El 92% de los contratos laborales firmados en agosto fueron temporales. Una proporción alarmante que, sin embargo, solo hace una foto fija de la situación real del empleo en España. Si miramos el peso de los contratos temporales en el total de asalariados descubrimos que la tasa de temporalidad se sitúa en el 26,8%. Es la segunda cifra más alta desde que estalló la crisis, aunque hasta 2008 nunca bajó del 30%. En la OCDE solo Polonia nos supera, mientras que la media de la UE se sitúa en el 14% y la del G-7, en el 8%.