando a alejarme de estos principios.

Siempre lo digo, si enfocáramos la problemática de la vivienda en lo que es un activo de ahorro e inversión, estaríamos más cerca (la solución la tenemos a medio plazo no a corto) de solucionarlo. Convirtiéndolo en un activo ideológico o político, cada vez estaremos más lejos.

Por eso, con este artículo, acabo una serie que inicié en octubre con la intención de desactivar la ideologización y politización de la vivienda con argumentos verdaderos, buenos y útiles. Pero, ya no insisto más, no quiero acabar siendo yo también un activo político.

Jorge Ginés es director general de ASPRIMA desde octubre de 2023. Licenciado en Derecho y diplomado en fiscalidad, inició su carrera profesional como consultor de desarrollo de negocio y ha fundado la empresa Desaprendiendo. Es autor del libro “¡Aún dicen que el pescado es caro!; Confesiones de un consultor inmobiliario”.

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